En este país tenemos complejo de sonar a españoles; como si en la música también existiera ese término tan repetido en estos días de crear una “marca España” y defenderla a capa y espada. El problema es que cuando algo se sale de unos parámetros marcados, cuando una banda no suena exactamente igual a otras bandas; entonces, se crea un complejo de “sonar americano”.
Aunque no es extraño que la música de L.A. tenga ese aire de desierto del oeste. Con sabiduría, Luís Albert Segura ha «dualizado» su trabajo en los últimos años con Richard Swift (The Shins), quien ha firmado como productor este esperado segundo álbum de la banda mallorquí (con sello, pues antes de Heavenly Hell se autofinanciaron al menos cuatro trabajos).
Este largo viene precedido por el EP SLNT FLM, donde consolidaron el sonido actual de la banda. Un sonido que es cierto que parece que venga del otro lado del Océano Atlántico, no sólo por el idioma de las letras, sino por los cuidados arreglos; pero lejos de que eso nos tenga que avergonzar, deberíamos ensalzar la riqueza de tener artistas capaces de competir en una liga más internacional.
Dualize coloca a L.A. como un producto que sabemos que puede triunfar fuera, pero eso no quiere que degustar a la banda no seatan placentero como una buena paella valenciana o un plato de cocido madrileño. El álbum arranca con un tema homónimo, que es tan absorbente como evocador. Suena a garaje y a banda. Aporta los ingredientes básicos de la degustación: es una canción que suena directa y descuidada; y en la que, sin embargo, no sobra ni falta un acorde. Donde batería y guitarras, a veces distorsionadas, son la base sólida que da pie a una voz grave que canta sin ninguna dificultad sobre ritmos que funcionarían por sí solos.
A diferencia de su popular Heavenlly Hell, este nuevo trabajo se aleja del pop, se aleja de los estribillos (al menos en la cara A del vinilo) para acercarse a un folk pausado. Hablamos de vinilo porque es un disco romántico que nos arrastra a un tiempo pasado, y los diez cortes están perfectamente trabajados para que funcionen en un orden marcado de dos caras. Dos tiempos. De la primera mitad, destaca una sorprendente ‘Pictures in the wall’, no apta para melancólicos. Aunque antes de lo que puedas esperar, una directa ‘Under Radar’ eleva la intensidad del disco y deja a quien lo escucha con la sensación de necesitar más; y eso es lo que está en la cara B. Más intensidad y más todo.
‘Outsider’ abre la segunda parte del álbum dando un giro a todo lo que pudiera parecer folk pausado. El grupo ha dejado su lado más rock para cerrar el álbum. El tema suena a banda sonora de una película de Quentin Tarantino. Recuerda a Pulp Fiction; y te pone alerta como si te fueran a atracar de un momento a otro, pistola en mano. Te hace mover los pies y quererte batir en duelo con cualquiera que se cruce en tu camino. Le sigue otro sorprendente tema cantado a doble voz ‘Mirroball’, que marca las influencias americanas que haya podido tener Luis Albert en el proceso de composición. Se trata casi de un réquiem marcado por ritmo de tambores y una voz que no se sabe si viene de un micrófono o se va.
Se cierra el disco con un resumen del trabajo realizado. ‘After All’ comienza de manera pausada para aumentar en intensidad; y un incansable “I’ll be in your arms”; como si fuera casi un ruego de que el disco acabe en tus manos.
Como decíamos, atrás han quedado los estribillos pop que caracterizaban el primer largo de la banda. Nos encontramos con canciones para tararear desde el primer momento porque se enganchan, tienen fuerza y ritmo, pero necesitan varias escuchas para que uno llegue a ser consciente de los detalles; para pararse a escuchar la voz y saber de qué habla. Es un disco en el que funciona la música antes que la voz; a pesar de que Luis Albert tiene una potencia vocal envidiable en el panorama nacional.
(Una crítica de Paloma de la Fuente)
No puedo estar mas de acuerdo. Soy de Chile y la banda es poco conocida pero todo lo que expresas con respecto al album me ha ocurrido, temas melancolicos y otros mas rockeros que incluso me producen ganas de bailar pero que me parecen increibles ya que puedes pasar de un estado de maxima tristeza a uno de pasarlo bien por el rato. Creo que es un gran trabajo el de L.A en este disco y si muy distinto a lo que había escuchado anteriormente de ellos.