Ahora todo el mundo a alabar al streaming. La industria empieza a depositar oficialmente sus esperanzas en el streaming, tras haber pasado años mirando con desconfianza todas las novedades digitales.
El caso es que ahora, por fin, los analistas coinciden: el futuro, la salvación de la música es el streaming, ese «pequeño nicho» que hasta hace unos años representaba un porcentaje casi marginal de los ingresos de la industria.
¿Qué ha pasado? La respuesta hay que buscarla en Suecia. Un país donde el streaming es, ya, una fuente de ingresos para su industria musical mayor que las descargas y la venta de CDs. De hecho, el streaming significa en Suecia un 91% de los ingresos correspondientes a productos digitales de cualquier tipo. En el resto del mundo, es sólo un 13%.
Sí, de acuerdo, Suecia puede ser un país un poco peculiar en ciertas cosas y parece difícil asegurar que lo mismo pueda ocurrir en cualquier país del mundo. Pero si algo caracteriza a los suecos, es que suelen estar «por delante». ¿Ikea? Allí ya era un éxito hace 30 años.
Pero volvamos a los datos, puros y duros. La razón por la que las industrias musicales de todo el planeta miran a Suecia muertas de envidia, es porque en el 2012, la industria sueca ha experimentado un crecimiento del 13,8%. Y sí: ha sido gracias al streaming.
En comparación, a nivel global la industria musical sólo ha crecido un 0,2%, y ello tras 12 años en los que no había dejado de reducirse. El último crecimiento global se había dado en 1999. Lo de Suecia puede ser el inicio de una revolución.
Pero un momento… ¿Suecia no era el hogar de The Pirate Bay? ¿No era un país conocido por su alto nivel de descargas ilegales? ¿Ahora pagan por escuchar música? Pues sí. Porque los suecos no sólo crearon The Pirate Bay, también un programita con colores verdes llamado Spotify. ¿Os suena?
La experiencia de Suecia está demostrando (una vez más), que lo importante es acostumbrar al público a escuchar música directamente en su ordenador; sin necesidad de desplazarse a una tienda a comprar un formato físico. Con el tiempo, el usuario comprende que merece la pena pagar un precio razonable a cambio de comodida de acceso, calidad de audio, una librería musical lo más amplia y actualizada posible…
Volvemos a citar el estudio, refrendado por la UE, que demuestra que los usuarios que más descargan, son también los que más están dispuestos a pagar por la música.
Pero quizá el aspecto que más ha influido en el triunfo de los servicios de streaming sobre la mera piratería es su componente de red social.
Suecia es un país de sólo 10 millones de personas, en el que una gran mayoría de la población está conectada a Spotify. Es fácil observar los gustos y las nuevas tendencias musicales en el país, atendiendo únicamente a las listas de Spotify. Bajarse un disco ilegalmente era un acto solitario, utilizar el streaming es un acto social y participativo.
La única pega, todavía no resuelta, es el sistema de remuneración de los artistas, muy bajo incluso en países como Suecia, con la excepción de unas poca mega estrellas. El DJ y productor sueco Avicii gana más a lo largo del año con el streaming que con las descargas y ventas de CDs. El resto de mortales, deben contentarse con unas ganancias muy limitadas.
Pero una vez que el sistema de streaming está consolidado, es cuestión de encontrar nuevas vías y sistemas alternativos. ¿Vídeo streaming exclusivo de conciertos para los fans? ¿Vídeo streaming premium de grandes conciertos y festivales? Hay demanda, como ya se pudo ver en 2012, el año en el que el vídeo streaming de grandes festivales a lo largo del mundo se consolidó definitivamente.
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