Nada ha cambiado, aunque Pavement Tree, su último trabajo (y uno de nuestros favoritos de 2014), esté impregnado de un tono de seriedad al que no estamos acostumbrados: Bigott sigue siendo Bigott. Lo hemos comprobado en la presentación del disco el pasado 26 de febrero, en el CCP de Málaga. Y nos sentimos muy aliviados. Ya antes de abrir la noche con la clásica ‘She Is My Man’, el maño estaba haciendo bromitas, pidiendo que pusieran música del «ípod» mientras terminaba de afinar su instrumento.
Tras lanzar el primer tema del disco que nos venía a presentar, ‘Echo Valium’, un mediotiempo melancólico de aires fantasmagóricos, el frontman Borja Laudo aprovechó para escupir una broma con un ligero regusto amargo. «Pavement Tree es bueno, si os dicen que es malo no les creáis. Luego lo vendo allí» dice, quizás haciendo referencia a quienes dicen echar de menos el estilo del Bigott de siempre. El maño no dejó pasar tres canciones sin dirigirse al público para soltar alguna broma o hacer el indio un rato, y en una de estas mantuvo una conversación con Sr. Chinarro, allí presente, como si de un encuentro fortuito en un bar se tratara.
No faltaron las aclamadas ‘Good Mum Walking’ y ‘God Is Gay’, durante la cual el cantante se exhibió en unos bailecitos swingueros realmente envidiables, intercaladas por el magnífico mediotiempo ‘Baby Lemonade’. «¡Pavement Tree! Pavement Tree es bueno, aunque en la portada hay algo raro… no sé, hay ahí como un Elvis hermafrodita, una cosa rara», bromeaba entre la etérea ‘Pavement Tree’ y la delicada y suave ‘We’ll Dance’, interpretada por la bajista Clara Carnicer y acompañada únicamente por su bajo y la guitarra de Borja. Bajo potente y omnipresente, el de Clara, todavía más que en el disco. Su instrumento retumbaba sólido entre las paredes del CCP de forma constante, hacirndo que el concierto te entrase por los poros y no solo por los oídos, que la música te sacudiera los huesos.
La velada transcurrió rápida, la banda fue lanzando un tema tras otro sin discriminación alguna, desde la ultraswingera ‘Gipsy Loop’ (que menudo flow tiene, oigan) a la frágil ‘Even If You Don’t Know’, pasando por la bailonga ‘Paper Kane’ (que estábamos sentados, sí, pero vaya balanceo de butacas). Estábamos ya en la recta final cuando arrancaron los primeros acordes del ya mítico éxito ‘Cannibal Dinner’, la más esperada por todos. Entre el público nadie pudo contenerse entonces, y los presentes se encargaron de hacer los coros para la canción. Y así, con una pirueta del cantante, se despidió Bigott de la audiencia. Algunos se levantaron para salir corriendo antes que el resto de la marabunta, y me pregunto yo cómo es posible que en 2015 la gente todavía no sepa que en un concierto como es mandado siempre hay encore.
Pero, como era de esperar, allá que volvía el zaragozano, completamente solo. Abrió esta segunda parte con una solitaria y emocional ‘Pavement Tree’, acompañado solo por el llanto desgarrador de su guitarra. Le siguieron entonces los demás miembros para ejecutar ‘Cool Single Wedding’ y esa simpática y adorable ‘Find A Romance’, deprisa, porque el tiempo apremiaba, ya que «mañana tengo que irme a Burdeos a engañar a los franceses». Aun así, el público, sediento de más e implacable en sus peticiones, consiguió arrancarle un último tema. ‘It’s Ok’ fue la elegida para cerrar definitivamente esta cita íntima y romántica, divertida y un poco absurder. Bigott acudió a Málaga con mucho más que un disco que presentar.
La cita fue la prueba de que se puede hacer música de tonos «serios» sin por ello tener que encorsetarse, que desmelenarse y pasárselo bien es primordial. Bigott trajo consigo la frescura de la música hecha de pasión y diversión, aun después de siete discos. Todas las fotos por Borja Espresati. Más en nuestro Facebook.