Queridos lectores, permítanme un consejo: no beban ustedes vino durante 12 horas, si después tienen que hacer una crónica de lo ocurrido mientras bebían. Lo que cuento en esta crónica es una «aproximación» a la realidad.
Voy a centrarme en el concierto de Julio de la Rosa, que además de ser uno de mis preferidos, casualmente fue el primero y lo recuerdo con claridad.
Alternando temas de su último álbum Pequeños Trastornos Sin Importancia (‘Gigante’, ‘Colecciono Sabotajes’) con otros más antiguos, el jerezano dio un concierto genial. El publico calentó motores coreando ‘Un corazón lleno de escombros’ y se escaparon los primeros brincos de la tarde con ‘Hasta que te hartes’ y ‘Sexy Sexy Sexy’(del álbum La herida universal).
Qué apañado es este chico: él solo abre un festival a la una de la tarde, y lo borda.
El aperitivo nos lo tomamos escuchando el homenaje a Paco de Lucía de manos de Oscar Herrero. Una pena que la acústica de la sala desluciera la pericia con la que tocaba. Una delicia. Y llegados a este punto, yo me pregunto, las catas del Enofestival, ¿son los padres? Y que conste que intentamos entrar en un par de ellas, pero fue imposible. Menos mal que somos gente muy voluntariosa y, a pesar de las dificultades, probamos la mayor parte de vinos del recinto, pero yendo barra por barra, algo que requiere muchísima dedicación.
Ya notaba yo a la gente algo achispada cuando los de Manu Ferrón salieron al escenario. Ver a Manu Ferrón en directo implica ver a uno de los grandes del circuito nacional, pero vocalizando, no sé si me entienden. Y eso que el sonido podía haber sido mejor, sobre todo al principio. Dio igual, dejaron muy claro que ‘A trabajar’ es un temarraco y que ‘Secreto a voces’ no debería ser tan secreto. Olé.
The Winemakers hicieron acopio de versiones rock. Se comenta que Sergi Arola subió al escenario y se cantó unos bailables. Yo no sé si fue Sergi Arola, lo que sí sé es que bailables sí eran.
Por si estaban preocupados, sepan ustedes que el propio Fabian, de Fabian y la banda del norte, nos confirmó que se encuentra en perfectas condiciones, que toca flojito pero porque le gusta así. Y efectivamente, su música preciosista mojó unas cuantas bragas en la cuarta planta del Círculo de Bellas Artes.
El Último Vecino nos deleitó con su genial pop de corte ochentero. El concierto fue divertidísimo y lleno de perlas como ‘Qué más da’ y ‘Tú no estás asustado’. Sólo espero que la fama que pueda alcanzar Gerard Alegre y su grupo no sirva para poner de moda sus pantalones.
Disco Las Palmeras! dieron buena muestra de su ruido orquestado y aunque su directo no fue tan brutal como el que hemos visto otras veces, no desmerecieron y dejaron el listón bien alto para lo que fue el plato fuerte de la jornada, un tremendo concierto de Mujeres.
Para cuando comenzó, ya habíamos confraternizado con los del stand de Bodegas Iniesta (excelente vino, mejores personas), y bueno, esto ha impedido que esta crónica sea todo lo exacta que debería ser. Rockanloeamos como si no hubiera mañana y es que los temas de Soft Gems sonaban bestiales. Una versión de ‘Run Run Run’ de The Velvet Underground y el escenario lleno de gente sirvieron de broche a un día genial.
Desde Bandalismo felicitamos a la organización del Enofestival, una idea excelente lo de mezclar vino y conciertos. Y en otro orden de cosas; Mami, si me estás leyendo, que nada, que no pude ir el domingo a comer porque me sentó mal un sándwich mixto. Un beso.
(Foto de Alicia Arroyo)