[Crítica] The War On Drugs – Lost In The Dream

Este 2014 está dando mucho de sí: festivales con cartelazos (véase PS14, FIB o BBK), nuevos discos ultra esperados, artistas que piden que les vomiten encima y así siguiendo. Pero la mayoría de lo que está pasando en la industria de la música es mucho ruido y pocas nueces, seamos sinceros.

Cada tres milésimas de segundo hay un nuevo lanzamiento, pero eso no significa que los discos sean buenos o dignos de mención. Una excepción es el Supermodel de Foster The People, al que le dediqué una buena reseña por haber sido sorprendentemente malo.

La única otra cosa que realmente me interesaba era el tercer larga duración de The War On Drugs y desde ahora os digo que es un pasote de bueno. No, no estoy siendo benévola. Algunos me han acusado de ser condescendiente o demasiado buena con los artistas de los que he hablado, pero eso es porque se lo merecen. Y si no, echadle un ojo a la reseña que he mencionado más arriba.

Desde el primerísimo minuto de Lost In The Dream queda claro que el álbum está impregnado de rock estadounidense de los 80. La prueba está en el dúo inicial formado por la joyita titulada ‘Under The Pressure’ y ‘Red Eyes’, tema que nos descubrieron el pasado diciembre y que recuerda vagamente a Motorama. Años 80, aire a Motorama y los “¡WU!” de Adam Granduciel: ya  estoy enamorada. ¿Y qué decir de ‘An Ocean In Between The Waves’? Encajaría perfectamente en la BSO de Flashdance. Pero que totalmente, eh.

Muy a destacar ‘Suffering’: una balada seductora y dolorosa, de las que hacen que tengas un nudo en el estómago aunque a lo mejor no entiendas qué está diciendo. Porque es uno de esos temas que hablan por sí solos. Igual que la íntima y cálida ‘Disappearing’, con sus arreglos de armónica que te encogen el corazón.

En el álbum se nota una cierta descendencia de otros grandes. ‘Burning’ me recuerda a The Boss y bien podría obtener el mismo resultado en un estadio. ‘In Reverse’ tiene un aire a Dire Straits y hay algo en todo el LP que me hace pensar en Bob Dylan.

‘The Haunting Idle’ supone una especie de caso aparte, algo único dentro de un disco que es único de por sí. Es un tema instrumental claramente oscuro seguramente fruto del trastorno paranoide del que sufre Adam (así como las letras, en su mayoría melancólicas, lo son de su reciente depresión).

Los de Filadelfia nos reservan un final épico , dejando para el cierre ‘Lost In The Dream’, balada exquisita y soñadora y la ya mencionada ‘In Reverse’.

Adam y los suyos han hecho un trabajo estupendo: han conseguido producir un disco que a todos los efectos parece de los años 80. Con sus guitarras eléctricas, sus sintetizadores, sus percusiones y sus arreglos de aire. Pero no han caído en el frecuente error de hacer un LP que es poco más que una copia de otros artistas. Han logrado que un sonido tan clásico suene nuevo, vivo, vibrante.

Lost In The Dream está repleto de sentimientos y emociones, y supone una evolución asombrosa de un artista que ya era sobresaliente.

Con este trabajo, Adam se eleva a la categoría de genio.

Nota bandálica: 8.5

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