Crisis: sube (aun más) el IVA para los festivales

Seguimos a vueltas con la subida del IVA para el sector de la cultura. Cuando pensábamos que ya sabíamos todo lo malo, resulta que no, que aun hay más. Una carta abierta de Gabi Ruiz, máximo responsable del Primavera Sound, ha llamado la atención sobre una nueva subida del IVA a la que se enfrentan los festivales de música de nuestro país.

Puesto que los festivales son un espectáculo y no un servicio de restauración, toda la comida y bebida que se sirva en ellos tendrá que declararse al tipo del 21%, y no al 10% que se aplica sobre comida y bebida en condiciones normales. Esto supone una subida del 13% (el año pasado la comida estaba sujeta a un tipo del 8%, al igual que las entradas para conciertos, que como sabéis han pasado a estar gravadas con el famosos 21%).

Estas son las expresivas palabras de Gabi Ruiz al respecto:

Como si todo esto no fuese poco, el gobierno ha puesto en marcha una circular en la que aclara un punto que nos había creado cierta confusión. Ya que el IVA que soporta la alimentación, la restauración y los bares en general es del tipo reducido del 10% dábamos por hecho que el impuesto a cargar en las barras y servicios de alimentación dentro de un festival, sala de conciertos o discoteca era también del 10%…. Pues no, se nos considera espectáculos mixtos y se le aplica a todo el 21. Con lo cual o subimos el precio de las copas y de la alimentación o perdemos otro 13%. Es tan grande la tontería, que a un restaurante normal se l e aplica el tipo del 10% reducido (dicen que porque es turismo), pero si el mismo restaurante pone un pianista gratis amenizando la cena el IVA aplicable es del 21%. O sea, que el sistema penaliza la música.

Si pongo una barra de bebidas en la calle pago un 10%. Si al lado de la barra monto un escenario gratuito con músicos, pago un 21%.
Muy bien, un aplauso para el lumbreras.

Esto está muy jodido, señores. Nosotros tenemos la suerte de estar muy saneados y en un momento de privilegio. Pero este año no vamos a repercutir el IVA y perderemos ese 13% (no podemos subir aún más el precio del abono, de lo planeado es bajar el tipo medio). Aguantaremos este año y veremos cómo se presenta el futuro. Pero nadie monta un negocio para palmar pasta y os aseguro que ningún empresario de este sector tiene un margen de beneficio del 13%.

Lo primero, decir que comprendo y respeto la preocupación de los empresarios del sector, pero de manera un tanto egoísta lo que me temo es que, a medio plazo, los que saldremos perdiendo seremos los consumidores; es decir, comida y bebida todavía más cara en los festivales (ahora mismo barata no era).

Pero en cualquier caso, y sin entrar a discutir, que ya bastante se ha escrito, sobre lo (des)acertado de elevar la presión fiscal sobre la cultura y los espectáculos, de lo explicado por Gabi Ruiz una cosa queda clara y hay que denunciarla: la ley tal y como está formulada penaliza la música en vivo. Increíble e indignante, pero cierto.

En Reino Unido, sabedores de que la música en vivo puede avivar el consumo en tiempos de crisis como los actuales, se ha aprobado recientemente una ley para facilitar que cualquier local, sin licencia, pueda ofrecer música en directo, dentro del límite horario establecido (allí hasta las 23:00). Aquí, en cambio, ponemos más trabas aun a esta actividad. Ya antes conseguir una licencia para ofrecer conciertos dentro de una gran ciudad como Madrid o Barcelona era casi misión imposible, y ahora si las bebidas y la comida tienen que tributarse al 21% castigamos no sólo a los promotores, sino también a las propias salas.

Pues nada. Quedamos a la espera de la próxima mala noticia.

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