¿Un festival urbano que inunda la ciudad, que trae una selección sibarita de música local, nacional e internacional y que es transversal en géneros y estilos? ¿Que sea gratis y cada vez más grande? Se puede: El Noroeste Estrella Galicia de A Coruña
Más de cien actuaciones en sitios emblemáticos de la ciudad utilizando como escenario céntricas plazas, museos, teatros y hasta un castillo. A lo que hay que sumarle DJs, sesiones matinales, estilos para todos los gustos y bandas de todas partes del planeta. Todo esto -y más- era lo que nos ofrecía la XXXI edición del Noroeste Estrella Galicia de A Coruña, el cual ya os presentamos aquí hace unos meses.
Y es que es un festival que se ha reinventado a sí mismo sin abandonar esa emblemática playa de Riazor. Ha conseguido añadir un «plus» que ha conseguido gran aceptación por parte del público, lo que se añade a una clara -y casi total- apuesta por las bandas gallegas y el producto local. La idea era llevar la música a todos los rincones de la ciudad, un reclamo turístico para su semana grande y una forma alternativa de abrir todo un mes de festejos… y lo han logrado.
La ciudad de A Coruña es en sí el gran escenario. Las plazas más céntricas de la ciudad -con sus correspondientes negocios hosteleros a su alrededor- como Campo da Leña, Plaza Sellier Lloup, Plaza Das Bárbaras o la Plaza de San Nicolás. Dos teatros, Rosalía de Castro y Colón, que acogían una novedad de esta edición como era la denominada «Selección Noroeste». Museos como el Casares Quiroga o la Fundación Luis Seoane que servían de escenario para esas propuestas más intimistas y arriesgadas, el Castillo de San Antón (fortaleza del siglo XVI reconvertida en prisión y actualmente sede del Museo Arqueológico e Histórico) o el parque del paseo de los Puentes – donde se desarrollaba la totalidad de la jornada del domingo. Todos ellos acogen, durante seis días intensos, un centenar de actuaciones donde caben todo tipo de estilos.
Desde el martes al domingo es un auténtico «non stop» por la calles de la ciudad. Un festival urbano con buen ambiente -y un público más numeroso que en anteriores ediciones- que muestra un gran apoyo a las bandas autóctonas apostando también por un elenco de bandas nacionales de lo más variado. Desde Aviador Dro hasta Adrift, pasando por Surfin’ Bichos, Enric Montefusco, Iván Ferreiro o Captains entre otros. Además de bandas internacionales como Kaiser Chiefs, Helado Negro, Lisa & The Lips, New York Sja Jazz Ensemble o The Jesus & Mary Chain.
No quiero olvidarme tampoco de las sesiones DJ en locales muy conocidos de la noche coruñesa a cargo de músicos, periodistas, locutores, blogueros… Allí estaban Marc Gili (cantante de Dorian), el periodista y escritor Tito Lesende, Servando (Aviador Dro), Samuel y Jota (New Day), Jordi Pánico, Pálida, Iago Gordillo, Eva Picnic… vamos, de todo y para todos los gustos.
La «selección Noroeste» en el Teatro Rosalía y Teatro Colón tenía como protagonistas a Swans y Rodrigo Leao. Escuché comentarios de que lo de los primeros fue espectacular… pero lo siento, no les pillo el punto. Y eso que soy entusiasta de la brutalidad sonora, pero me resultan aburridos. Es una opinión personal [NdE: en cualquier caso completamente recomendados; una banda aplastante en directo, sofocante].
En el Castillo de San Antón tenían lugar las actuaciones de Rosalía & Refree, Lula Pena y Ala.Ni, una auténtica experiencia disfrutar de estos artistas en ese escenario tan especial. Además del lujo de tener a Valgeir Sigurdsson -con su folk espacial y ambientes electrónicos-, productor de gente como Bjork y Sigur Rós en la Fundación Luis Seoane.
MARTES
Con la premisa de que era complicado -por no tacharlo de imposible- acudir a toda la oferta diaria que nos ofrecía el festival, comenzamos nuestra andadura el martes en la Plaza de San Nicolás, una de las zonas más transitadas y con mayor afluencia del Noroeste llena de bares y tapeo.
La banda encargada de inaugurar ese escenario eran los locales Jules & The Wolf. Rock alternativo con claras reminiscencias noventeras, sonido a lo Nirvana o QOTSA y también con mucho eco a bandas más actuales como Biffy Clyro.
Nos fuimos corriendo a la Fundación Luis Seoane -en plena Ciudad Vieja- en cuyo claustro interior tienen lugar las actuaciones más experimentales y electrónicas del festival. De hecho, por ese lugar pasarían también Valgeir Sigurdsson y Helado Negro). Allí pudimos ver una de las propuestas más sorprendentes de todo el cartel: Taller Naranja Imaginario. Un proyecto diferente, una mezcla entre música electrónica y performance formado por personas con discapacidad intelectual y dirigido por ese gran artista local que es Roberto Casteleiro (Primrose, Korokati, Fagot y Popota). Una experiencia que ya ha dejado boquiabiertos en el Festival “Una Mirada Diferente” de Madrid, organizado por Centro Dramático Nacional.
De camino al Campo da Leña pasamos por la Plaza de las Bárbaras -muy cercana a la Fundación también en plena Ciudad Vieja, entrada de un convento de clausura– donde descargaba con energía la bandasde la cantante alemana-asturiana Fee Reega, Captains, a los cuales apenas vimos pues comenzaban los locales Less Fortunate Songs. Una banda de punk-rock muy querida en la escena que no defraudó a los fieles a este estilo. He de decir que el escenario Campo da Leña, es dónde los sonidos más «cañeros« del cartel tuvieron su lugar.
Tras ellos, le tocaba el turno a los madrileños Wild Animals. Y he de decir que fue la primera sorpresa de este Noroeste. Punk-rock pero con mucho ramalazo noise, indie o como queráis llamarlo. De hecho, a modo de curiosidad, su cantante-guitarrista llevaba una camiseta de Guided By Voices. Muy buen sonido y una propuesta que sorprendió a los más puristas del estilos. Recomendados.
Volvimos al inicio de nuestra ruta, la Plaza San Nicolás, donde era el turno para los New York Ska Jazz Ensemble, los cuales consiguieron hacer bailar a todo el público que abarrotó la plaza. A base de ska, ritmos jamaicanos, con una sección de viento impresionante… Y todo esto el martes, el festival Noroeste no había hecho más que empezar.
MIERCOLES
De nuevo en San Nicolás, una recomendación de un amigo nos llevó a The Preachers. Ésta es una banda local amante de los sonidos americanos, del blues-rock y con voz femenina que nos supo a gloria con la primera cerveza de la tarde.
Acto seguido, nos fuimos a ver a una de las bandas más interesantes del panorama gallego: los ferrolanos Klüte, un trío con un sonido guitarrero a lo Dinosaur Jr o Husker Dü pero con la melodía de unos Nada Surf o Jimmy Eat World. Arrolladores. Una de las mejores actuaciones del festival.
Tras la -triste- caída del cartel de los catalanes No More Lies, los encargados de sustituirlos fueron CRIM. Hardcore punk en catalán, combativo y contundente. Sin duda, un gran recambio para la banda de Santi García.
Nos perdimos la actuación de MOURN, pues nos picaba la curiosidad por ver a la nueva banda de la -ex-Dover- Amparo Llanos, New Day, que tenía lugar en la Plaza de las Bárbaras. Con cierto retraso en el comienzo de su actuación por problemas técnicos, descargaban su indie-rock muy similar a su anterior banda. Nos dejaron un poco fríos… De hecho, no vimos concluir el concierto.
Último bolo del día y de nuevo a San Nicolás: Lisa & The Lips. Con la impresionante Lisa Kekaula y el guitarrista Bob Vennum al frente -ambos componentes de esa gran banda de garage punk rock que son The Bellrays– nos traían ese soul funk rock que se metió al público en el bolsillo. El cual, si ya era numeroso el martes, este miércoles todavía más. Divertidos y bailongos, aunque sinceramente nos quedamos con el garage rock de los Bellrays.
JUEVES
Sin duda el día más bestia de toda la semana. Comenzamos con la electrónica de PANTIS -miembro de Chicharrón, banda gallega muy querida por estos lares- que en esta ocasión llegaba acompañado de uno de los miembros de dIOLA. Sobre esta segunda, remarcar que son una banda de Pontevedra muy destacada dentro de la escena underground nacional y que acaba de fichar por el sello B-Core. Me sorprendió, pues esperaba algo más intimista, y los temas que llegué a ver transmitían más bien todo lo contrario. Ganas de verlo de nuevo.
Bajo el nombre de Travesti Afgano, encontramos un de las bandas más bizarras del panorama gallego. Surf, punk, pop desbocado e incluso psicodelia, todo ello con mucho sentido del humor. Presentando su nuevo disco Nos vale Madre (2017), nos hicieron pasar muy buen rato. Además de gozar de muy buen sonido.
Tocaba el turno al Campo da Leña, un trío de bandas que no daban descanso: Window Pane desde Ferrol. Una banda veterana que se encuentra presentando un disco homónimo en formato doble que sacaban después de 12 años sin haber dado señales de vida. Cuatro miembros, tres voces, un estilo muy variado dentro de ese rock noventero, cercano al metal alternativo de bandas como Faith No More, Skunk Anansie o más clásicos como Black Sabbath. Intensos.
Tras ellos, descarga de otros veteranos: high energy-rock a cargo de Samesugas desde Santiago DC. No decepcionaron, un repertorio sin descanso, apenas parón entre tema y tema, contundentes, con invitados muy especiales de la escena local… en resumen, demostrando que son unos genios en su estilo tanto a nivel gallego como nacional.
Le llegaba el turno al salvajismo y brutalidad de los Adrift -con uno de los miembros de Toundra en sus filas. Auténtica hecatombe de sludge y post metal. Incendiaron ese Campo da Leña… y nunca mejor dicho.
He de señalar que ese jueves comenzaban también las «sesiones matinais» con bandas como Futuro Terror, Bala, Puma Pumku, Seward, Salto… que se extenderían los mediodías del viernes y sábado. Lo dicho al comienzo de la crónica: una auténtica gymkana musical por toda la ciudad.
VIERNES
Los conciertos por toda la ciudad dejan paso a los macroconciertos en la playa de Riazor, un escenario principal en el que actuaban -sobre el papel- los cabezas de cartel como Surfin Bichos, Iván Ferreiro, The Jesus & Mary Chain y Kaiser Chiefs, acompañados de bandas locales elegidas en un concurso convocado por una emisora local.
En este caso, para la jornada del viernes les tocaba el turno a Surfin Bichos y Kaiser Chiefs, junto a los locales Cia Campillo y The Riggos. Respecto a Kaiser Chiefs, me parece una banda de relleno en macrofestivales. Los he visto dos veces… y dos decepciones, prefería reponer fuerzas para rematar el fin de semana.
En cuanto a los Surfin Bichos, llegaban con un -más que sorprendente- resurgir presentando su mítico disco Hermanos Carnales (1992). Y eso hicieron, tocaron el disco en su totalidad, ni más ni menos. Un concierto para -muy- fans. De hecho, había gente que comentaba que se había aburrido sobremanera.
SÁBADO
El sábado me acerqué, movido más que nada por la curiosidad, a las «sesiones matinais». Los madrileños Terrier tocaban en una calle cercana al Ayuntamiento su «pop yeyé», con reminiscencias garage, pop y buen rollo.
Mientras, en otro de los escenarios (Plaza Sellier Lloup), le tocaba el turno a Malandrómeda: hip hop de la antigua escuela, en «galego» desde Santiago DC. Auténtica estrella en Galicia y con su disco Cada Can que Lamba o seu Carallo (Matapadre, 2016) elegido entre lo mejor del pasado año para la revista Rockdelux. Y la verdad, sin ser amante de este estilo, su MC -Hevi-, con esa labia desmedida y su interacción total, se ganó sobradamente al público que llenaba la plaza. Un sonido muy deficiente, pero haciendo de tripas corazón se creció ante la situación.
De nuevo en la Playa de Riazor, le tocaba el turno a los escoceses The Jesus & Mary Chain, Iván Ferreiro, Eager Platypus -banda que combinan temas propios con versiones clásicas del rock- y Boyanka Kostova, sensación del trap en gallego.
Iván Ferreiro -muy querido por estos lares- hizo un concierto profesional. Apenas tiró de clásicos, que era lo que la gente deseaba, apoyado en una puesta en escena muy cuidada y rodeado -como siempre- de músicos sobrados de calidad. Terminó su concierto con ‘Turnedo’, llevando al público al éxtasis total… que realmente estaban esperando.
Después, le tocaba el turno a los escoceses The Jesus & Mary Chain, banda a la que gran parte de la escena indie nacional actual le debe mucho. Autores de reconocidas -tardíamente- joyas del género como ‘Psychocandy’ o ‘Honey´s dead’. Noise, post- punk, indie pop… unos maestros e influencia indiscutible en la mayoría de las bandas alternativas que pueblan en territorio indie nacional practicantes de ese sonido shoegaze tan en boga. Y la verdad, dieron un bolazo.
Un repertorio lleno de clásicos, una puesta en escena con pocos artificios pero efectiva -con un Jim Reid sublime- y alejados, muy alejados, de esos caóticos conciertos de sus inicios. Un desfile de hits con el que alucinaron a los fans… y no tan fans. Lo mejor del fin de semana en ese macroescenario.
DOMINGO
¡Y es que todavía había más! En uno de los parques de la ciudad, paseo de Los Puentes, tenía lugar una «romería indie» con Eladio y los Seres Queridos, Vurro, García MC, Xoán Curiel… pero el cuerpo necesitaba un pequeño descanso.
CONCLUSIONES
Antes de terminar, a modo de pequeña reflexión, he de admitir que resulta triste descubrir que muchos de los coruñeses apenas conocían a las bandas de su ciudad y una de las preguntas más repetidas era «¿estos son de aquí?». Esto remarca la necesidad urgente de que las cosas tienen que cambiar… pero esto no es exclusivo de esta ciudad, podríamos extrapolarlo a casi todas la ciudades del país. El público, desgraciadamente, apenas apoya ni se interesa por la escena local. Una afirmación que daría para escribir una tesis…
Pese a ello, el Festival Noroeste ha demostrado ser un gran festival urbano y que os recomiendo encarecidamente. Porque además de la numerosa oferta musical, A Coruña es una ciudad de lo más recomendable.
No tengo ninguna duda, el año que viene más y mejor.
Fotografías: Vanessa Rabade y Festival Noroeste