Yo, estratosférico: «No somos el típico grupo de un estilo musical concreto»

Entrevistamos al quinteto de Guadalajara tras el lanzamiento de su último EP


Pudimos hablar con ellos en 2016 tras la publicación de su segundo LP, Potencialmente Infinitos, un momento en el que ellos mismos nos afirmaban que se encontraban sorprendidos por hasta dónde habían sido capaces de exprimir sus sentidos e instintos.

Y lo cierto es que fue un LP que Yo, estratosférico han podido presentar extensamente durante el pasado año. Desde conciertos en salas hasta su exposición gracias a la incorporación de la banda en festivales como el Gigante celebrado en la misma ciudad en la que se formó la banda o incluso el Sonorama Ribera.

En cuanto a la recepción de Potencialmente Infinitos por parte del público, afirman que ha sido muy satisfactoria, «con este disco hemos conseguido que nuestra música llegue a más gente, ha sido muy importante en escenarios de festivales y el feedback que hemos recibido del público siempre ha sido muy positivo». 

Los festivales, uno de los eventos musicales por excelencia en el panorama musical nacional. Sobre ellos, la banda tiene claro que tienen algunas ventajas. «Desde el punto de vista del músico genera ventajas sobre todo de visibilidad y público potencial, aparecer en los carteles de estos festivales grandes ya es un plus incluso para posteriormente tocar en salas pequeñas».

Sin embargo, también exponen su preferencia por los conciertos en salas: «el concierto de sala, como espectador y como músico con el público está más centrado en el escenario y genera mayor cercanía». Aunque también defienden que los festivales y conciertos en salas son cosas diferentes. Está claro que es un tema espinoso.

Tras dos EPs y dos LPs, en los que Yo, estratosférico ha aprendido que «toda la industria musical es una carrera de fondo y que lo más importante es disfrutar todo lo que viven como banda», recientemente han anunciado la incorporación de Alberto Sanz García «Tito» al grupo.

«La incorporación de «Tito» para nosotros es todo un plus. Alguna vez más nos habíamos planteado lo del quinto integrante, sobre todo por conseguir dar matices en los directos, pero cuando hay equilibrio dentro de la banda da miedo añadir algo que pueda desestabilizar o interferir y siempre se quedó ahí hasta que tuvimos la opción de probar con Tito y todo ha fluido de maravilla. Es amigo nuestro de hace años, algunos ya habíamos compartido proyectos musicales con él y no nos pudimos resistir a sus rizos».

Una incorporación que se suma al lanzamiento y presentación de nuevo material, Aves Raras, un EP compuesto por seis temas y cuyo proceso de grabación se gestó en Aranda: «Grabamos el pasado verano, nos fuimos todos a Aranda y pasamos unos días estupendos. El entorno, el ambiente en los estudios Neo y el buen hacer de José Caballero, que ejerció como técnico y productor, hicieron de la grabación una experiencia muy grata».

Un título, Aves Raras, que guarda cierta relación con ese espíritu «perdedor-luchador» que nos afirmaron tener en la anterior entrevista. «En cierto modo sí nos sentimos aves raras, no somos el típico grupo de un estilo musical concreto pero al mismo tiempo tampoco vamos buscando inventar la rueda con nuestras composiciones».

Aspecto que queda totalmente reflejado en este trabajo en el que destaca un mayor grado de crudeza tanto en lo instrumental como en la composición lírica, aunque no era la intencionalidad inicial. «Es cierto que en este caso el sonido es más crudo, pero no es algo buscado. Somos personas influenciadas por lo que pasa a nuestro alrededor y eso acaba plasmado en las canciones de una u otra manera, aunque si es cierto que esta onda grunge es parte de nuestras influencias».

Unas influencias difíciles de definir específicamente por la banda, ya que «hay mucha variedad de gustos dentro del grupo, sería difícil encontrar un grupo que nos haya influenciado a todos para este EP. Somos muy distintos en este sentido, en general y no para este EP, destacaría los grandes grupos de los 90 como REM o U2 y todo el grunge».

Dificultad que también se extrapoló al tema ‘Santa Espina’, que fue el que más les costó terminar: «es la que más trabajo nos llevó terminar. La cerramos un par de semanas antes de grabar y requirió de bastante retoque hasta que quedó redonda, por el resultado creo que mereció la pena».

Curioso también, al hablar de las influencias y el legado histórico de la música, el aparente contraste en el fácil acceso a la música y la reticencia por la música de etapas anteriores especialmente por la juventud: «la clave estaría en saber por qué a la gente no le interesa conocer ese pasado. Es decir, no estamos aprendiendo matemáticas. Esto va de disfrutar, nosotros nos moríamos por conocer todo ese pasado, pero por algún motivo parte del público de hoy no se siente atraído por esas influencias».

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