Hace poco hablé por aquí de mi paso por la fiesta de presentación de Paramales que preparó Xoel López a comienzos de junio. Os narré cómo se las ingenió para hacer de un pistoletazo de salida la mejor de las fiestas de clausura. Como para mucha gente, el paso al frente que dio al cambiar esa máscara llamada Deluxe por su nombre de pila fue para mí el empujón que faltaba para convertirme en auténtico seguidor de Xoel. Pero por supuesto, el pseudónimo no tuvo nada que ver; la clave fue la joya que trajo bajo el brazo a su vuelta de Argentina. No me refiero a Lola, su fantástica mujer y compañera en lo musical, sino a Atlántico, el disco con el que el músico empezó una nueva vida, despojándose de su viejo nombre y mostrándose más visceral que nunca.
Tenía miedo de la continuación con la que podría llegar Xoel, que se tomó su tiempo hasta decidirse a sacar el disco del que ahora disfrutamos. Porque, claro que sí, nos ha traído un disco fantástico. Puede gustarte más o menos que Atlántico, pero ninguna de las canciones que aparecen en Paramales palidece ante las de su predecesor. Tal vez ‘Yo Solo Quería Que Me Llevaras A Bailar’ sea la que me deja más indiferente del disco por resultarme repetitiva, pero ni por esas consigue desagradarme.
Si Atlántico era el comienzo de un viaje, cuando aún se mira con recelo el lugar que se deja atrás, Paramales, gestado a caballo entre Argentina y España, es el sentimiento agridulce de la vuelta. Hay canciones que nos evocan claramente a esa primera parte de la aventura (es decir, a Atlántico) como ‘Antídoto’ o ‘Caracoles’ pero, ¿qué muestra más clara de la alegría de volver puede haber que ‘A Serea E O Mariñeiro’?
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Xoel declaró que prefiere no desvelar la inspiración de las canciones porque eso haría imposible que el público las asimilase como propias. Me parece fantástico, aunque creo que a nosotros se nos va a hacer difícil no tratar de relacionar todo lo que canta con situaciones vividas por él, ya sean reales o imaginadas por nosotros mismos. Es lo que tiene pasar una temporada de reflexión y volver en estado de gracia, que luego todos se preguntan cómo habrá sido ese proceso. Nos gustan más las historias ajenas que las propias porque suelen resultarnos más interesantes, es así. Además, la introspección que hay este disco no provoca sino ansias de entenderle.
‘Patagonia’ saluda a tierras españolas, afrontando la vuelta con optimismo, porque aunque todo parezca igual para Xoel han cambiado muchas cosas. A través de un ritmo country nos cuenta algunos pasajes de su viaje y acaba poniendo las bases de esta nueva etapa que comenzó en Atlántico y en la que ahora se encuentra asentado y confiado: «Todo parece igual / Pero nada es lo mismo».
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Después de las ya mencionadas ‘Patagonia’, ‘Yo Solo Quería Que Me Llevarás A Bailar’, ‘Antídoto’, ‘A Serea E O Mariñeiro’ y ‘Caracoles’ suena ‘Un Año Más’, que nuevamente hace imposible no tratar de adentrarse en la mente del músico gallego. Especialmente porque realmente al escucharla me pareció estar escuchando una canción de Nochevieja. Pero tranquilidad, que una vez eres capaz de extrapolarla a cualquier día de crisis existencial se convierte en un buen chute anímico.
Con ‘Todo Lo Que Merezcas’ alguno se habrá sorprendido de la mala leche que puede llegar a mostrar el bueno de Xoel. Sin embargo, en una entrevista en que le preguntaban acerca de este tema pudimos hacer una buena reflexión: no es tan malo, solo es capaz de estirar de esa mala leche para convertirla en inspiración. Menos mal que no tenemos que desearle tanto mal a nadie y que podemos disfrutar de esa violencia siendo conocedores de su condición. Cuidado con lo de asimilar las canciones que esto solo es un interesante ejercicio de retroalimentación como fuerza que empuja o ayuda a escribir.
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De las siguientes canciones, yo destacaría musicalmente ‘Sol de Agua’ como una de las más interesantes del disco. Por otro parte, ‘Almas Del Norte’ nos recuerda irremediablemente a Deluxe, y si realmente habla de los mods como mencionó durante el concierto de presentación, está claro que Xoel era consciente de ello y además abraza ese sonido con el que entró en la música. En ‘Ningún Hombre, Ningún Lugar’ se va por los mismos derroteros líricos que en ‘Un Año Más’ para hablar de empezar de cero y con fuerzas renovadas. Otro guiño a su exilio en Sudamérica.
Para acabar, como ya hiciera en Atlántico, se reserva la última canción para compartirla con su mujer. De hecho, ‘La Casa Hace Ruido Cuando No Estás’ ha sido compuesta íntegramente por Lola. A dos voces se coordinan para que mojes la cama de lo bonita que es la canción. Se sirven de ella para cerrar el disco con un corte del estilo del que ya compartieran en la última pista del anterior disco. Cuando aún no has conseguido quitar la cara de bobo que te dejan con este tema, te das cuenta de que se ha acabado el disco y, normalmente, tienes que volver a ponerlo.
He creído necesario hacer numerosas menciones al predecesor de Paramales y al final, tanto hablar de Atlántico, va a parecer que lo considero mejor. Y tal vez lo haga, pero tal vez no, que es lo importante. Si me preguntas, te diré que la presentación habría sido igual de buena si únicamente hubiese tocado los temas de Paramales. Más que un digno sucesor diría que es una prolongación cronológica; no sucede a Atlántico, solo transcurre algo más tarde.
Nota bandálica: 8
Muchas gracias por el análisis,ahora me orientaré mejor al escucharlo.
De nada!
Espero que vuelva pronto por Madrid. Me quedé con las ganas de verle en el Price… 🙁
Después de ver el concierto «A solas» para Sol Musica, me gustó más de lo que me gustaba ya el disco cuando lo escuhé por primera vez.
Un buen directo convertido en fiesta!
https://unacerezaeneltejado.wordpress.com/