En uno de los muchos momentos de descojone de This Is Spinal Tap, la banda avanza por un túnel rumbo al escenario, dispuesta a incendiar con su rock un pabellón de Cleveland. Los fans aguardan ansiosos, banderas en alto, mientras ellos sueltan gritos de guerra antes de saltar a la arena. Sólo que… no saben cómo llegar.
Deambulando por los pasillos, se paran a preguntar a un operario, sólo para perderse de nuevo en el laberinto de túneles. Es una historia totalmente absurda que, al mismo tiempo, podría haberle pasado a cualquiera. Y en realidad, le ha ocurrido a muchos artistas: Jimmy Page, Ozzy Osbourne, Yes, Bob Dylan… Pero la escena está basada en una anécdota que le ocurrió a Tom Petty. Durante un concierto en Alemania, se perdió y en lugar de saltar al escenario, apareció en una pista de tenis.
This Is Spinal Tap (1984) es el mejor «falso» documental sobre el mundo de la música. Para muchos, es también la mejor película de rock de la historia, sin más.
Otras pelis de ficción han hecho un buen retrato de las convenciones del rock (Almost Famous, por ejemplo). Pero ninguna ha sido tan certera, y al mismo tiempo tan absurda, como la cinta de Rob Reiner (director de otro clásico de culto, La Princesa Prometida).
Cualquiera que haya dado sus primeros pasos con una banda de rock sabe que las aparentes exageraciones de This Is Spinal Tap no lo son tanto. Las estrellas de la música también lo saben.
Que se lo digan a Eddie Van Halen. Al ver la película por primera vez, fue el único de su grupo de amigos que no soltó ni una carcajada. Totalmente serio, dijo: «esto no tiene ninguna gracia. Todo me ha pasado alguna vez a mí». Los miembros de Dokken y The Misfits fueron más lejos: creían que la película estaba inspirada en ellos.
Han sido varias las estrellas que han usado el símil de Spinal Tap para referirse a sus giras más desastrosas. Lars Ulrich, de Metallica, declaró a la prensa que su gira conjunta con Guns’N’Roses en 1992 fue «totalmente Spinal Tap», lo mismo que dijo The Edge, de U2, sobre sus primeros tours.
Cuando se estrenó en marzo de 1984, mucha gente (sobre todo entre el público americano) pensó que la película trataba sobre una verdadera banda británica de la que quizá no habían oído hablar. Tras el éxito de Led Zeppelin, Deep Purple, Hawkwind, Iron Maiden, Def Leppard y muchas más, parecía verosímil.
Los actores que interpretaban a los miembros de Spinal Tap eran músicos en la vida real e incluso habían girado con bandas profesionales. De sus propias experiencias salieron algunos de los gags del film.
Las tres estrellas de Spinal Tap (Christopher Guest, Michael McKean y Harry Shearer), no sólo cantaban y tocaban los instrumentos en la película. Además compusieron todas las canciones y, junto a Reiner, figuran como guionistas de la película, ya que improvisaban los diálogos y aportaban situaciones y escenas sobre la marcha.
Colocar a Spinal Tap entre las mejores bandas ficticias de la historia es sumamente inexacto. Las bandas ficticias no actúan en Wembley o en el Royal Albert Hall ante millares de fans.
Y es que el éxito de la película convirtió a Spinal Tap en un grupo real, que ha publicado 3 discos (la BSO de Spinal Tap y otros dos álbumes) e incluso ha hecho mini giras por Europa y América. Para los fans, ir a uno de los escasos conciertos de Spinal Tap es casi una experiencia religiosa que no se puede dejar pasar. Y quizá el auténtico fan está de suerte, porque se rumorea que para celebrar el 30 aniversario de la película Spinal Tap podrían volver brevemente a la carretera.
El groupie de Spinal Tap es tan fiel y obsesivo como el de Star Wars o Star Trek. Entre los fans circulan jugosos materiales apócrifos, como la lista de su discografía completa (pero ficticia), con títulos tan delirantes como ‘Listen To The Flower People’, ‘Intravenus De Milo’ o ‘Nigel Tufnel’s Clam Caravan’ (aventura en solitario del guitarrista Nigel Tufnel).
O también la lista completa de baterías del grupo, fallecidos todos ellos en circunstancias extrañas, como el que murió ahogado en vómito (pero no su propio vómito) o los dos que sufrieron sendas combustiones espontáneas en directo.
Lo que no es ficticio es un corte extra-oficial de la película de cuatro horas y media de duración, que durante años ha pasado de fan en fan. Hasta los más talifanes reconocen que es «un poco» aburrida y que las mejores escenas están incluidas en los extras de la edición especial en DVD.
Tampoco es irreal la huella que ha dejado Spinal Tap en otras películas, series y en internet. Como las repetidas apariciones de la banda Tap en los Simpsons, que no son de extrañar, puesto que Harry Shearer, que interpretaba al bajista Derek Smalls, se convirtió luego en la voz de varios personajes de los Simpsons, como el señor Burns, Flanders y Skinner. O el hecho de que This Is Spinal Tap sea la única película que se puede puntuar del 1 al 11 en IMDB.
En fin, no quiero dar (más) spoilers. Si os gusta el rock y todavía no habéis visto esta película, corred a hacerlo, y si puede ser en inglés, mejor.
Cierto, llamarmes banda «de ficcición» es un poco precipitado. yo lo veo como el caso de popeye, un producto publicitario que fue un poco más allá. En este caso tenemos un grupo de actores muy comprometidos con el proyecto y sus personajes lo que hizo que la pelicula alcanzara proporciones epicas. Además… suenan de PM!
Creo que hay un video sobre su «regreso» algo así como que iban a hacer una falsa gira que en realidad es el anuncio de una nueva pelicula. ¿puedes confirmarlo?
Pues como los verdaderos grupos, Spinal Tap han hecho numerosos regresos, pero que yo sepa no hay una verdadera secuela para la película en proyecto. En 1992 hubo un pequeño telefilm, hecho para promocionar su álbum ‘Break Like The Wind’, y luego está todo el tema, del que en el artículo no he contado nada, de The Folksmen, el «otro» grupo de Shearer, McKean y Smalls, una parodia de las formaciones folk de los sesenta, que tiene su propia película, ‘A Mighty Wind’ (2003), divertida pero no tanto como Spinal Tap. The Folksmen suelen telonear en los conciertos de Spinal Tap.