Nneka: Intellectualise my Blackness

Inauguramos colaboración: eis nos va a hablar, entre otras muchas cosas, de artistas y tendencias del panorama internacional. Se estrena con Nneka.

Últimamente, se ha escrito y hablado mucho sobre esta chica nacida en 1980, de padre nigeriano y madre alemana. Como tantas otras antes que ella, después de cantar en el coro de la iglesia, sentiría su verdadera vocación y substituiría la escolanía por los escenarios. Esto suena tan a cliché que uno ya no sabe qué hay de cierto o falso en ello, aunque suene más lógico que el cuento de hadas con tintes moralistas y promocionales que montase el fotógrafo Peter Beard al decir que había descubierto a la modelo (y desde hace tiempo esposa de D. Bowie) Imán, en las calles de Mogadiscio, siendo esta, hija de un pastor de cabras. Nada más lejos de la realidad de una estudiante de ciencias políticas, hija de un embajador somalí en Arabia Saudí. Flaco y contraproducente favor hacen estas historias, alentando los vanos anhelos de aspirantes a la opulenta vida de princesas.

A los 18 años Nneka cambiaría su tórrida Nigeria natal por el gélido clima de Hamburgo para cursar estudios de Antropología. En Alemania, dará rienda suelta a su creatividad y se dedicará a componer; algo meritorio entre tanta diva de paja que sólo interpreta, con mayor o menor acierto, melodías insípidas de fácil digestión, creadas en serie para el efímero consumo de oídos poco avezados. Aunque algunas, como Lady Caca, mejor harían metiéndose su pretendida creatividad, junto con su pretencioso e hinchado ego, por el culo.

Su debut en formato EP, titulado The Uncomfortable Truth y editado en el 2005, constaría de cuatro canciones; tres de las cuales (una en formato standard en vez de remix) serán incluidas en su primer trabajo Victim of Truth publicado ese mismo año, llegando a ser comparado con The Miseducation of Lauryn Hill. Por su parte, la magnífica ‘Heartbeat’ (canción con la que accedería a los puestos más altos de las listas alemanas), será incluida en su segundo álbum No Longer at Ease, publicado en 2008 y titulado así como tributo a la novela homónima, escrita en 1960 por del autor nigeriano Chinua Achebe.

Su apretada agenda de conciertos y sobretodo, festivales donde puede ser vista y oída por muchas más personas que en otros conciertos al uso, además de su gira por Francia abriendo para Lenny Kravitz en el año 2009, irán haciendo, poco a poco, despuntar a esta pequeña artista de triste mirada siempre en guerra con su bonita sonrisa acotada por simpáticos hoyuelos.

Atrás quedarán sus problemas legales por utilizar sin permiso como sample unos míseros, aunque delatores, segundos de una canción del año 63, escrita por Curtis Mayfield e interpretada por Major Lance con el revelador título de ‘Um, um, um, um, um, um’ en su canción ‘Walking’ (pese a utilizarlos como pitchshifting*). Ante una insidiosa pregunta de un presentador galo y sin poder contener una mueca de hastío, Nneka contestaría que la discográfica no hizo bien su trabajo al obviar la autorización.

También en el 2009 lanzará una caja titulada To and Fro con el arte de portada realizado por ella misma y conteniendo sus dos primeros trabajos además de un interesante CD de caras B, descartes y versiones. Al año siguiente, con el mercado estadounidense en mente, editará una recopilación con lo mejor de sus dos primeros trabajos que titulará Concrete Jungle en el que figura una nueva y fantástica versión de Suffri. Siendo esta, la mejor forma de acercarse a su música para alguien que aún no la conozca.

La mayoría de comparaciones y obvios referentes que le han sido adjudicados, han sido en su mayoría, previamente citados por ella misma como inspiración e influencia. Desde la mencionada Lauryn Hill, con la que comparte complexión y atractivo, a Erykah Badu, Neneh Cherry, Fela Kuty, Bob Marley y Mos Def. Gracias a sus inquietudes, Nneka no se circunscribe a un único género; siendo su eclecticismo y buen gusto en la mezcla de estilos, una de sus principales virtudes.

No soy capaz de soportar la monotonía y repetición de la mayoría de las composiciones en los géneros musicales a los que puede ser adscrita. Hip-hop, (neo) Soul, R&B, Rap, Reggae, Afrobeat… no son precisamente mis géneros predilectos. Básicamente se ciñen a estructuras repetitivas y anodinas que generalmente, hacen de la escucha de un álbum completo, algo aburrido donde las canciones se suceden de tal modo que se tiene la sensación de haber escuchado la misma canción una y otra vez, como en un bucle sin fin. Entre muchos ejemplos podría citar a la difunta Amy Winehouse o a Joss Stone; las cuales, reconozco que tienen unas voces tremendas, pero nada más. Las composiciones son un coñazo.

Lo que nos lleva a la eterna diatriba sobre el virtuosismo. Hay quien compra discos de Joe Satriani y posiblemente sea el mejor o uno de los mejores guitarristas que existen. Aunque técnicamente no tenga parangón, musicalmente es insoportable; salvo que seas un estudioso o experto en la materia y, como tal, te puedas recrear perdiéndote en detalles técnicos inadvertidos al resto de los profanos. No pretendas ir más lejos si perteneces al resto del vulgo incapaz de disfrutar del onanismo mental de una estéril aunque perfecta ejecución. Valoro la música como fin, en su conjunto. Los detalles técnicos están muy bien, pero no confieren significancia ni constituyen por si mismos un todo. También hay quien se convence de que algo es bueno porque lo dicen los expertos; todo un paradigma de pensamiento en el mundo de las artes. Los expertos y las gentes de gran personalidad que los veneran y no se van a quedar atrás. Si eres de estos últimos, te conmino a comprar la discografía completa de Satriani; de hecho, ya deberías tenerla. ¿Eres o no eres un entendido? Lo dicen los expertos.

Muchos de los artistas son meras copias unos de otros y acaban siendo parodias de si mismos. Aunque a veces cuentan con letras e historias relativamente interesantes, se centran principalmente en la voz y el supuesto sentimiento que imprime la/el interprete; sentimiento muchas veces dopado con grandes dosis etílico-farmacológicas; dando como resultado una lamentable interpretación que adolece, precisamente, de lo que el Soul presume: de alma.

Quizá mi cerebro tenga desactivados los receptores de frecuencia sonora relativa a estos géneros. Puede que no sepa codificar y transformar esa magnitud de onda en impulsos eléctricos ni sublimar esos iones en sustanciosa química que estimule mi córtex prefrontal. O quizá… puede ser, que yo no sea lo suficientemente negro.

Las letras de Nneka, muy politizadas, a veces redundan en tópicos; aunque no está mal recordarnos lo que las potencias coloniales hicieron y los lobbies neocoloniales hacen. Plasma sus sentimientos en una lírica que refleja el choque cultural que experimentara al trasladarse a Alemania, poniendo de manifiesto el antagonismo cultural y social entre África y Europa. Lamentablemente, su religiosidad queda bastante patente. No bebe de la doctrina Rastafari, sino de la desesperación con la que la miseria que asola África abraza el dogma. Desconozco los sofismas que utilizaría para explicarse las matanzas religiosas acaecidas en su país a lo largo de los años 2010 y 2011 en el nombre de su God of Mercy, que como fin e instrumento siempre es utilizado con lo peores medios para los peores fines.

Aunque se agradecen los discos largos (no es grato comprar un disco a alto precio y descubrir que se ha pagado por 38 o 40 poco prolijos minutos que, además, si eran realmente buenos, saben aún a menos), por lo general, más vale calidad que cantidad. Su último trabajo Soul is Heavy, tiene calidad, pero sobra cantidad; sus últimos cortes, principalmente ‘V.I.P.’ y ‘Camouflage’ tienen la traza de descartes (no confundir con el francés), ‘God Knows Why’ no está mal y ‘Still I Rise’ no está del todo a la altura. Parecen añadidos que, de no haber sido incluidos, hubiesen dejado un genial álbum con una respetable duración.

*El pitchshifting consiste en modificar el tono o frecuencia de una muestra sin alterar su duración.

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