Live the Roof es ese ciclo íntimo de conciertos veraniegos celebrados en las azoteas más representativas de las ciudades más importantes de nuestro país. “Si los Beatles acabaron su carrera desde una azotea, ¿por qué no seguir con esa idea?” con esta frase responden a la motivación que les llevó en su día a empezar esta nueva fórmula de directos musicales.
Comenzaron allá por 2011 en Sevilla, y a día de hoy ya cuentan con representación en Madrid, Barcelona, San Sebastián, Málaga, Valencia, Vigo, Alicante y Cádiz. De la misma forma el nivel de su cartel ha ido aumentando, tanto en cantidad como en calidad. Este año se han subido a la azotea artistas como Zahara, Carlos Sadness, L.A., Coque Malla o Juan Perro, entre otros.
Y entre estos otros está el gran Antonio Luque, del que nos ocupamos hoy, máximo representante e imagen de Sr. Chinarro. Tal es así que hay quien cree que éste es su verdadero nombre, algo de lo que está bastante bien acostumbrado.
Tras apenas un año de su último lanzamiento Perspectiva caballera, y numerosos conciertos por todo el país destacando una importante presencia festivalera, llegaba a Sevilla para presentarlo como tal. Si bien es cierto que nos abandonó cuando cambió su residencia a Málaga, es necesario decir también que cada año nos visita en al menos una ocasión, cosa que le agradecemos enormemente.
Ya en el Hotel Inglaterra, lugar de celebración del ciclo sevillano Live the Roof de este año, subíamos al último piso siguiendo las indicaciones de un muy amable botones y recibíamos una copa de Licor 43, patrocinador de todo aquello. El glamur rebosaba por todos lados, el trato al espectador era impecable, filosofía propia de lo que representa Live the Roof: exclusividad, intimidad y calidad.
Sobre las diez de la noche empezaba todo aquello. Después de haberse dado un buen festín de embutidos varios y cerveza subía a la tarima del escenario. Con camisa color pistacho y corazones rojos se sentaba en el taburete y empezaba ‘El cabo de Trafalgar’. Al acabar comentaba que si el verano era largo él había elegido el día de más viento y frío de éste para visitar Sevilla. Y es cierto, todos los que estábamos presente teníamos algo de abrigo por encima.
El concierto mantendría en todo momento una misma dinámica, caracterizada por el clima de cercanía y tranquilidad que se respiraba bajo el cielo de Sevilla, con la Giralda de fondo cual invitada más al evento. Entre canción y canción Antonio contaba alguna anécdota interesante de sus vivencias sevillanas y no tan sevillanas, que a todos nos despertaba una sonrisa en nuestro interior. También era muy común que en estos espacios de pausa, en los que no faltaba el trago al cubata, soltase algún comentario crítico camuflado de esos que tan bien manda en sus letras.
Hora y media de duración mal contada que dio para unas veinte canciones, las mismas que sacaban una conclusión clara: El mundo según era su disco fetiche. Escuchamos literalmente la mitad de su todo, con anécdotas incluidas. De su viaje a Portugal para comprar un amplificador en ‘El lejano de oeste’, de la calificación norteña de canción flamenca de ‘Gitana’, o de su tonteo juvenil e inmaduro con una estudiante italiana en ‘Ángela’. También pudimos disfrutar de ‘Del montón’, ‘Esplendor en la hierba’ y ‘La decoración’.
Ronroneando tampoco se quedaba atrás, con ‘Los amores reñidos’, ‘Los ángeles’, ‘El Gran Poder’ a petición de viva voz por un servidor, y ‘Alfabeto morse’, con la que acabaría la noche. Parece ser que a su etapa 2006-2008, la de elaboración de estos discos, le tiene buena estima. O eso o que eran las canciones más adecuadas para un acústico. Me decanto por lo primero.
Las restantes fueron un breve variado de Presidente y Perspectiva caballera, sus trabajos más cercanos de entre todos los de la noche, con ‘Una llamada a la acción’ y ‘Famélicos famosos’ por bandera de éstos. Es característico de Antonio el tocar principalmente temas antiguos pese a estar presentando algo nuevo. Qué le vamos a hacer, él es así de particular.
Bonita experiencia la que me llevé de allí. Nunca antes había podido disfrutar del ciclo, y me arrepiento. Espero que sea el primero de muchos, entre otras cosas porque se me olvidó pedir la receta de la copa de licor 43 que nos dieron al entrar, riquísima. Y de Sr. Chinarro qué decir, de muchas tantas veces que he tenido la suerte de poder verlo no me ha decepcionado en ninguna ocasión, y ésta no iba a ser menos. No importa que venga en acústico o con banda, siempre mantiene un gran nivel en el escenario. Lo esperamos pronto, esta es su casa y puede volver cuando y cuantas veces quiera.
“Él no tendría que llamar dos veces si venía otro día a comer”