En su estreno en Madrid, la promotora social Cooncert se lleva una notaza, gracias a unos Glass Animals que en la Sala Charada estuvieron espléndidos, marcándose unos ritmos y unos bailes envidiables.
El concierto empezó con Pacosan y aproximadamente una hora más tarde, debido a problemas con el sonido, se subió al escenario la banda liderada por Dave Bayley. El griterío de la gente fue en aumento, sobre todo el de aquellas fans que veían de cerca la belleza de algunos de los componentes del grupo. Lo que más me sorprendió fue que antes de que los propios protagonistas pisaran el escenario, el público mandaba callar expectante al inicio del concierto. Ese inicio por fin llegó con la canción de ‘Psylla’, a la que siguió ‘Black Mambo’ con un público entregado a esos ritmos que en muchos momentos mostraban su lado más dubstep.
La gente no paró de moverse con ‘Exxus’ y con su corte ‘Gooey’. Poco a poco, y gracias al tamaño de la sala, se podía ver como las gotas de sudor caían sobre el rostro del cantante que para sí mismo contaba el tempo musical.
Esa mezcla entre Skrillex y Alt-j, como bien los definió nuestra bándala (y acompañante) Roby, se pudo palpar en las canciones de ‘Hazey’ y ‘Walla Walla’, donde tanto el público como Dave se perdían en esos ritmos y ese mundo lleno de color al que transporta su nuevo disco Zaba. Cabe destacar que la iluminación del escenario fue de gran ayuda al plasmar los colores más destacados de su disco sobre el escenario, el azul, el rojo y el violeta.
Uno de los momentos más gracioso de la primera mitad del concierto fue ver a Dave acercarse al público para poder observar lo que una fan le había escrito en la pantalla de su móvil.
Las canciones más melódicas y tranquilas fueron ‘Toes’ y ‘Flip’, a las que siguió uno de mis temas favoritos de Zaba ‘Wyrd’ y donde yo personalmente lo di todo y pude disfrutar de esos movimiento de cadera que bien podría envidiar el mismísimo Alex Turner.
La banda de Oxford no pudo abandonar el escenario para regresar y ofrecer el encore ya que logísticamente era imposible, al encontrarse el backstage en el piso de abajo. Así que hicieron una broma sobre eso y lanzaron directamente la cover de Kayne West ‘Love Lockdown’ y ese beat que hizo bailar y mover a toda la sala. Sin embargo, el griterío y el movimiento desenfrenado llegaron con la última canción del concierto, ‘Pools’, que todo el público estaba esperando ansioso su llegada.
Los componentes del grupo se despidieron de Madrid con unas camisetas visiblemente empapadas y unos pelos despeinados por el sudor y con deseos de volver a pisar la capital española.