En estos tiempos en que todo está ya inventado, oído y visto, el rock sin contemplaciones de The Jim Jones Revue supone una ración de frescura increíblemente disfrutable.
El total look rockero del grupo es impecable. No puedo dejar de hacer mención al traje de tres piezas de Jim Jones, cantante y frontman del grupo; por lo bien que le quedaba y por el calor que tuvo que pasar. Efectiva y sacrificada muestra del dress to impress.
Los tupés no me dejan ver el bosque #thejimjonesrevue @bandalismonet
— H. (@HYPunto) noviembre 23, 2012
Comenzaron fuerte con ‘Where da Money Go?’ y ‘Never Let You Go’, ambas de su último álbum Savage Heart, que se publicó el pasado 15 de octubre. Temas muy potentes en directo, pura dinamita.
Probablemente sea el carisma de Jim Jones, uno de los secretos de su potentísimo directo. Su carisma, y su movimiento pélvico claro está, capaz de acelerar el ritmo de rotación de la tierra. ¡Qué forma de agitarse, señores!
En la pequeña presentación que precedió al tercer tema, ‘Shoot First’, (del álbum Burning your House Down del 2010) pude fijarme en el resto del grupo (en un descanso del hipnótico movimiento de caderas de Jones).
Llama la atención especialmente Rupert Orton, (guitarra y showman). Las groupies – porque The Jim Jones Revue es de esos grupos que tiene groupies – se apelotonaban en su lado del escenario y le dedicaban gritos, aplausos y algún que otro jadeo más allá de lo musical. Y él, entre guitarrazo y guitarrazo las miraba, se sonreía y anticipaba lo inevitable, el milagro del rock.
La conexión de Orton con el público es increíble. La pose rockera y los guiños a las mozas son parte del show, obvio, pero les aseguro que este gentleman tiene mucho más que ofrecer además de un cuidado tupé. Responsable, aunque ya no activamente, del club Not The Same Old Blues Crap, Orton ha conseguido llevar a la escena londinense a artistas como T-Model Ford, emblema del sello Fat Possum. Fue allí donde conoció a Jim Jones y donde surgió la semilla de lo que es ahora The Jim Jones Revue.
La voz desgarrada de Jones parecía no tener límite y llegó a su apogeo en temas como ‘Burning Your House Down’, ‘It’s Gotta Be About Me’ y ‘7 Times Around the Sun’, que sonó espectacular con el piano y los coros (¡y sin guitarras!).
Antes del bis, la genial ‘Rock’n’Roll Psychosis’ atronó la sala. Advertía Jones a las señoritas de la primera fila para que se hicieran a un lado si no querían salir apaleadas por lo que estaba por llegar.
‘High Horse’, ‘512’ y un inesperado crowd surfing de Jones flotando entre el público, pusieron la guinda a un concierto memorable. Me atrevo a decir que sonaron mejor que en el concierto del Primavera Club del 2010 (tremendo, por cierto).
Si fuésemos un medio sensacionalista, les hablaríamos de cómo Jones, Orton y los demás confraternizaban con l@s fans y les emplazaban al after party, pero no, no lo somos. Si quieren saber cómo se lo montan The Jim Jones Revue, no se pierdan su próxima visita, no se arrepentirán.
¡Larga vida al rock n’ roll de The Jim Jones Revue!
(Fotografía: Juanjo Lorbada, tomada de Bunkersonico)