En la pasada edición del Primavera Sound (maldición gitana si no habéis leído nuestra crónica) tuve la ocasión de tener una charla rapidita con Sleaford Mods, nombre con el que se han dado a conocer Andrew Fearn y Jason Williamson. Estaba especialmente emocionada: ¡iba a entrevistar a nadie menos que Sleaford Mods! El dúo inglés está petándolo por toda Europa y yo tenía la oportunidad de acribillarles a preguntas.
O eso creía yo. Lamentablemente las cosas no siempre salen cómo uno se espera, y no pude dispararles todas las preguntas que tenía en la recámara. Por un lado porque Jason, vocalista del dúo, llegó tarde y luego se entretuvo un rato más haciendo cosas, mientras yo esperaba pacientemente (llevaba ya quince minutos y le añadió otros tantos). Y por otro, bueno, porque la humildad y amabilidad de Andrew no compensaron la actitud soberbia de Jason.
– ¿Cómo os presentaríais a nuestros lectores?
– Jason: No lo sé, en realidad… Hacemos punk… Punk, con rollo rap y de tintes grime.
– Andrew: Nosotros escogimos el término Monte rock —por La Monte Yuong, NdR—, pero en realidad fue porque no sabíamos qué era, sabes —risas—.
– ¿De dónde tomáis vuestra inspiración?
– Del hip hop, el punk, el rock, en realidad de cualquier cosa que suene bien.
– ¿No hay ninguna banda o artista en concreto que os haya influenciado?
– Jason: Sí, sobre todo Wu-Tang Clan, Pet Shop Boys, George Michael, Alexandre O’Neal… Cosas así, muy variadas, muy transversales.
– En vuestros temas habláis del modelo de sociedad moderna, una sociedad que va a la deriva. ¿Creéis que la gente empieza a entender que la sociedad es una mierda o todavía tienen los ojos cerrados?
– Jason: Creo que un poco de ambas. Mucha gente tiende a mirar hacia otro lado y mucha otra sí que mira hacia los problemas de la sociedad. El resultado siempre es un empate, nunca pasa del empate. Aún no, por lo menos.
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– Y, hablando sociedad: ¿Blur, Oasis o ninguno de los dos?
– Jason: Oasis, sin duda. Blur no me gustan, están bien pero no me gustan, no soy fan.
– Andrew: Ninguno. Simplemente no me molan, no soy un fan. En los noventa escuchaba música que llegaba desde norteamérica, y me tiraba más la dance, así que no prestaba atención al britpop.
– Sois una suerte de rebeldes punkis y alborotadores: ¿cuántas noches habéis pasado en el trullo?
– Andrew: Ninguna. Bueno, no llegué a pasar la noche —risas—.
– Jason: Yo tampoco. Ninguna. Bueno, cuando era un crío pasé unas cuantas horas ahí metido. Pero en realidad somos tranquilos, es más nuestra faceta musical la irrequieta.
– ¿Volviendo a lo que nos ocupa, pensáis ver algún concierto en el PS?
– Andrew: No recordamos bien quién toca hoy. Shellac tocaban hoy, ¿no? Pues, Shellac y… Swans también tocaban, hoy, ¿cierto? Entonces, Shellac y Swans.
*Y aquí llegamos a la segunda razón por la que me quedé las preguntas más importantes para mí. Jason, visiblemente desinteresado y desganado desde la primera pregunta, llevaba ya un rato mirando a su alrededor, probablemente en busca de algo más digno de su atención. Al final lo encontró y fue así que, como si tal cosa, se puso a hablar con un tío que pasaba por ahí.*
– Dado lo alborotadores que sois, ¿tenéis alguna anécdota de vuestros directos?
– Una chica, una vez, fue buenísimo. En nuestros conciertos la gente suele hacer crowdsurfing, sabes, y a esta chica la subieron, la hicieron surfear hacia el escenario, luego para atrás, luego hacia la izquierda y después hacia la derecha. No fue nada especialmente loco, pero sí muy divertido. Aparte de eso, en varias ocasiones hubo personas, personas admirables, que vinieron a darme un apretón de mano y fue… grandioso. Fue espectacular e inesperado, porque me daban las gracias y sentí, me pareció, que estaba contribuyendo a cambiar algo en la vida de otros, o algo así. Y bueno, cuando sientes que con lo que haces estás cambiando la vida de otras personas… No sé, creo que es una intención propia de todo músico, pero cuando te das cuenta de que realmente lo has conseguido, es toda otra cosa.
– ¿Hay algún artista con el que quisierais colaborar de los que hay por aquí en el PS?
– No, en realidad no, no quiero sonar irrespetuoso o despectivo, pero no. Digo que no porque no creemos en las colaboraciones decididas sobre el papel, creemos que las colaboraciones deben ocurrir, sin más. Encontrarte con un artista, llevarte bien y que la cosa fluya y desemboque en una colaboración. Pero tiene que ser así o sería una gilipollez, porque acabaría siendo una obligación y el resultado sería una mierda.
– Gracias, Andrew.
– Gracias a ti… y perdona.
No iba a publicarla, esta entrevista. Porque no la terminé y porque un hombre que se llena la boca hablando de una sociedad que se va al carajo y luego actúa como un mamarracho, pues me parece más bien poco creíble.
Finalmente decidí publicarla por el 50 % del dúo que mostró profesionalidad y educación en todo momento. Decidí publicarla por la amabilidad con la que se dirigió a mí y la sincera emoción que vi en su cara mientras me contaba que algunas personas le dan las gracias. Y también decidí publicarla porque, como dijo Quevedo, «más fácil es escribir contra la soberbia que vencerla».