Vaya susto nos dieron los de Hoboken al empezar su concierto tocando ‘Ohm’ en acústico. Más de uno se vino abajo pensando que tendría que conformarse con una versión descafeinada de uno de los temas más potentes del último álbum de Yo La Tengo, Fade. Afortunadamente, dos horas y media de concierto dan para mucho, y además ‘Ohm’, a falta de psicodelia, sonó estupendamente en acústico.
Así transcurrió la primera parte del concierto, muy tranquila y muy en línea con el álbum que fueron desgranando. A alguno se le hacía demasiado tranquilo y reprimía las ganas amagando saltitos. La verdad es que faltaba el acomodador repartiendo sillas y prismáticos porque temas como ‘Two Trains’, ‘It’s That Enough’ o ‘I’ll Be Around’ sonaron como en un teatro, maravillosas.
Mientras escribo esta crónica, escucho estos temas (para no colarme con los nombres, entre otras cosas) y me vienen a la cabeza la atmósfera del concierto, los acordes del directo, los arbolitos de atrezzo y la compañía. Escribir la crónica de un concierto de Yo La Tengo, que lleva haciendo clásicos muchos más años de los que yo llevo escuchando música, se me antojaba un tanto dificil. Así que, para hacerlo un poco más llevadero, me aseguré una buena compañía, erudita en Yo La Tengo y en otros asuntos del rock. Este particular Pepito Grillo, entre otras cosas, me advirtió para no aplaudir en varios falsos finales como el de ‘Cornelia and Jane’, me llamó la atención sobre la guitarra de 12 cuerdas de James McNew, me avisó de que sonaban los acordes de ‘Decora’, que yo no hubiera reconocido (Electr-o-pura, 1995)… Y además fue a por cerveza; una joya, vamos.
Geniales sonaron en esta primera parte ‘Seasons of The Sharks’ (Summer Sun) y ‘Black Flowers’ (I Am Not Afraid of You And I Will Beat Your Ass). La Riviera, que tantas veces hemos criticado por su calidad acústica, aguantó el tirón muy dignamente y nos dejó oir la voz de Georgia Hubley, que sigue teniendo, por cierto, la misma apariencia achuchable de siempre y esa voz angelical y tremenda que deja boquiabierto a cualquiera.
Después del descanso, de la clasificación del Real Madrid, y de las visitas al baño y a la barra (puede que nos dejasen demasiado tiempo para volver a la barra), empezaba el rock, la distorsión y la psicodelia. Un setlist tremendo con temas como ‘Stupid Things’, ‘Moby Octopad’, ‘Before We Run’, un genial ‘Sugarcube’ y por fin un eléctrico ‘Ohm’, que se llevó todas las ovaciones que nos quedaban.
Me pareció genial el breve diálogo de Ira Kaplan con el público, que fue algo así:
Ira: ¿Qué podemos decir? Os preguntaría «¿Cómo estáis?» pero entonces sólo oiríamos un «oooohhhh» de todos a la vez y no serviría de mucho, así que voy a preguntar a uno en concreto. Tú, sí, tú, el de cuadros: ¿cómo estás?
Tímido espectador: Bien.
Ira: Ha dicho que está bien, si él está bien, ¡todos estamos bien!
En un larguísimo y glorioso bis corrieron las versiones y rarezas. Enormes sonaron ‘This Is Where I Belong’, de The Kinks, y ‘Gates of Steel’ de Devo. Georgia volvió a tomar los mandos en ‘The Summer’ y se despidieron definitivamente con ‘What Can I Say’.
Cualquier concierto de Yo La Tengo es un acierto. Los de Nueva Jersey no fallan, pero éste en concreto es de los que recordaremos durante mucho tiempo. Mítico, señores.
Fotos: Kedin