Siempre me han fascinado las historias de perdedores, los que fracasan en una actividad, pero quizá triunfen en otra; los que intentan algo y no lo consiguen o los que dejan el éxito masivo para otros. Por regla general las vidas quebradas de ciertos músicos, y en especial sus canciones, son mucho más vivas, mejores y más atractivas que las de los triunfadores. Hay artistas que están condenados a vivir en la penumbra, y ahí se desenvuelven perfectamente.
Lieven Scheerlinck, cantante, compositor y productor belga de A Singer Of Songs instalado en Barcelona desde hace 15 años, sabe a lo que me refiero. A Singer Of Songs es el inicio de una odisea que no llega a su destino, el principio de una historia interminable, una banda que no alcanza la consideración que debería tener y el prestigio que merece, pese a haber publicado ya su cuarto álbum de estudio From Hello To Goodbye, editado por Son Canciones (sello creado por el propio Lieven).
En este nuevo LP encontramos un disco sincero, lleno de melancolía en forma de folk cargado de sentimientos. Un álbum en el que la mayor parte de los títulos de los temas evocan a situaciones personales, a vivencias y a recuerdos no muy lejanos. Todo arropado con unas letras intimistas de un artista que se desnuda para nosotros, y que en cada pasaje sonoro se deja influenciar por una variedad de estilos musicales.
En lo estrictamente musical, el disco supone una especie de ruptura con sus anteriores discos. La simplicidad sonora de aquellos, basada principalmente en los falsetes de Lieven y su guitarra acústica prácticamente sin otra floritura, aquí se convierte en un sonido más compacto y sólido, acompañado constantemente de múltiples instrumentos. No en vano, el belga se ha rodeado de determinados instrumentistas para la grabación de From Hello To Goodbye, como Laura Räsänen y José Roselló, que le llevan acompañando casi desde el principio de su andadura allá en 2008.
En todos los cortes que tiene el disco, Lieven encuentra la fórmula maestra para desdoblar su voz en múltiples ecos, murmullos y lamentos que crean una envolvente cadencia musical. Su voz es la de un hombre cantando a solas en un bosque glacial y esa sensación de confidencia en la intimidad es la que eleva las, ya de por sí sensibles canciones del disco, a un concepto superior. Posiblemente la canción que suene más fresca y jovial sea ‘The Question Is The Answer’ gracias a las texturas sonoras que le da Laura, como voz acompañante.
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El hogar lo hallamos en ‘Autumn Rain’ o ‘Map Of Lost Places’, canciones nocturnas de amor y de deseo, de pasión y arrepentimiento, de ruptura y soledad; y a veces, de fe y esperanza. En otros cortes, Lieven se esmera en otorgarle a las canciones cualquier posibilidad que esté al alcance de la mano, dotándolas de suaves sintetizadores y arreglos orquestales, recurriendo también a recursos básicos que salvaguardan el espíritu de canciones como ‘Sand In My Shoes’ o ‘I’ll Follow You’, en las que realmente necesita poco más que su guitarra y su voz para conseguir recrear la delicadeza y sutileza de canciones como las que un día grabó Elliot Smith.
‘Another Day’ o ‘The Runner’ son canciones que comienzan desnudas y frágiles y a los pocos segundos se transforman en un monstruo del espacio exterior, que recuerda mucho a M. Ward. El detonante de tanta exaltación está en ‘If I Go’, el epitafio que deja el cantautor después de descobijarse de sus temores más profundos. Llega el final y después de todo, el único ruido que escuchamos es el latido del propio corazón. Cuando ya creíamos que no quedaba nada, cuando todo parecía desaparecer en la oscuridad de los tiempos, surgen siempre oportunas, un puñado de canciones redentoras que nos guían hacia la luz. Son una luz que nunca se apaga. Da igual el tiempo o ilusión que invirtamos en la música porque las canciones nunca nos fallan. Puede que lo hagan nuestras parejas, nuestros amigos, nuestra salud o nuestro trabajo, pero las canciones siempre están ahí para cauterizar todas las heridas que nos trae el paso del tiempo.
En definitiva, A Singer Of Songs buscan la respuesta definitiva con sus canciones, una salvación que nos enseñe el camino de vuelta a casa.
Nota bandálica: 8
PD: From Hello To Goodbye está con toda justicia entre nuestros discos nacionales favoritos de 2014.
Escúchalo en la bonita web de A Singer of Songs o en Bandcamp.