Los conciertos, como Café Tacvba, van madurando
Café Tacvba lanzó a inicios de año Jei Beibi (Autoproducido, 2017), su octavo disco de estudio. En su gira de promoción Niu Gües Tour 2017 han tocado en diversas ciudades de México, Estados Unidos y Latinoamérica.
Aún recuerdo, hace bastantes años, cuando se presentaron en una discoteca —para no más de 1.200 personas—, con un show de casi 3 horas llenas de baile y descontrol. Ahora, los veo en un autódromo internacional con una entrada de un poco más de 5 mil personas y con un show de 2 horas con momentos llenos de baile y otros simplemente preparados para disfrutar la música.
Se apagan las luces y los gritos inician dando paso a la entrada de la banda. El cuarteto formado por Rubén Albarrán (voz y guitarra), ‘Meme’ del Real (sintetizadores), ‘Joselo’ Rangel (guitarra) y ‘Quique’ Rangel (bajo)-, con los músicos de soporte Luis ‘El Children’ Ledezma (batería que en los primeros discos el grupo usaba caja de ritmos) y a Ramiro del Real (sintetizadores y guitarra-). Sí, hay dos pares de hermanos en el mismo grupo.
El sonido grueso del sintetizador de Meme comienza a sonar como un pulsar para después ser acompañado por la batería y el bajo dando inicio a ‘Futuro’ —una canción con base tipo electro-cumbia—, para continuar con ‘Disolviéndono’ y ‘Matándonos’. Tres canciones del nuevo álbum no tan coreadas pero conocidas.
“¡Buenas noches muchachos! Ya llegó el Café Tacvba para darle duro al taconazo” grita Rubén al momento que inician los acordes de la clásica ‘Las Batallas’ —inspirada en el libro «Las Batallas en el Desierto»—. Fue en ese momento cuando el público comenzó a corear, listos para continuar con ‘Raratonga’. El taconazo había iniciado. Continuaron con ‘Volver a Comenzar’ —una de sus mejores canciones con un final explosivo—, las baladas ‘Eres’, ‘Que No’ y ‘Como te Extraño’ —cover a Leo Dan— vuelven a bajar la energía. Las parejas se juntan y cantan, aquí ya se empezaba a extrañar “los conciertos de antes” donde no había tanto sube y baja.
“Mejor yo me echo una chela, y chance enchufo una chava, chambeando de chafirete me sobra chupe y pachanga” que en buen español sería: «Mejor me tomo una cerveza, y tal vez ligo a una joven, trabajando de taxista me sobra la bebida y las fiestas», ‘Chilanga Banda’ —el cover a Jaime López—, una canción llena de regionalismos de la Ciudad de México, el sentido de pertenencia a más no poder a través del hip hop.
El concierto continúa con ‘Un Par de Lugares’, una canción que habla de la separación y el recuerdo de una forma alegre, un poco «popera». El público vuelve a bailar y a cantar. ‘Puntos Cardinales’ es otra canción llena de baile con un ritmo pegajoso. La intensidad baja un poco con ‘53100’, pero ya no es tan notorio el cambio.
“Tengo frente a mí un campo lleno de hermosas flores, de todos los colores y exquisitos perfumes”, el público se entrega, sabe que continúa ‘Las Flores’, una canción alegre y llena de optimismo, otra de los «clásicos» bailables. La fiesta sigue con ‘Eo’, ‘El Fin de la Infancia’ —con sus clásicos sonidos de banda regional mexicana— y ‘La Chica Banda’. “Pues muy buenas noches, cuiden a las muchachas, nos vemos pronto” grita el vocalista, aunque sabemos que viene el encore muchos comienzan a pedir otra canción y otros se ponen de acuerdo en cantar el coro de ‘El Baile y el Salón’: “Papara papa ue ueooooo”, hasta que las 5 mil personas comenzamos a gritarlo al mismo tiempo.
El encore dura mucho menos de lo esperado, la banda regresa emocionada, agradece y reinicia el concierto con ‘El Mundo en que Nací’, una balada inspirada del amor de un padre a su hijo con Meme en el piano siendo acompañado por Quique en el bajo. La gente vuelve a corear cuando inicia ‘Volcan’, otra canción tranquila que habla del sacrificio humano de una pareja en tiempo de los aztecas y, visto de otra forma, la relación del hombre con la naturaleza: «Navaja de obsidiana es el silencio en mi pecho ya, adentro en la lejanía podré volverte a abrazar».
Antes de continuar, Rubén da un discurso sobre el medio ambiente, política, corrupción… invitándonos a ser mejores ciudadanos y mejores personas. Su parte activista no puede pasar desapercibida, dando paso a ‘1-2-3’, canción con mensaje social y un guiño a la injusticia en México.
Para despedirse comienza a sonar ‘El Baile y el Salón’. La gente comienza a gritar y a brincar: “Yo que era un solitario bailando, me quedé sin hablar, mientras tú me fuiste demostrando que el amor es bailar”. La canción termina y la gente sigue coreando ante la mirada agradecida de la banda que se comienza a despedir.
Es grato volver a ver a una banda de este calibre: ganadora de varios Latin Grammy, un Grammy, por parte de MTV ya grabaron un Unppluged y tienen diversos premios, entre ellos el MTV Legend Award entregado por Morrisey.
Sin mucha producción —pero con un gran profesionalismo— ofrecen un muy buen concierto. Ya no son la misma banda que vi cuando todo era fiesta y baile, ahora ya tienen hijos, son más maduros, tanto en la música como en persona… y esto se nota en las presentaciones, dan conciertos a los que ellos asistirían.