Escogemos los 60 mejores discos editados en este 2018 que pasará a la historia por ver amanecer una nueva edad del pop
Este año no hemos dado abasto y no vamos a engañar a nadie: no vivimos de esto y aunque en general nos mantengamos vinculados a otras caras del mundo de la música, hay cada vez menos tiempo y a la vez cada vez más música como para estar manteniendo actualizada una web como esta, que siempre ha sido ambiciosa dentro de su tamaño y tratado de mirar un poco por encima de sus posibilidades. Es imposible contaros todo lo que queremos contaros, todo lo que os contaríamos, lo que compartiríamos con vosotros… pero seguimos escuchando música incansablemente, seguimos preocupados por cada escena y por cada disco, o al menos lo intentamos, y seguiremos informando cuando haya que hacerlo, ya sea directamente o a través de nuestros redactores en otras webs. El espíritu bándalo siempre va a estar ahí, como está ahora repasando los mejores discos de un año que ha sido un poco el de la nobleza de la clase media, uno con una gran cantidad de discos notables pero sin claros y evidentes ganadores.
Pero que sobre todo ha sido el año en el que se han consolidado todos y cada uno de los cambios que llevábamos avisando desde 2015 y que en el fondo son palpables desde aquella lista de mejores discos de 2013 en la que brillaban revoluciones sonoras como la de James Blake, el año en el que el pop de masas ha mutado definitivamente, el año en que el indie ha terminado de morir, como ya avisó 2017. El año en que empieza la conquista del mundo por parte del pop latino, nunca más un fenómeno local y ahora ya sí un fenómeno de reverberación global. El año en el que podemos decir que ya hay toda una generación de músicos prometedores nacidos en pleno auge de la era tecnológica que están rompiendo las barreras de la creación musical, el año en el que muchos grandes discos han salido de dormitorios y salas de grabación caseras y no de estudios profesionales acondicionados.
En parte por el tiempo, que nos ha apretado demasiado, y en parte también importante para sumarnos a la reivindicación necesaria de lo nuestro en el mapa internacional, este curso nuestras listas de mejores discos del año serán solo una, sin distinciones entre nacional e internacional, poniendo los discos al mismo nivel y demostrando por qué pueden lidiar perfectamente nuestros artistas con ligas que por extrañas a veces malentendemos como mejores. Estos son los 60 mejores discos de este 2018 que se acaba, el año del amanecer de un nueva edad del pop.
60.
Trópico Lumpen
Perro
Más locura, más psicodelia, más desparrame, más ironía, más afilado, mejor sonido, más compacto, más coherente, más ambicioso, más febril, más psicótico. Más Perro.
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59.
And Nothing Hurt
Spiritualized
Al final, nada duele. Todo se pasa menos la muerte, aprendemos a reponernos de las desgracias y a aceptar los imprevistos de cada día, nos levantamos una y otra vez y de eso hacemos la narrativa de nuestra vida, de caídas y levantamientos. Bien lo sabe Jason Pierce, que ha tenido que sobreponerse, en un extremo, a la enfermedad, y en el otro a la frustración generada por querer hacer un disco para el que no tenía medios suficientes. La segunda podría parecer más superficial, pero no para Pierce, que al final se ha demorado más que nunca, hasta seis años, para entregar este nuevo trabajo. Uno con el que además parece epilogar exhausto su carrera discográfica, ya con un lugar propio en lo más alto de las estrellas y con un disco colosal (más bien cósmico) para disfrute de la cultura de todos los tiempos. Precisamente de reincorporar en sus conciertos el repertorio de aquel Ladies & Gentlemen We Are Floating In Space le vino a Pierce la inspiración para grabar un nuevo disco, allá por 2012, revelando sus dos claves: la influencia enorme de Ladies & Gentlemen… y la precariedad económica, que ha llevado al alquimista detrás de Spiritualized a romper sus propios límites, reaprender la composición y sobre todo la grabación musical en el siglo XXI y aceptar las frustraciones para incorporarlas y poder luchar contra ellas. Quizá es por eso que And Nothing Hurt se sitúa en las antípodas, pero en paralelo, de L&GWAFIS. Sin ofrecer nada nuevo, sí supone un nuevo alunizaje, otra excursión espacial como la que lleva a cabo el protagonista de Interstellar, una última misión después de varios años de servicio y otros tantos de retiro. Como queriendo reflejar que sí, que los años han pasado y que al final lo mejor puede ser revivirlo todo en un remake; que los hay buenos, como ya ha demostrado Blade Runner, por ejemplo. Que siempre hay ganas de un último waltz, de un último viaje.
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58.
Harlan & Alondra
Buddy
Inmerso en el renacer musical de Compton que ha seguido a la aparición de un profeta como Kendrick Lamar, Buddy prefiere destacar ligando las experiencias personales de su infancia en la ciudad angelina con no solo el hip-hop sino también el soul, el funk o el r&b. Así logra firmar un debut delicado, ciertamente espiritual y sobre todo luminoso, buenrollero y excelentemente producido que recuerda y actualiza grandes momentos de Snoop Dog, Dr. Dre, Nate Dogg o Pharrel Williams.
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57.
Un Hombre Rubio
Christina Rosenvinge
Pasan los años y Christina Rosenvinge sigue reinventándose disco a disco y siempre desde una inusual sinceridad y con el riesgo por bandera. Tejiendo su telaraña de experimentación siempre en torno a la perfección de la canción pop, en esta ocasión y disfrazando todo el conjunto de historia sobre la abolición de los roles y preconcepciones de género, recupera la luminosidad tras años entre las sombras de La Joven Dolores y el asfixiante Lo Nuestro y dibuja un eclecticismo sutil que pone la búsqueda de la melodía y una textura que la abrace por encima de todo.
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56.
Lost & Found
Jorja Smith
La nueva estrella del pop británico debuta cumpliendo las expectativas con un Lost & Found que saca el máximo partido de su voz, su cualidad más especial, y que además la envuelve con arreglos muy comedidos de soul electrónico, neo soul y atmósferas groove. Un disco poco ambicioso, poco pretencioso… pero enormemente disfrutable. Y la promesa de algo mucho más grande en camino.
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55.
Avida Dollars
C. Tangana
Espacio, minimalismo, coherencia cromática y tratamiento clínico de las canciones para una mixtape en la que Puchito asimila el éxito de Ídolo con sana frialdad logrando su resultado más elegante hasta la fecha. Eso es Avida Dollars, en definitiva: una fría estabilidad. Un conjunto afilado de 9 canciones y menos de media hora de duración que repasa todos los clichés de sudapollismo y soylapollismo pero los adapta a un nuevo momento, uno en el que parecen más creíbles. Pura solvencia y reafirmación, C. Tangana normaliza su personaje y convive con él más cómodo que nunca.
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54.
Bloom
Troye Sivan
En su segundo disco el australiano de ascendencia sudafricana Troye Sivan desnuda emocionalmente su transición a la madurez y expone sus vulnerabilidades y su percepción del sexo y el amor, experiencias personales, rupturas y relaciones mediante, durante los años que han acompañado su ascenso hacia el éxito, uno que parece asentarse en Bloom y tener todo por decir, a través de un buen manojo de canciones pop finísimamente producidas, estribillos pegadizos y una ochentera melancolía bailable que no se olvida de lo bombástico de un single redondo como ‘My, My, My’..
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53.
Render Me Numb, Trivial Violence
Belako
Mejores (o al menos más sólidos, coherentes y contundentes) con cada disco, en su estreno con El Segell han querido afilar todas sus aristas para un conjunto ecléctico que incorpora nuevas referencias como los viejos Muse al acerbo punk, kraut, synth y ya de por sí riquísimo del conjunto vasco y que sin embargo parece asentar más su marca de la casa, su sonido identitario. Una que mira ya hacia el mercado internacional y que se queda rozándolo con los dedos.
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52.
Your Queen Is a Reptile
Sons of Kemet
La diáspora musical de Shabaka Hutchings parte de reinterpretar el jazz tradicional de vientos de su autor en las claves del lenguaje actual de Londres, asimilando un viaje que va desde el Caribe hasta Sudáfrica y todas sus músicas para desembarcar en una Inglaterra marcada por el Brexit, el ascenso de la ultraderecha y una cada vez más falsa e innecesaria realeza, que contrapone con la historia de grandes mujeres negras que en algún momento se levantaron contra el imperio. Político y reivindicativo, acusador, emocional, subversivo, musicalmente riquísimo y rítmicamente implacable, Your Queen Is a Reptile trasciende el jazz a golpe de dub, grime, soca, ska y afrobeat, recordando a algunos grandes momentos de la Sun Ra Arkestra.
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51.
Historian
Lucy Dacus
Desde Virginia viene una de las nuevas grandes voces del indie rock de guitarras reposado, etéreo, reforzada por una capacidad y brillantez narrativa especial y un por una intensidad reposada, contenida, grave, oscura y meditabunda. Calado, hondura, sensibilidad a flor de piel y una emotividad sincera y poco engolada han hecho de ella una de las mejores noticias para un género quizá sobre explotado que este año ha salido a la superficie gracias, en parte a la joven Lucy Dacus, que se ha unido también a otras dos grandes cantautoras de la actualidad, Phoebe Bridgers y Julien Baker, para el proyectazo Boygenius.