Retomando el hilo y tal y como ha anticipado nuestra compi H.: no os imagináis qué difícil es hacer una crónica de un festival. Sobre todo cuando se trata del Primavera Sound. La ¿sí?-crónica la haremos a cuatro manos una servidora (@robyiinthesky/@indiepadres) y el redactor más guapo de Bandalismo, David Depain (@DavidDepain). Puesto que sabemos que lo que más os interesa saber es si había modern@s buenorr@s, ya os decimos que sí. Y en cantidades industriales. Pero no todo el campo son flores y el parecido del Fòrum con Mordor no se limita únicamente a la situación de sus escenarios. El hecho de no drogranos (a no ser que consideremos la cerveza sin gluten o el Voltarén sustancias estupefacientes) no ha ayudado en ese sentido. A los pocos frikiraritos que estáis aquí para saber si el PS14 ha sido realmente tan bueno como se esperaba, lamentamos comunicaros que no. Ha sido muchísimo mejor de lo que jamás podríamos haber imaginado.
Así es cómo lo vivimos (a veces por separado y otras juntos).
Volcano Choir (Sala Apolo)
Es el gran día y arranca genial: el sol brilla alto y la temperatura es agradable. A eso de las 14:45 estoy en la puerta de Apolo, haciendo cola para entrar al concierto en petit comité de Volcano Choir. Diviso dos orcos de Mordor y me asusto un poco. Entramos y la espera se hace eterna. Son las 16:11 y hay un silencio tumbal, hasta que arranca la intro de ‘Tiderays’. Justin Vernon (frontman de Bon Iver) y los suyos van mezclando temas de su primer trabajo, Unmap, y su segundo LP, Repave. Una selección exquisita de temas melancólicos pero bailoteables. Nos inundan con esa componente de sintetizadores tan marcada y a la vez suave que es así como una seña de identidad de la banda. Para cuando tocan ‘Comrade’ ya estamos todos totalmente cautivados. Pero con ‘Repave’ consiguen un silencio y una atención a medio camino entre estupefacientes y mágicos; todo lo opuesto ocurre con ‘Byegone’, para la cual nos piden que la liemos parda. Chris Rosenau y Justin van alternándose en sus agradecimientos, se dicen felices y emocionados y nos conquistan aunque sepamos que son palabras de marineros, de esas que les dicen a todas sus amantes antes de besarlas e irse sin mirar atrás. (Roby)
Midlake (Sony)
A Midlake llego algo tarde y, para no variar, me topo con un par de orcos. ME PERSIGUEN. En todo caso, me da tiempo a ver lo suficiente como para pensar que la mayoría de los que los critican y tachan de comunes a los estadounidenses, probablemente necesiten un poco de secso. Seguro que son orcos de Mordor ellos también. Puede que lo diga porque nunca he visto a los Midlake de Tim Smith en directo, pero señores: los texanos que han venido al PS son amor. Se suben al Sony y nos presentan un folk rock muy elegante, suave y delicado en el que las guitarras juegan un papel protagonista. Musicalmente, están extremadamente correctos, todo ejecutado a la perfección. El sonido también ayuda. Muchas gracias, técnicos, por no despistaros como Arcade Fire o The National. Ver la cara de Eric Pulido iluminada por un sol tenue pero brillante, mientras suenan joyas como ‘Young Bride’, ‘The Old And The Young’ o ‘Antiphone’ y el escenario se llena de humo, tiene un efecto ensoñador. El que pueda verlos, que no se los pierda. (Roby)
Pond (Pitchfork)
Para no perder la costumbre, llego tarde al Pitchfork, donde los australianos Pond ya están contentando a un buen número de seguidores. Está claro que la irrupción de Tame Impala en la escena musical ha revolucionado el rock, añadiéndole un matiz de psicodelia que sienta como una reconfortante brisa fresca. Ellos ya estuvieron en la edición del año pasado, así que es su banda “hermana”, Pond, quien hace las delicias de los que adoramos el buen rock. Está claro que Pond son puro músculo (y sino escuchen ‘Gian Tortoise’, para convencerse); instrumentación sólida y contundente llena de delays, reverbs y phasers, capaz de trasladarnos los psicodélicos sesenta y setenta. Sin embargo, la voz de Nick Allbrook es su punto más débil, sobre todo en directo, quedándose ahogada bajo la potencia de sus propias guitarras. No obstante, Pond son un impagable divertimento, una cápsula del tiempo para viajar unas cuantas décadas atrás. (David)
Warpaint (Heineken)
Y aquí me voy a poner un poquitín hater, pero solo un poquitín. He de decir que no entiendo por qué les asignaron el Heineken a las californianas. Por un lado, porque no comprendo bien qué hay de tan chachipiruli en la música de estas chicas. Por otro, porque éstas se plantan ahí y lo hacen todo muy bien, pero parece una ejecución sin personalidad ni sentimiento alguno. Suben, tocan temas de sus dos largaduraciones prácticamente tal y como suenan en los discos y ya está. Ah, se aventuran en un cover de Bowie (‘Ashes To Ashes‘) y os aseguro que lo que más destaca es que versionan a Bowie. Eso sí, es la ocasión perfecta para sentarme y ponerme al día con un amigo que no veía desde hacía cinco años. (Roby)
Neutral Milk Hotel (ATP)
Confirmados desde el final de la pasada edición, la Neutral Milk Hotel es una de las bandas más esperadas por los asistentes y no defrauda. Jeff Mangum aparece solo en el escenario para interpretar los primeros acordes de la primera parte de ‘The King of Carrot Flowers’. Es como una chispa que inicia uno de los conciertos más interesantes del festival, en el se crea una química intensísima entre banda y asistentes, que enloquecen con cada nuevo acorde. Personalmente no es una de los grupos que más escucho, pero he de reconocer que hay algo mágico en ellos y es normal que generen tal expectación. La voz de Mangum dista mucho de ser un modelo, pero tiene un tono particular y al igual que grandes cantantes como Bob Dylan, sabe aprovecharla. Aunque lo más interesante es la mezcla entre folk y rock, que da como fruto unas canciones que inspiran un torrente de sensaciones, tanto amables, como nostálgicas. Una lástima qutener que marcharme antes de tiempo para cenar. Pero lo primero es lo primero… Y luego tocan QOTSA. (David)
Queens Of The Stone Age (Heineken)
QOTSA es una de esas bandas que siempre había desestimado con argumentos estúpidos. Solo me gustaba ‘The Lost Art Of Keeping A Secret’ (que para mi desgracia no tocaron). Sin embargo, sabiendo de la buena relación entre Josh Homme y Alex Turner (uno de mis cantantes favoritos) y que estarían en el PS, me decidí a escucharlos más a fondo. Obviamente, me gané un aplauso por no haber descubierto sus discos antes. Hay algo muy interesante en Homme y su forma de entender el rock, pues es capaz de pasar de canciones con un estilo hard rock como ‘Feel Good Hit Of The Summer’, a tocar seguidamente una deliciosa balada como ‘Like a Clockwork’ (momentazo del concierto). No me quiero olvidar de ‘In my head’, otra de las que ya conocía y ‘Make It Wit Chu’, que es de mis favoritas. La banda californiana tiene una potencia arrolladora y enloquece al público (que casi llegaba al Sony). Si hace unos meses me hubieran dicho que me iba a dar pena irme de un concierto de QOTSA para coger sitio en Arcade Fire, no me lo hubiera creído. Pero sí. (David)
Arcade Fire (Sony)
Arcade Fire son el plato fuerte del día y del festival, por lo menos para mí, ya que son uno de mis grupos favoritos. Aun habiendo dejado QOTSA algo antes de terminar, es imposible coger buen sitio, así que me toca verlos desde Mordor, como dice Roby. Las ganas paran el tiempo en el mal sentido, pero finalmente las luces se apagan y arranca el espectáculo. La intensa ‘Reflektor’ es la escogida para comenzar la velada; los ánimos se disparan; todas nuestras expectativas están por los aires. Los canadienses, que acaban de comenzar una nueva gira por Europa, dominan los escenarios a la perfección y se dedican a disparar uno tras otro sus hits con la precisión de un francotirador y su habilidad ya consabida. Las canciones de Reflektor, llenas de sintetizadores, retumban por todo el Fòrum, los clásicos (no tan bien ecualizados) son jaleados por todos, como ‘No Cars Go’ o ‘Power Out’ y ‘Rebellion’ (perfectamente conectadas una con la otra). Sin embargo a través de las pantallas se ve a un Win Butler algo fatigado. Tuve la suerte de verlos en el FIB de 2011 y la energía que derrocharon aquella vez nada tuvo que ver con la de este año. No obstante, esto no quita que el show de los canadienses es de lo mejor de todo el festival, destacando el momentazo de de ‘Here Comes The Night Time’, como preludio de su ya épico final con ‘Wake Up‘. (David)
Metronomy (Ray-Ban)
Si hay alguien capaz de hacer que hasta los que nos hemos muerto después del concierto de dos horacas de Arcade Fire resuscitáramos, esos son Metronomy. Consiguen petar el Ray-Ban. Petarlo en todos los sentidos: de gente y dando un espectaculazo. Aquello ya no es un escenario, eso es un oleaje hecho de manos y brazos. Con su electropop a veces un tanto funky hacen que incluso yo, que no bailo porque muevo mal hasta las pestañas, lo dé todo como si no hubiera mañana. No faltan sus mayores éxitos, como ‘The Look’, ‘I’m Aquarius’ o ‘Love Letters‘ pero tampoco bellezones de electropop más puramente ochentero, como ‘Radio Ladio’ o ‘Corinne’. Le echan ganas y Anna Prior a la batería es la rehostia, hablando en plata. La verdad es que nunca he sido fan de Metronomy… Hasta ahora. (Roby)
Las fotos medio feas son de @robyiinthesky, mientras las pro (y que son las que más nos han gustado) son de Pablo Luna Chao.