Nocturama Sevilla: Mucho + Furia

Tras dos semanas sin pasar por Nocturama y perderme a Full y a La Bien Querida, entre otros artistazos, regresaba de nuevo ante otra gran noche de buena música, de las que tan bien nos tienen acostumbrados allí. Maldito coche.

Esta vez la entrada era un poco más discreta que la de otros días, y no sería por el alto nivel que presentaba el cartel. El verano en Sevilla produce un efecto repulsión. Mala suerte por partida doble a los que se lo perdieron, porque además del pedazo de concierto que se nos venía encima, la organización nos hacía un gran regalo: invitaciones para el concierto del día siguiente de La M.O.D.A (La Maravillosa Orquesta Del Alcohol) y El Imperio del Perro.

A Nocturama no se le escapa ninguna, y sabe de sobra cómo cuidar a su público. Tal es así, que intenta que cada minuto de espera a la actuación no se haga incómodo. Para ello: ofertón 2×1 en cervezas y buena música a cargo de un DJ Set. Para este día era La Mano de Dios DJs el que se encargaría de amenizar las esperas, con temas de Arcade Fire, Foals, The Strokes o Vampire Weekend, entre una larga lista de buenas bandas y buena música.

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Sentados en el césped esperábamos a que fueran las diez y cuarto (os tenemos calados) para que Furia hicieran acto de presencia en el escenario. Procedentes de El Puerto de Santa María y formada por Goli Supersummer y Nur Wong, hacen un country rock intenso, con ciertos tintes folk, que en una primera escucha nos hacen recordar al western más clásico, al sur yankee y al tequila de Tijuana. Se presentaban en Nocturama defendiendo su LP Listen to Phenomenal Western Rock Combo, en un verano cargado de presencia festivalera por todo el país.

Con un vestuario de etiqueta subían al escenario a ritmo de ‘God’s gonna cut you down’ de Johnny Cash, acompañados de Nelo Escortell y Fran Santamaría para completar el cuarteto tipo. Todo empezaba con una ‘Road Old Road’ in crescendo de la mano de Nur, que culminaría en un explosivo final que ponía las cartas sobre la mesa de lo que nos esperaba esa noche.

Tras unas oscuras ‘I’m a man’ y ‘Shake it’ que nos demuestra que lo mismo puede cantar Goli que Nur, continúan con ‘New York City’, nuevo tema no incluido en el LP con un carácter mucho más agresivo. Tanto es así que desataron la locura encima y fuera del escenario, donde bajó a cantar un fragmento rodeado de los que nos encontrábamos en las primeras filas.

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Sólo era la cuarta canción del set y ya tenían en el bolsillo a todos los asistentes de Nocturama. Nos habían contaminado positivamente el nerviosismo que les caracterizaba, pues no es común que todos los allí presentes estuviesen de pie en el concierto que abre la noche. Y es que era imposible no estarlo, casi un pecado.

Para continuar en la línea de locura ‘Pushloop’, seguida del hit sureño ‘Money’, que Goli presentaba con cierto acento italiano haciéndonos creer que así era, pues no lo cambió ni un segundo en toda la noche. ‘El Chile de la muerte’, de cierto carácter instrumental con otro final rompedor al llegar al clímax, gastaba la poca energía que les quedaba para después recuperarla con ‘Happy place ones’, nueva canción de título casi provisional que bajaba la intensidad media de todo lo que había acontecido.

El tango de ‘Ocean tango’ también les valía para coger aire y volver de nuevo a los altos decibelios. ‘Kai Lenny’ y ‘Detroit’ para poner fin a su noche, a base de puro rock y final apoteósico, donde una de las guitarras acabó en manos del público, a la vez que el bajo era golpeado contra la tarima del escenario al puro estilo Pete Townshend. Y qué mejor forma de despedirse que con la ‘Malagueña salerosa’ de Chingón sonando de fondo.

Cincuenta minutos de puro derroche, de pura “Furia”. Nunca antes estuvo tan bien puesto un nombre.

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De la misma forma que los chicos de Furia recogían, los de Mucho colocaban y probaban. Ante todo humildad. Y mientras La Mano de Dios DJs.

Mucho es una banda procedente de Toledo con un estilo poco definido, pues lo mismo hacen pop psicodélico que tocan techno. Aunque por norma general predomina un indie pop, o lo que ellos denominan rock cósmico y pop sideral.

Este verano cuenta con pocos conciertos de esta banda, pocos para los que debería tener una de su nivel, y es que la razón no es otra que  su nuevo disco, cuya intención era que saliese por estas fechas. Lamentablemente se ha retrasado, cosa que ha provocado ciertas caídas de cartel, como el del Sonorama Ribera. Podemos sentirnos afortunados de que Sevilla sea una de esas fechas exclusivas de este verano, ¡aunque también merecíamos que viniesen alguna vez!

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Llegaban las once y media algo pasadas, y el apocalipsis y la cosmicidad rondaban Nocturama. El poncho de Martí avecinaba un cierto carácter de lo que serían las tres primeras canciones: psicodelia. Estas fueron ‘La distancia’, ‘En la base de la montaña’ y ‘El lustroso alarido’, todas ellas dotadas en directo de una personalidad que tiró más hacia lo instrumental, creando una sensación atmosférica a base de flanger, chorus y delay, sumado al sonido característico de la banda.

Tras éstas se presentaban de esta forma: “Somos Mucho, el azote de La Mancha. Ahora que ya no está la Cospedal estamos en el número uno”. También justificaron sus tres primeras canciones con ser una banda que solían fumar verde, además del poncho. Prometieron que las siguientes serían más “country”.

Con ‘Motores’, ‘Corre mi reloj’ y ‘Los hijos del mal’ volvieron a un sonido que les identifica algo mejor, más propio, a base de una sobre reverb en la voz muy utilizada por la banda y un sonido más rock. La última iba dedicada a la Troika, donde se hablaba de hombres de negro y de Tsipras, aunque fuese de su disco de 2011 Mucho, del que sólo tocaron éstas dos últimas.

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Decidieron que el último concierto de su gira fuese en Nocturama, que sumado al hecho de no haber pasado nunca antes por la capital hispalense hacía que se lo tomasen con calma y respeto. Una gira que presentaba El apocalipsis según Mucho, su segundo disco de 2013, y que ha pasado prácticamente por todo el territorio español. Y por supuesto, Sevilla no podía faltar.

Continuaba la noche con la versión de una grandísima banda, The Raconteurs, y el tema elegido fue ‘Level’. Jack White estaría orgulloso de ellos. Y como el que no quiere la cosa, pasan del puro garage rock al techno de Chimo Bayo, con ‘La larga risa del emperador’, con un final atmosférico improvisado con toques de órgano y bajo a lo Tame Impala.

Llegábamos ya a la recta final, la hora de la batería de hits. No sin antes agradecer a todos por asistir esa noche, donde confesaron estar algo asustados por ser su primera vez en Sevilla y por hacerlo después del desenfreno de Furia, pues sus canciones en comparación eran “baladas”. ‘Como si no hubiera mañana’, ‘Más feliz sin televisión’, ‘La primera luz del día’ y ‘Grupo revelación’. Éstas dos últimas de un pequeño EP de 2014 titulado Grupo revelación, que junto a la primera del set list lo forman.

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Y con ‘Sal de la tierra’ y otro pedazo de final improvisado pusieron el cierre al concierto. Ahora les toca cambiar escenarios por estudio, y viendo de lo que son capaz tenemos muchas ganas de escuchar su nuevo trabajo. ¡Esperemos que esta vez vengan un poco antes!

La mano de Dios DJs tomaba de nuevo el relevo, hasta las dos y media de la madrugada. Se nota que en Nocturama se lo pasan bastante bien en el after, sólo hay que ver el estado del césped de la zona DJ.

“Qué importa la música que hagas, si ésta sale del corazón y es capaz de llegar al de los demás”

Más fotos de la noche “cósmica” en nuestra página de Facebook, por Manuel Romero Perea.

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