La jornada del viernes del Primavera Sound 2013 fue genial, tan genial, que tengo alguna que otra laguna. Por si mis recuerdos no fueran del todo exactos o suficientes, aprovecho para presentarles a Pollito Sound, nuestra particular mascota que nos acompañó todo el festival y que espero que capte su atención y ponga esta Crónica Loca a la bajura que se merece.
(Aquí tenéis la crónica loca del jueves)
En ese arduo trabajo que consiste en buscar crónicas de otros que se acuerden mejor que tú de los conciertos, he encontrado un artículo de Pitchfork que me ha llamado la atención. No quiero alardear, pero si Larry Fitzmaurice y Corban Goble, reporteros de Pitchfork y autores de este genial artículo, hubieran visto a Pollito, estoy segura de que le hubieran hecho un hueco. Y si no, vean el paralelismo entre las fotos de Pollito y las fotos de Pitchfork.
¿Casualidad? Pues sí, casualidad.
Nuestro viernes de Primavera Sound 2013 comenzó con el concierto de PONY BRAVO. Había más opciones, sí, y a Pony Bravo les hemos visto y se les puede ver con cierta facilidad en los escenarios españoles, pero vista del elevado porcentaje de público extranjero, el concierto de Pony Bravo era nuestra única esperanza para arrimarnos a un castellano parlante. Además fue un concierto divertidísimo. El público, aún sobrio, bailaba y cantaba al ritmo de temas tan geniales como ‘Político Neoliberal‘ y ‘Mi DNI‘. Su rollo postlolailo, fue una forma genial de comenzar una larga jornada de conciertos.
Poco nos quedaba de ambiente patrio, el público extranjero ya nos rodeaba en el concierto de NICK WATERHOUSE, que disfrutamos con el sol aún en nuestras espaldas en el escenario RayBan. No fue el concierto más animado del festival, eso se lo puedo asegurar, pero las voces, los saxofones y ese aire de los 50′ de temas como ‘Say I Wanna Know‘, ‘I can Only Give You Everything‘ y ‘Some Place‘ nos dejó muy buen cuerpo y haría de catalizador para lo que estaba por venir.
Del RayBan nos fuimos al Vice a ver a PEACE, esa promesa de Birmingham. Y en promesa se quedó la historia, porque ni siquiera con su guitarra doble y con temas como ‘Bloodshake‘ consiguieron que el público se animara.
Y de escenario a escenario y corre porque se solapan los horarios. Del Vice al escenario Heineken para ver a DJANGO DJANGO que sería el primer gran concierto de la jornada. Qué bien se baila el genial ‘Default‘ y qué bien combinan el rollo psicodélico con ese aire desenfadado y rocambolesco de ‘WOR‘. Merece la pena destacar las camisas uniformadas blancas y negras que esperemos no se pongan de moda. Fue sin duda uno de los conciertos de la jornada.
Fue con THE BREDEERS sonando en el escenario Primavera, cuando el frío motivó que visitásemos la barra con más frecuencia de la que hubiera sido aconsejable. En uno de esos viajes conocimos a Johannes y a sus amigos, 3 jóvenes fornidos y escasamente abrigados que habían comprado la entrada del viernes para ver a Blur exclusivamente y lo demás se lo iban a beber. En contra del amor algo podíamos haber hecho, pero en contra de esos pectorales tan visibles y palpables, no había nada que hacer. El caso es que el genial Last Splash que las de Boston debieron tocar enterito, lo escuchamos de lejos y del genial ‘Cannonbal‘ oímos más los gritos del público que la voz de Kim Deal.
Cuando por fin conseguimos encarrilar a Johannes y compañía, mi iniciativa de liderazgo y mi dislexia nos llevaron al escenario Vice cuando comenzaba la BIEN QUERIDA, un error imperdonable (error mío, no de la Bien Querida que bastante tiene con hacer que rimen sus letras), que no pude enmendar ni siquiera con el genial concierto de LOCAL NATIVES, que empezaría en el escenario Pitchfork y que yo disfruté tremendamente, pero que Johannes y compañía no supieron apreciar. Para mí, fue uno de los mejores conciertos del festival. Combinando temas del genial Gorila Manory del reciente Hummingbird dieron una lección de virtuosismo vocal e instrumental. Mis preferidas, ‘Airplanes‘ y ‘Sun Hands‘, sonaron tan geniales que hicieron que nos olvidásemos de Johannes, de sus colegas y de los dealers que se les acercaban como moscas a la miel.
Si a Local Natives el escenario Pitchfork se les quedó pequeño, a DAUGHTER el escenario Vice se les hizo mínimo. Tan abarrotado estaba que no podría ponerle cara a Elena Tonra (porque no la veía), pero oírla… oírla sí la oíamos. Y qué voz, qué prodigio. ‘Shallows‘ se hizo camino entre el público y llego al mar. Y hasta aquí mi licencia poética porque el ambiente abarrotado, los codazos y el murmullo le quitaron algo de encanto a un concierto que de otra forma hubiera sido genial.
En esta situación de paz alterada, nos vimos obligadas a abandonar a Johannes y a los suyos. Teníamos que soltar lastre para llegar a JAMES BLAKE que ya estaba emocionando almas en el escenario Primavera. Hicimos bien, tremenda ceremonia de sintetizadores que dio el londinense. Aún me cuesta entender como este tipo de música puede hacerte vibrar en un festival pero no hay nada como escuchar ‘Retrograde‘ o la jam de ‘Limit to Your Love‘ para terminar de convencerse.
Una de calma y otra de adrenalina, ésta última patrocinada por BLUR que regó de éxitos el escenario Heineken y nos hizo bailar durante más de una hora. No arriesgaron y no les hacía falta, desde el comienzo con ‘Boys & Girls‘ hasta el final con ‘The Universal‘ y la coreadísima ‘Song 2‘, Damon Albarn dio una lección de acción y energía, una joya del brit pop que recordaremos durante mucho tiempo.
De vuelta al escenario Primavera para intentar entender qué hacen los de THE KNIFE. Con sus túnicas, sus exagerados instrumentos y sus coreografías era complicado prestar atención a la música. Llámenme loca, pero mi conclusión es que dieron un concierto tan peculiar y excéntrico como lo es su álbum Shaking the Habitual y paradójicamente, eso no puede sorprenderle a nadie.
Para sacudirnos el desconcierto de The Knife, acudimos a la llamada de TITUS ANDRONICUS. El buen rollo de Patrick Stickles se nos contagió y nos hizo disfrutar de uno de los conciertos (y de los pogos) más divertidos del festival. El pogo lo vimos desde unas filas atrás, desde dónde se veían las zapatillas salir volando, los jóvenes acudir a la llamada de la cerveza y algún que otro intento de surfing en un decentemente abarrotado escenario Pitchfork. A pesar de algún problemilla técnico, Patrick supo remontar y entretener con frases sueltas en un Spanglish muy curioso. Pues eso, que sí, que ‘Titus Andronicus Forever’, muy a favor.
Rematamos la jornada y esta crónica con DAPHNI, que creo que recordaremos como una de los mejores cierres festivaleros. Deliciosa zapatilla la de Daniel Snaith, que hizo que nos dejásemos los pies en el escenario RayBan. Si con Caribou ya nos había conquistado, Daphni y su ‘Yes, I Know‘ nos terminó de enamorar. Chapeau.
(Fotos de los artistas facilitadas por la organización, las de Pollito son nuestras)
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