Crónica: MatMad (20/06/2015)

Después de numerosos años celebrándose el festival Día De La Música en la capital y yo pudiendo asistir dos años consecutivos desde que estoy en Madrid, nos encontrábamos con la triste noticia de que este año no habría festival con el que celebrar el día del arte más amado por nosotros: la música.

Este festival sin duda ha sido de los pocos celebrados en Madrid con una calidad irrefutable, basta con decir que por su cartel han pasado artistas de la talla de Disclosure, These New Puritans, The Horrors, Toro Y Moi, Likke Ly y muchos más. El ‘ivazo’ y demás obstáculos pudieron con la música, pero por suerte un mes después supimos que un festival paralelo cubriría la ausencia de este otro y por lo tanto, finalmente la música sonaría en Madrid el 20 de junio para celebrar el Día Europeo de la Música.

La primera edición del MatMad sin embargo se presentaba con un cartel un tanto pobre (no en cuanto a calidad, si no de número de confirmados) y extraño. Jero Romero, Ángel Stanich, Smile y Corizonas encabezaban la parte más jugosa y actual del cartel, mientras que Kiko Veneno, Ilegales y Los Enemigos, lo hacían ocupando la parte de artistas más que consolidados y ya dentro del término ‘leyendas’ de la música nacional. Equilibrado en cuanto a bandas y estilos se refiere sí; calidad, también; pero en cualquier caso, eché en falta algo más de actualidad musical y por supuesto, más cantidad.

En cualquier caso, la variedad tanto de actividades como de público fue el elemento clave de dicho festival. Desde las 11:00h de la mañana los más pequeños pudieron disfrutar de una serie de actividades infantiles, todas ellas relacionadas con temáticas musicales. Además, se llevaron a cabo dos mesas redondas con temas y ponentes realmente interesantes. Por otro lado también fue el turno de las actuaciones de las bandas Sub<18 ganadoras del concurso que se realizó unos días antes. Esta fue una de las grandes iniciativas del festival que se llevó a cabo junto con Radio 3, para dar la oportunidad de formar parte del cartel a los menores de edad. The Sharrocks, Aula 11 y The Ramblings fueron los tres grupos Sub<18 que actuaron en esta primera edición. A eso del mediodía, (también dentro de las actividades gratuitas) le llegaba la hora de subirse al escenario a Jero Romero, al cual sintiéndolo en el alma, no tuve la oportunidad de ver debido al mal horario… Una lástima porque el ex Sunday Driver sabe como embelesar al personal con sus directos.

A las 17:45h comenzaba la segunda parte del festival o MatMad ‘noche’ y lo hacía con el imparable Ángel Stanich. El concierto del que más ganas teníamos, fue sin embargo el que menos duró, acompañado por ciertos problemas de sonido, un calor de justicia y una cuerda rota en la primera canción, pero, ¿desde cuándo fue todo esto un problema para la Stanich Band? Lo llevan demostrando desde hace tiempo, sus conciertos te marcan de forma irremediable. No es para menos teniendo en cuenta que los componentes además de Stanich son, Víctor L. Pescador a la guitarra, Álex Izquierdo al bajo y Lete García a la batería. Bajo ese sol de justicia antes mencionado, se desenvolvían con ‘Amanecer Caníbal’, esa canción que podría pasar como desapercibida en el disco pero que ojo porque te termina seduciendo como cualquier otra y que esconde un tremendo final. La sensual y sugerente ‘Camino Ácido’ que pone nombre al disco, fue la primera en hacer cantar realmente a todo el público. Víctor se burlaba del calor con una chaqueta marrón de pana, que te hacía sudar con solo mirarla, demasiado aguantó con ella con lo que le gusta moverse en el escenario… El increíble potencial y la peculiar voz de Ángel salieron a relucir con ‘Mojo’ y poco después con ‘El Outsider’.

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El halo misterioso que envuelve sus canciones alcanza su punto álgido en ‘El Cruce’, un tema que de que nos dimos cuenta se había convertido en una tremenda versión de ‘Noche De Setas’ de los sevillanos Pony Bravo. Hubo valientes que se atrevieron a disfrutar de todo el concierto a pleno sol, mientras que el resto lo veía desde la penumbra, cerveza en mano y tan a gustico. Aunque finalmente, y tras unas palabras de sufrimiento de Ángel, muchos acabaron saliendo a la luz para disfrutar de sus hitazos ‘Metralleta Joe’ y ‘Mezcalito’ que se podrían definir como la esencia de Stanich. Entre prisas, habían logrado alargar el concierto todo lo posible pero aún así la falta de tiempo hizo que no pudieran tocar otros dos de sus grandes temas como son ‘Carbura!’ o ‘Jesús Levitante’. Claro que no defraudó, e incluso fue el descubrimiento del año para muchos. Aún así una pena que un concierto tan bueno como este fuera el menos visto… A todos aquellos que no estuvisteis, no dudéis en probar la experiencia Stanich cuanto antes.

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Relevo ahora para Smile y su pop veraniego. Madrid no tiene playa pero sus canciones son capaces de hacerte sentir en la orilla del mar con solo  cerrar un poco los ojos y dejarte llevar. Así lo demostraron y así nos hicieron sentir John Franks y su banda, con canciones como ‘Hot Summer’, ‘Good old times’ o ‘Fight’. En ‘Do As I Want’, una canción plagada de buenrrollismo, nos hicieron gritar muy alto con ellos la palabra free para recordarnos su importantísimo valor.

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Era muy contagiosa la felicidad que derrochaban sobre el escenario y eso se notaba en el ambiente, sobre todo cuando le llegó el turno a su bailonga y buenrrollista ‘City Girl’. Así como el momento estrella en el que John saltó del escenario para tirarse en el suelo con todo el público y después levantarse de un brinco e ir pegando saltos hasta el escenario. Y para terminar, qué mejor que hacerlo bajándose del escenario toda la banda y cantar un bonito acústico de ‘Give Me Back’ rodeados por todo el público que les acompañaba en círculo. Si hay una banda que sabe hacer que nos olvidemos del calor y nos mezamos en sus melodías felizmente, ellos son Smile.

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Y del norte nos vamos al sur porque es cierto eso de que ‘a veces necesitamos un poco de sur’, y por eso en el MatMad teníamos a Kiko Veneno y su peculiar estilo musical que encandila a cualquiera que que le oiga cantar dos estrofas.  Irrumpía simpáticamente en el escenario con ‘Lo Que Me Importa Eres Tú’ seguida de la versión flamenquizada de Bob Dylan, ‘Memphis Blues’. Ironía o no, nos cantó ‘Hace Calor’, lo cual no sé si fue una buena idea porque eso no hizo más que incrementar el calor que estábamos pasando, porque aunque el sol ya se estuviera escondiendo siguió acechando el Matadero durante un ratillo más. ‘Veneno’, ‘Echo De Menos’ y ‘Satisfacción’ fueron otras de las que pudimos escuchar en su repertorio que se vio afectado por los continuos problemas de sonido pero que con tan buen humor afrontó Kiko. Además hasta la nueva alcaldesa de Madrid se llevó una canción dedicada en su concierto. En la vida había estado en un concierto suyo y tampoco imaginé que andaría metida algún día, pero tras haberlo vivido he de decir que la experiencia merece la pena.

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Eran casi las 22.00h de la noche cuando llegó el turno de uno de los platos fuertes del festival: Corizonas. Comenzaban con el ritual al que nos tienen acostumbrados en sus directos: una canción instrumental que va creando el ambiente perfecto para poco a poco ir deslizándose sobre el escenario y abrir fuego con su magistral ‘The News Today’. Son siete sobre el escenario y eso lo saben aprovechar de maravilla en todas y cada una de las canciones, aportando cada uno una parte fundamental para conseguir llegar a esa instrumentalidad total que hace tan especiales sus directos. Ejemplo de ello son ‘The Falcon Sleeps Tonight’, ‘I Am – What I Am’ y ‘Thieves And Liars’.

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Momentos de pánico se vivieron cuando Javier Vielba pronunció las palabras ‘adiós’ y ‘nueva etapa’, tanto que llegó a decir: ‘se os ve acojonados, eso es bueno’.  Justo después para seguir tocando la fibra sensible al personal, se lanzaron a cantar esa versión suya de ‘Wish You Were Here’ de Pink Floyd que tanto nos gusta. El momento de lagrimilla, rápidamente se vio disipado por otra enorme versión de ‘Supernaut’ de Black Sabbath, que trasladada a un estilo country-folk y en voz de Vielba tiene un encanto especial. Desde aquí damos las gracias a Ozzy y su banda por ser los culpables de unir a Corizonas. Pero no, las cover no se habían acabado, porque aún quedaba ‘Piangi Con Me’, que es de esas que se vive y se grita como si no hubiera mañana. Igual que ocurre con ‘Run To The Woods’ y los maravillosos coros aportados por la gente y por supuesto, ‘Run To The River’, con la que siempre consiguen crear una especie de piscina con olas sobre la pista con todos los brazos moviéndose de un lado para otro siguiendo la música. También hubo momento de creer, en la magia, en la música, en Corizonas, el momento de ‘I Wanna Believe’. Nos encantan Los Coronas, nos encanta Arizona Baby, pero si nos tenemos que quedar con una, nos quedamos con Corizonas. Una vez más, nos quitamos el sombrero y les decimos ‘os queremos’ muy alto pero no más claro.

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Los puestos de ‘food truck’ nos salvaron del hambre antes de continuar con la traca final que la encendían los penúltimos en pisar el escenario: Ilegales. ‘El mejor sitio donde podéis ver a esta banda es en un matadero’ decía Ángel Carmona momentos antes de que tomaran el escenario cantando ‘Los Chicos Desconfían’. Y es que además de ‘haber tocado en los peores antros del mundo’, por el grupo encabezado por Jorge Martínez parecen no pasar los años, y así lo demostraron rindiendo al 100% durante todo el concierto y presentando su nuevo disco, ‘La Vida Es Fuego’. Viajando por su trayectoria musical escuchamos tanto temas nuevos, ‘Voy Al Bar’, como míticos ‘Europa Ha Muerto’. Cuando decimos que no envejecen, es que no envejecen, porque os digo que nunca he visto tocar con tanta efusividad una canción como lo hicieron con ‘Dextroanfetamina’. Una pasada. Y si hay algo que nos gusta de estos tíos es su facilidad para repartir leña a cualquiera que se les pone por delante, y si no que se lo digan a los ‘Hipsters’. Sin duda un concierto que nos dejó con la boca abierta, de tanta intensidad en tan poco tiempo.

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Por último para cerrar el telón, otros de los veteranos de guerra más curtidos sobre los escenarios, volvían a pelear una vez más, ante un Matadero abarrotado. Por si no lo sabéis, hablamos de Los Enemigos. Las camisetas de raspas de pescado inundaban el Matadero, para mostrar el apoyo incondicional a una de las bandas que ha sabido seguir al pie del cañón a pesar del paso de los años y hacer que más de uno reviviera aquella noche su segunda juventud. Empezando con un ‘Brindis’ como las buenas veladas, fueron trasladándonos por toda su discografía hasta cerrar con ‘Todo A Cien’.

Distintas generaciones, distintos estilos, pero lo que nos dejó claro este festival es que podemos estar orgullosos de todos esos artistas españoles que año tras año hacen que no perdamos la ilusión por la música.

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