A Liam Gallagher hay que quererle como es. Uno de los grandes bocazas de la música (y hay mucha competencia). Lo que pasa con el segundo disco de sus Beady Eye es parecido a lo que ocurrió en su visita al Bernabeu al principio de esta temporada. Al principio, todo eran gritos, saltos y bailes porque marcaba el Manchester City. Al final, se tuvo que ir con el rabo entre las piernas, abucheado por el público, porque había ganado el Madrid.
Y es que Liam ha proclamado tanto y tan fuerte lo bueno que sería este segundo trabajo (denostando incluso el propio debut de Beady Eye), que habría sido muy díficil no llevarse una decepción, en menor o mayor grado. Porque, afrontémoslo desde ya: Be no es esa gran obra pop, llamada a coronar a Liam como genio de la música británica.
Bajando un poco las expectativas (y yo personalmente no las tenía tan altas), ni siquiera es una vanguardista reinvención del sonido de Oasis/Beady Eye, de la mano del productor David Sitek. Quitando dos o a lo sumo tres cortes, Be suena a lo de siempre. Que no es nada malo, pero Liam con sus bravatas ha conseguido que sí lo parezca.
Que sí, que ‘Flick of The Finger’ era un anticipo brutal; que era normal esperar algo grande en el álbum, pero con la excepción de ‘Shine A Light’ y el clímax final de ‘Second Bite of The Apple’ (también desvelado en los anticipos), ese algo grande no llega. El resto del disco oscila entre lo moderadamente acertado (‘Don’t Brother Me’, el tema de cierre ‘Start Anew’), y lo anodino sin más (‘Iz Rite’, ‘Ballrrom Figured’).
Para unos pocos temas agradables y otros cuantos anodinos ya teníamos el Different Gear, que Liam asegura haber superado. Sí, hay más arreglos de metal y cuerdas, más gotas de psicodelia aquí y allá (cierta obsesión por los Beatles en su mejor momento, entre el Revolver y ‘I Am The Walrus’); pero también hay temas temas que se alargan sin sentido (‘Face The Crowd’, un ‘Don’t Brother Me’ en el que Liam aprovecha para rendir cuentas de nuevo con Noel) y, en definitiva, demasiada grandilocuencia y, horror, sobre-producción.
Dave Sitek ha hecho uno de esos trabajos donde el productor se asegura de que no se note su mano. Para mí, sólo acierta en ‘Start Anew’. El resto de ataques de productor más bien me sobran. De los productores con cartel, me parece de los más sobrevalorados; siempre suele hacer una buena labor, pero nunca llega al sobresaliente. En Be, ni siquiera al notable. Y habría sido de agradecer que corrigiese la tendencia a Liam a sonar exageradamente nasal. En una o dos canciones, pase, pero en casi todo el disco se hace francamente pesado. En algo tenía que salirse con la suya Liam.
En definitiva, aprecio el esfuerzo de Beady Eye por superarse y reinventar su sonido, pero se diría que han remado mucho para acabar llegando al mismo lugar. En fin, así son los mitos. Les basta y les sobra con dos discos reguleros para encabezar el FIB. Y yo soy el primero que me iba de cabeza a un concierto suyo. Y habrá regreso de Oasis, y entonces ya ni te cuento.
Nota bandálica: 6.5
PD: Ah, lo de eliminar el pezón de la portada, imperdonable.
jodete be no es tan malo de hecho suenan bien