Tras las ya habituales crónicas locas de Hypunto, llega ahora el turno de Daviddepain, que nos ofrece un resumen completísimo del BBK, grupo por grupo.
He de confesar mi admiración hacia el aroma del BBK Live a festival europeo, grande, de meteorología variable. Ver toda la ciudad desde Kobetamendi, tener el mar en el horizonte y los preciosos montes vascos al otro lado es un lujo del que no todos pueden presumir. He redactado una breve reseña de todos los grupos que escuché durante el festival, más con sensaciones que con un examen de las canciones. ¡Allá voy!
JUEVES 11
ALT-J
Con la banda de moda ya tocando y maldiciendo por los problemas de los autobuses, pisaba por primera vez el recinto en esta edición. Lo que ha conseguido Alt J en un año es digno de admiración… La hora (19:00) y el calor horrible que hubo la tarde del jueves dudo que fueran las mejores condiciones para escuchar el oscuro show de Joe Newman y compañía; pero ahí estaban, cocidos de calor, actuando ante menos público del que merecen, sonando igual de redondos y contundentes que en An Awesome Wave. Hay algo mágico en su música que hipnotiza y relaja a quien la escucha; quizá es la construcción de sus canciones, llena de melodías o la juguetona voz de Newman, pero tienen ese “algo” que todos los grupos buscan y pocos consiguen. Su interpretación de ‘Breezeblocks’ fue el colmo para un público entregado ante el flow de los ingleses. Se lo merecen todo.
EDWARD SHARPE & THE MAGNETIC ZEROS
Si no estaba muy de acuerdo con el horario de Alt J, no puedo estarlo más para Edward Sharpe. El sol cayendo detrás del escenario y cientos de personas viendo como una legión de músicos subidos al Live! Stage ponían banda sonora al impredecible verano bilbaíno. Poco momentos de mayor “buenrollismo” ha tenido esta edición del festival como con la actuación de los californianos y en especial, con ‘Home’, su tema estrella, que pararon a la mitad para ceder el micrófono a algunos asistentes para que contaran sus historias, para terminar con su pegadizo estribillo.
EDITORS
La música de Editors es épica y mastodóntica, cuando escuchas sus discos, parece que van a traspasar los altavoces y colarse directamente en tu habitación. De modo que, si son capaces de aportar un buen directo, tienen el éxito asegurado. Y así lo demostraron. Si bien la marcha de Chris Urbanowicz les ha podido afectar en su último disco, en directo siguen manteniendo una fuerza brutal y una capacidad de conexión con el público digna de admirar. La oscura voz de Tom Smith es algo que siempre me ha cautivado y fue agradable descubrir que en directo mantiene su fuerza.
CHARLES BRADLEY
A Charles me gustaría dedicarle algo de espacio. Estamos tan acostumbrados a encontrar chavales tras los debuts musicales que impacta saber que Charles Bradley debutó hace sólo dos años, cuando ya superaba los sesenta. No obstante, su complicada vida siempre ha estado ligada a la música y más concretamente al soul, pues durante muchos años trabajo como imitador de James Brown. Bradley, en pleno siglo XXI vuelve a mostrar la cara más amarga y despiadada de la música; con una voz absolutamente brillante, se vio obligado a trabajar en cientos de trabajos poco considerados mientras erraba por Estados Unidos de forma anónima, tal y como les pasó a otros soulmen, como mi adorado Howard Tate. Bradley sabe que tuvo mucha suerte al ser descubierto por un productor ambicioso por casualidad hace poco más de una década. Por ello, disfruta de cada momento sobre las tablas; ríe, baila, tontea porque sabe que es un regalo estar ahí, un sueño hecho realidad en el que debe regocijarse. Bradley no ha inventado nada; se debe a los maestros Tate, Carr, Redding y compañía, pero mientras haya gente como él sobre el escenario, el soul permanecerá vivo.
DEPECHE MODE
Pasadas las diez y media de la noche por fin llegó el turno del primer cabeza de cartel del BBK; Depeche Mode se subía al Bilbao Stage para contemplar toda la ladera repleta de un público dispuesto a vibrar con una de las bandas más renombradas de la historia. Y no defraudaron, aunque tampoco fue el concierto de su vida. Tienen calidad para dar y regalar, pero ya no carburan como antes. Por mucho que les pese a sus fans, su último disco deja bastante frío, sensación que transmiten en su directo. Andrew Fletcher, escondido tras unas gafas oscuras, parecía una estatua, y el rostro de Martin Gore reflejaba más sufrimiento que disfrute. Sin embargo, su pasividad fue compensada por el incombustible David Gahan, que no paró de correr de un lado para otro durante las dos horas de concierto. A Martin Gore sí hay que reconocerle sus escalofriantes interpretaciones de ‘Judas’ y ‘Home’ acompañadas tan sólo de un piano. Por lo demás, buenos momentos de rock electrónico. Si es cierto que los viejos rockeros nunca mueren, también lo es que se desgastan.
LITTLE BOOTS
Tras escuchar a Depeche Mode, muchos decidieron cenar, descansar o simplemente marcharse. Los rockeros (la mayoría) se enfilaron sin dudarlo a saltar con Biffy Clyro, los amantes del indie español se dirigieron a la carpa a escuchar a Miss Caffeina y yo decidí darle una oportunidad a la jovencita Little Boots. No puedo estar más contento con la decisión. Apenas un puñado de espectadores llenaba el live! Stage cuando Victoria Hesketh arrancó el show con su tremendo Motorway. Con un sonido más claro que en su versión de estudio, nos encandiló a todos con un directo de synthpop de manual.
TWO DOOR CINEMA CLUB
Es curioso ver la más que heterogénea legión de fans que el grupo británico ha logrado amasar con sus dos discos de estudio, así como el estado de euforia que provoca su música en sus directos. Son una fiesta alocada en la cual cada uno se mueve como sabe o su cuerpo se lo permite y, aunque con una presencia un pelín soberbia (beber de copa es demasiado british para mí, aunque por lo menos hablaron más que en su visita a Burriana el año pasado), los británicos saben hacernos mover. Personalmente, creo que no hay color entre su debut y su segundo disco, y eso se nota en el directo. Cuando tocan canciones de Beacon, el estado anímico del público es todo lo relajado que se puede estar mientras se oye una banda de electro pop, pero es sonar su Tourist History y la desinhibición hace acto de presencia geenral, lo cual es digno de agradecer. Para un festival, son el grupo perfecto.
VIERNES 12
THE VACCINES
A medida que avanzaba la tarde, unas nubes más negras que el carbón comenzaron a oscurecer Kobetamendi; de modo que mientras los Vaccines salían al escenario ya olía a lluvia. Lejos de amilanarse, los londinenses, empezaron a disparar hits con su habitual fuerza y desparpajo. Todo iba bien hasta que empezó a llover; al principio no era mucha cosa, incluso tenía algo de gracia bailar como locos mientras cantábamos ‘Post Break Up Sex’ o mi preferida, ‘All In White’. El problema llegó cuando la lluvia pasó a modo Bilbao y nos calamos enteros. El escenario principal se vaciaba paulatinamente hasta que un fallo técnico impidió que el sonido llegara a los altavoces; el cuarteto se dejaba la piel sobre el escenario, pero no oíamos nada. Conclusión: estampida en busca de refugio y concierto cancelado.
KLAXONS
Tras esperar a que la lluvia amainase, se reanudaron los conciertos con cierto retraso. Era el momento de Klaxons y Gary Clark Jr. Ante la imposibilidad de decidirme, opté por ver un rato a cada uno. La locura del grupo londinense es de institución mental. ¡Vaya show! La lluvia nos había dado ganas de darlo todo y ellos supieron aportar el punto de locura necesario. Su Atlantis To Interzone desató la locura general y actuó como punto de no retorno en un viaje hacia la extraña visión que estos chicos tienen de la música.
GARY CLARK JR
Gary Clark tiene clase para dar y regalar, es buen músico y posee una voz magnética. Sabe que no inventa nada, que vive de rendir homenaje a los grandes del blues y del rock, pero lo hace como pocos, estando muy próximo al nivel de grupos tan famosos hoy en día como The Black Keys. Lo que caracteriza a Gary es su eclecticismo, de ahí que encontremos temas muy rockeros como ‘When My Train Pulls In’, seguidos de otros con un aire más blues como ‘Don’t Owe You A Thang’ y ‘Soul (Black and blu)’. Tiene futuro este chico, a mí me tiene encandilado.
KINGS OF LEON
A Kings Of Leon se les puede acusar de renunciar a su estilo inicial, de venderse, etc. Pero no se les puede recriminar su calidad sobre el escenario, ni se puede pasar por alto la impresionante voz de Caleb Followill, que ya quisieran muchos. Lejos de ser una banda de mi gusto, se les ha de reconocer su capacidad para conectar con el público, su directo poderoso y su capacidad para componer canciones pegadizas. Por la actitud de los asistentes, no cabe duda que triunfaron, y algo de razón llevan.
JOHNNY BORREL & ZAZOU
Fue una de las sorpresas más gratas del festival. Un poco harto de los alaridos de PiL y necesitado de un poco de tiempo para recuperar fuerzas, decidí probar suerte con el guitarrista de Razorlight y no me arrepiento en absoluto. Muy buenas vibraciones son las que transmite su música desenfadada, su piano omnipresente, su guitarra y ese saxo acertadísimo, que saltan entre el folk, el rock y el pop.
2MANYDJS
Una hora de reloj estuvieron los 2manydjs, Soulwax o los hermanos Dewaele (como más os guste) pinchando; se me hizo corta, pero vaya hora. Que los belgas son buenos, es algo obvio (hace falta serlo para ponerse ese nombre), pero asombra la calidad y compenetración que se gastan los hermanos para hacernos saltar con sus sesiones. Su abrupto final me dejó con muchas ganas de más; deseando estoy de escuchar su nuevo material.
SABADO 13
THE HIVES
Los grupos como The Hives están hechos para deslumbrar en los festivales. Rock facilón de pogo, saltos y locura colectiva que encajan perfectamente en lo que debe ser la filosofía de un festival. Los suecos lo saben, de modo que trajeron un repertorio no apto para cardiacos, que prescindió de su genial ‘You Dress Up For Armageddon’ (si no me falla la memoria) pero que nos encandiló de todas formas; lo importante era saltar, el motivo poco importa. Sí es muy destacable el típico final con su hit absoluto, ‘Tick Tick Boom’, que sigue sin desgastarse a pesar de los años. ¡Larga vida a The Hives!
VAMPIRE WEEKEND
Cuando Vampire Weekend fue cabeza de cartel del FIB 2010, algunos se llevaron las manos a la cabeza, demasiado peso para la banda de Brooklyn, decían. Sinceramente, nunca llegué a entender las críticas, una de las propuestas más originales de la primera década del siglo XXI merece estar entre los grandes, y más si se reivindica con cada disco que edita. Por ello, tras su Modern Vampires of The City (de lo mejor que he escuchado este año), tenían más que merecido su condición de cabezas y no defraudaron. Durante hora y media hicieron gala de un directo preciso y de calidad altísima, que ha quedado marcado en mi memoria como uno de los conciertos más especiales que he visto. La voz dulce de Ezra Koenig y las alocadas instrumentaciones hacen de Vampire Weekend una de esas bandas en peligro de extinción capaces de reinventar la música y calar profundamente en la memoria.
GREEN DAY
Por mucho que les pese a los hipsters de turno o a los viejos rockeros, los ganadores absolutos de esta edición del BBK Live han sido Green Day. Demostraron calidad de sobra para interpretar sus (tampoco muy complicados) temas, supieron conjugar sus clásicos con las canciones de su último triple disco, pero sobre todo porque Billie Joe, al que hace unos meses daban por acabado tras entrar en una clínica de desintoxicación, la lió bien parda en el foso del escenario principal, consiguiendo hacernos botar al unísono durante la toda actuación, cosa que ninguno de los otros artistas consiguieron. Green Day son una máquina perfectamente engrasada por la que parece no pasar el tiempo (tanto física como musicalmente).
FATBOY SLIM
Y para rematar el mejor día del festival, Norman Cook puso el broche final impartiendo una lección de música a través de los platos. Había ganas de despedirse a lo grande y toda la masa nos desplazamos, aún vibrando con el recuerdo de Green Day, hacia el escenario Heineken para saltar de lo lindo con las mezclas del cincuentón de Brighton. Desde el primer ‘Put Your Hands Up In The Air’ hasta el ‘Satisfaction’ de los Rolling mezclado con el ‘Rockafeller Skank’, pasando por una magnífica mezcla in crescendo de ‘Praise You’, Fatboy Slim demostró que la experiencia es un grado.
Y aquí acaba mi breve repaso al BBK Live 2013, una edición que, pese a que seguro que no ha sido su mejor, ha demostrado que es un festival en alza, que puja fuerte por salirse de la zona media y lidiar con grandes festivales europeos; con el eclecticismo por bandera y con cada vez mayor asistencia tanto nacional como internacional. Aún les queda largo camino por mejorar, pero no tengo duda; si puedo, el año que viene, vuelvo.