Imagina el cuentarrevoluciones de un coche. Marca de 0, tus padres, a 7000, Lady Gaga.
A veces bajas un poco las revoluciones y te vistes a 2000, así con unos tejanos y un polo; a veces vas a 5000 con unos pitillos, una camisa de cuadros y bigote. Normalmente vas a 3000 o 3500, ni pa tí ni pa mí.
En cambio hay gente que solo vive en las 6000, y no bajan de ahí. Es más, hacen lo posible por llegar a las 7000, e incluso buscan un poco de nitro para poder sobrepasarlas. Y esta tendencia de llevarlo todo al extremo, al hardcore, ha acabado por reventar y la aguja ha dado la vuelta al cuentarrevoluciones y se ha situado otra vez a 0. En tus padres.
Esto es el #normcore.
Sólo cuando conoces las reglas, puedes romperlas
Al igual que la sprezzatura, el #normcore sólo tiene sentido si se aplica esta frase. Pero es lo único que tienen en común, ojo, ya que la italiana busca expresar la personalidad del maniquí a través de la moda y la americana intenta hacernos olvidar la moda para que nos centremos en la persona. Forma vs fondo.
Un pañuelo arrugado de manera desinteresada pero intencionada; no llevar calcetines cuando llevas mocasines, doblar las mangas de las americanas o llevar pajarita con camisas de cuadros; todo esto son detalles propios de la sprezzatura que parecen excentricidades al ojo inexperto, pero son tesoros para el connaisseur. Con el #normcore pasa lo mismo.
¿Unos tejanos de tiro alto y una camiseta básica Fruit of the Loom? IN
¿Unos pantalones de chándal Adidas con botones a los lados, una camisa y unas Dr. Martens? Totally IN. Pero sólo para quien entiende.
Mucha gente ha intentado definirse a través de la ropa, incluso hay gente que ha conseguido hacer de ello un estilo y una forma de vida. ¿Cuántos egobloggers conocemos? ¿Cuantas “it” girls puedes nombrar?
Instagram está lleno de gente orgullosa de mostrar su #outfitdeldia. El postureo está everywhere. Las pasarelas ya no están en Milán, NYC o París, las pasarelas están en los espejos de las casas. Y es precisamente este hecho de masificación de la identidad a través de la moda lo que ha hecho florecer el #normcore.
Es un “domingo de resaca”, un “déjame en paz, quiero estar cómodo” de las tendencias. ¿Puede haber algo más cómodo que unos tejanos, una camiseta y unas bambas?
Más allá
Sin embargo, el tema va más allá. El colectivo “K-Hole”, expertos pronosticadores de tendencias, publicaban recientemente en su Facebook que el artículo de Fiona Duncan para NYMag reducía el movimiento a ropa de padres, momjeans, bambas New Balance y forros polares. Estos, en cambio, serían más propios del #ActingBasic que del #normcore, el cual es más una actitud vital “fresca, desenfadada, sentirte cómod@ con lo que haces, como un turista ante la vida”.
Es verdad que hemos llegado a un punto en el que te consideran un bicho raro si no sabes cual es la última ginebra de moda, si no sabes cual es el grupo más indie del sello más raro de Uzbekistán, si no tienes 5.000 followers en tu Instagram eres un abrazatendencias más que un createndencias. Hemos conseguido hardcorizar todo. Hemos conseguido que ser otaku sea la norma.
El #normcore es el contrapunto. Es como estar en un viaje constante, visitándolo todo. “El sentido del #normcore es que te puedes vestir de mascota de la NASCAR para una gran carrera y luego irte a una rave endrogado durante toda la noche” apuntan desde K-Hole. No encerrarse en algo que te apasione, sino que te apasione todo.
El #normcore ha muerto, larga vida al #normcore
Sea como fuere, las revistas GQ y Vogue o periódicos como El País, a través de Icon, ya han hablado de la moda del #normcore en sendos artículos; en los cuales lo nombran como “moda del Lidl” o de centro comercial, vanalizando el término, violando su idea.
Así que para cuando estés leyendo esto, Zara y H&M tendrán en sus escaparates camisetas totalmente blancas a 9,95€ y tejanos de tiro alto por 19,95€, que serán the next big thing.
En esencia, el #normcore ha nacido muerto. Es la antitendencia que ha surgido de la sobredosis de las tendencias y que en el intento de todos los actores de la moda de sacar dinero de donde sea, se va a convertir en un movimiento más, en algo realmente banal. Cuando podría haber sido algo “bonito”, algo como un “¿te acuerdas del verano del ’14, con sus tejanos de tiro alto, sus camisetas lisas y sus bambas New Balance?”.
Pero bueno, al menos nos quedará Seinfield. NostraSeinfeld.