La banda de synth pop de Ontario da un giro político en ‘Future Politics’, su mejor trabajo
El proyecto más electrónicamente delicado de Katie Stelmanis ha mantenido siempre un cierto pulso arty heredado de sus trabajos previos al margen de Austra. Pero para Future Politics (Paper Bag/Domino, 2017), su tercer álbum, ha incidido un poco más en esa propuesta poligonal y más afilada, dejándose seducir por elementos del dub, del house y del techno para apuntalar su sonido new wave, sintético y bailable.
El hedonismo puede ser, a nivel musical, una característica fundamental en el synth pop de Austra, pero Stelmanis también es una mente inquieta preocupada por los devenires políticos, por el papel de la mujer en el mundo y por los valores del trabajo en la sociedad como elemento alienador. Así que Future Politics, como indica su propio título, supone una especie de manifiesto distópico sobre el futuro y la clase de relaciones sociales y políticas que se derivarán de las actualmente establecidas, como demuestra una ‘Utopia’ en la que se explicita ese compromiso desde la pista de baile.
Es este compromiso, líricamente afilado y alejado de tópicos catastrofistas y orwellianos, el que da a la banda canadiense una dimensión más trascendente y sitúa su trabajo en la órbita de comparaciones con Kate Bush o con Massive Attack, encerrando un engolado melódico que conecta con una versión más electrónica de Florence + The Machine o London Grammar.
‘We Were Alive’, desde la apertura, sintetiza las ideas que luego se desarrollarán y que alcanzan su mayor expansión en ‘I Love You More Than You Love Yourself’, en una invocación al espíritu más clubber y con una de las frases con más fuerza del disco: «There is nothing in your soul tonight / I only see darkness».
‘Future Politics’ confora una reivindicación electrónica, dramática y melódicamente barroca y ominosa de los derechos del individuo sobre las opresiones del sistema
La melancolía que exuda todo el álbum, pesimista y escéptico sobre las verdaderas posibilidades de cambiar el sistema, alcanza su punto de mayor crudeza y oscuridad en el acto final, la enorme ’43’ que toma su título de los 43 estudiantes «detenidos forzosamente» en Iguala, México en 2014 y en la que exhorta a creer en las convicciones personales en clave de brujería (pasada por el filtro de los Cocteau Twins).
Pero no se detiene en ningún momento ni deja espacio a cualquier filosofía ligera, tampoco cuando se traslada con mayor evidencia a los terrenos synth pop en los que se desenvuelven Austra con mayor comodidad, como en el trallazo ‘Future Politics’, el single más claro, pegadizo y con pegada. Ya quisieran tener en Spirit un alegato político tan acertado como este unos Depeche Mode de los que, irónicamente, beben directamente Austra.
Al final, Future Politics supone una especie de confirmación de la artista canadiense además de su mejor trabajo (pese a que algunos temas menos inspirados lo retengan en el terreno del notable discreto), y conecta con la sensibilidad de ANOHNI en su reivindicación electrónica, dramática y melódicamente barroca y ominosa de los derechos del individuo sobre las opresiones del sistema.