Crítica: Rusos Blancos – Tiempo de nísperos

Disco en mano y con el agridulce regusto de un níspero en los labios (qué bien sientan con la llegada del calor), me dispongo a desmembrar el último trabajo de uno de los grupos pop con más proyección de la escena española, tanto a corto como a largo plazo: Rusos Blancos.

Tiempo De Nísperos (Ernie Records, 2013) parece ser el florecimiento final de un proceso iniciado en Sí A Todo (2011), con un estilo mucho más sobrio y maduro, pero conservando esa característica acidez en sus letras, ahora incluso de forma más lapidaria.

rusos-blancos-Tiempo-de-nísperos portada criticaMe gustaría comenzar hablando de la parte material del disco, pues parece ir directamente relacionada con la parte musical. Una portada con predominio de colores fríos, e interior con degradado de naranja intenso a verde «Calippo de lima» (disculpad la expresión, pero los lectores masculinos como yo lo agradecerán) puede servir de preludio a lo mostrado después: temática deprimente tratada con el desenfadado sarcasmo de Manu Rodríguez.

Bueno, centrándonos en lo realmente importante, podemos estar ante una delicia para los simpatizantes de la música negra, porque las melodías setenteras con aires soul y funk se dejan sentir en la mayoría de canciones. ‘Dudo que el amor nos salve‘ abre de forma acertada el disco con la frase «Nos enamoramos en la clínica de venéreas«, a lo que se une una excelente composición instrumental. ‘Orfidal y Caballero‘ sigue la tesitura de la primera, y nos confirma con el insistente estribillo «soy un hombre triste» que el protagonista de este álbum está condenado al fracaso en el amor.

Las tres siguientes canciones, como ya pude comentar en la crónica de su concierto en Barcelona, son mis favoritas. ‘Baile letal 3‘ es la que más recuerda a la música disco retro, e incluso se pueden apreciar unos coros robóticos hacia el final. ‘Hogareña‘ es lo más enérgico que nos muestra el disco. Su minuto inicial carente de voz es altamente pegadizo. ‘Oro, disfruto‘ deja varias perlas del estilo de «tengo tanto miedo a perderte, que no soy feliz cuando estoy contigo», o su estribillo «Nunca disfruto de nada en realidad«.

Bonito cortejo‘ abre con «Escribí puta en tu puerta, pero tú sabes que quería decir te quiero«, definiendo muy bien la ambigüedad de todo el álbum.

Los dos temas compuestos por Iván Jávega, ‘La playa de los locos‘ (contiene un sample de una canción tradicional cántabra) y ‘Marina‘, son los únicos que se alejan de la temática del disco y pueden servir un poco de conector con los trabajos anteriores en cuanto a sonido. Como puntilla a esta tragicomedia, ‘Algunas cosas que aprendí de mí estando contigo‘ parece ser una confesión final y sincera de todo lo dicho, con un ritmo mucho más tranquilo y sonido crudo.

Para concluir, cabe destacar la casi imprescindible aportación de Laura Prieto y Elisa Pérez en los coros, sin duda un gran acierto en todas las canciones en las que participan.

Nota bandálica: 7,5

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