Recuperamos una entrevista perdida de 2015 con el dúo mexicano, en la que nos confirmaron su actuación en el próximo Primavera Sound
Orlando Fernández y Coco Santos saltaron a la palestra como CLUBZ en el verano de 2013. Son de Monterrey, México, y prefieren sentirse parte de una generación de bandas que le ha cambiado la cara al pop hecho en Latinoamérica en los últimos 5 años. Su fórmula consiste en la revisión actualizada del synth y el kraut de los 80 (OMD, C-86, Cocteau Twins, Art of Noise), así como de los sonidos de la new wave (New Order, The Cure. Ellos mismos señalan la Movida como influencia), pero incorporando elementos como los mantras guitarreros de DIIV o la brillantez pop de The Drums o Beach Fossils.
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Canadá los reclutó a mediados de 2014 y los trae ahora en su primera gira a este lado del Atlántico, compartiendo carteles con El último Vecino, Hidrogenesse o Javiera Mena y dando forma a esa idea generacional de «movimiento». Estuvimos con el dúo en la sala Moby Dick de Madrid antes de que dieran el que sería su primer concierto en nuestro país, abriendo para los de Gerard Alègre. Y la charla dio bastante de sí:
Primero preguntaros por vosotros, porque creo que antes tocabais juntos en un grupo, allí en Monterrey también, y, pues eso, que cómo surgió la idea de trabajar los dos.
Orlando: Sí, nosotros teníamos otra agrupación que se llamaba Huskey y que era un proyecto muy diferente. Éramos cinco personas, la música era en inglés… compartimos ciertos elementos, ese gusto por el pop y eso, pero iba por otro camino y Coco y yo teníamos más inquietud de explorar otros estilos de música, otros instrumentos… Él y yo siempre hemos sido muy, muy, muy amigos, y compartimos muchos gustos y sentimos que estamos en sintonía, y decidimos hacer este proyecto digamos aparte y sin ningún objetivo más que el de experimentar. Empezamos a comprar equipo, maquinaria vieja por internet. Yo siempre había tocado la batería y quería intentar otros instrumentos, y él, que ha sido siempre guitarrista, también se quería involucrar más en teclados, en la batería, en todo ¿no? Entonces los dos lo que queremos es jugar un poco con las texturas, el empaste de los sonidos de cada instrumento… al final creemos que esa es la atracción, es lo que te obliga a volver y a estar repitiendo y escuchando continuamente la canción.
Y así surgió, muy inocentemente, jugando con las canciones. Subimos una, ‘Celebrando’, hace casi dos años ya, en Julio de 2013, se blogueó, subimos otra, ‘Golpes Bajos’, también se recibió muy bien en los blogs y se fue como viralizando un poco. Y bueno, de ahí a estar ahora aquí en España. Es muy loco todo.
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¿Es vuestra primera gira al otro lado del charco?
Orlando: Sí, exactamente. Hemos tenido oportunidad de ir ahora a EEUU, a Austin y Los Angeles, y fuera de eso… Centroamérica. Costa Rica, Guatemala, Colombia, Ecuador. Lugares que nunca nos hubiéramos imaginado. En España habíamos estado como turistas, pero para tocar es la primera vez y…
¿Cómo se toma eso?
Orlando: Muy loco. Pues mira, precisamente estábamos Coco y yo hablando un poco de eso. Porque una de nuestras influencias para componer el primer EP fue la Movida Madrileña y sus bandas ochenteras. Y toda la movida de Almodóvar, las nuevas formas de arte, el cine transgresor… Vimos anunciada en el camino una nueva película de Almodóvar, Silencio creo que se llama y… ¿qué me decías? Que estábamos en Madrid y que…
Coco: Claro, eso precisamente, que estábamos en Madrid y que… ¡órale! Qué loco estar viendo documentales, leyendo artículos, cosas que salen en las noticias, así, sobre la Movida de Madrid y estar aquí. Que ya es una etiqueta ¿no? Pero en su momento imagino que sería una locura de vivir el rollo, escuchar música casi de contrabando… No sé. Para mí es la época de oro del pop en español. De hecho en México hay muchas bandas que vienen a sumarse a ese carro, pero ya después. El boom fue aquí. Mecano, Miguel Bosé, que era un poco así como David Bowie… Es verdad que luego se ha dedicado a producir bandas prefabricadas mexicanas, pero la calidad es innegable. Y así yo creo que hemos ido aprendiendo y le sacamos brillo al pop en español. Realmente le sacamos, ahora sí, el buen gusto. Nosotros normalmente escuchamos música en inglés, pero cuando tratamos de buscar algo en nuestro idioma lo primero que encontramos es este pop que empezó aquí en España y más concretamente en Madrid.
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Os iba a comentar. Venís de una escena que está empezando a traducir todos los géneros que han ido surgiendo en la música de la corriente angloparlante en los últimos años al castellano. Estoy pensando en Little Jesus, Odisseo, Reyno, 60 Tigres, Astro, Francisca Valenzuela o, sobre todo, Javiera Mena. ¿Os sentís parte de algo más grande o solo es una coincidencia?
Orlando: Nosotros nos sentimos parte de una especie de Movida de Latinoamérica. No tanto ni de nuestra ciudad, ni de México, sino en general. Y está padre, de hecho alguno de los grupos que comentabas los conocemos, nos gustan mucho, y sí, realmente nos sentimos como en la misma onda.
Coco: Sí, el tema está en que en los países anglo prácticamente cualquier niño toma clases de alguna materia artística, ya sea música, pintura… Es parte de la cultura. Los países latinoamericanos, como han sido un poco más vamos a decir con unos gobiernos que nos traen con las riendas, siempre han estado más cerrados a la expresión en todos los niveles, incluido el artístico. México por ejemplo vivió un gran momento cultural en los 70, con las revueltas de estudiantes —que no eran estudiantes de verdad sino gente con cultura, con avidez filosófica e intelectual que se dieron cuenta de que el gobierno les estaba viendo la cara—, pero como fue el gobierno el que salió victorioso aprovechó para frenar la cultura a través del control que ejerce sobre los medios, divulgando noticias como «eh, si tu hijo es rockero o si tu hijo es artista o pintor es el diablo». También piensa que en Latinoamérica la gente es muy apegada a la religión, así que la táctica era demonizar todo lo que iba en contra del gobierno.
Entonces el arte era underground, a la cultura no se la dejaba desarrollarse. Ahora, gracias a Internet, que ni siquiera el gobierno puede pararlo, creo que podemos los latinoamericanos tener ese crecimiento en intelecto, en arte, en distribución de música a nivel internacional, etc. Creo que es una razón fundamental para esta explosión de bandas cantando en español y percibidas con calidad musical. Así que ya no es como esas bandas versión 2.0 de algo que está de moda, no sé, como Muse, que acaban siendo los Muse en español y que hoy ya se ven como algo un poco vergonzoso. Hoy ya se puede sentir la música de forma más auténtica.
El género que trabajáis últimamente tiene como más fuerza, salen más cantidad de bandas. Unas se quedan en el puro revival ochentero, en la recuperación de la Movida y clásicos como OMD, Cocteau Twins, The Cure o New Order, como El Último Vecino; otras se arriesgan más en la reinterpretación de esos clásicos, como DIIV, Beach Fossils o The Drums. Vostoros sois de los terceros, de los que buscan la armonía entre clásico y moderno. Así que, ¿Clásico o moderno?
Coco: ¡Órale! Nunca nadie nos había preguntado esto y creo que sí lo explicaste muy bien. Es una regla para los dos. Para nosotros son fundamentales las raíces, de dónde viene la música que hacemos. Buscamos quiénes son los pioneros, por qué lo son… Pero no vamos a hacerlo igual, no somos una banda del pasado que vino a hacer música a la actualidad. Somo una banda que quiere hacer esa música pero contemporánea. El equilibrio es difícil, pero para mí, en lo personal e idealmente, trato de buscar el 50/50. El respeto al género viene de lo pasado y la innovación viene de lo contemporáneo. Viene a ser como estar usando a la vez una caja de ritmos ochentera y una computadora, o emplear pedales de voz que antes no existían y que ahora permiten proyectar en vivo las voces de forma mucho más etérea. La idea es que en nuestros discos se pueda percibir la nostalgia pero que también se vea la calidad que permite la producción en la actualidad. Lo que te digo, una caja de ritmos con un compresor o un pre-amp súper moderno y una mezcla que le de ese toque contemporáneo. Y eso es lo que define, al final, el sonido de CLUBZ.
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¿Os sentís involucrados en una especie de new wave de la new wave de la new wave de la new wave?
Orlando: (risas) Pues no lo había pensado de esa manera pero sí, yo creo que sí, en cierta manera.
En cuanto al trabajo discográfico, ¿os producís vosotros?
Orlando: Sí.
Coco: Nosotros lo que hacemos es… bueno, tenemos una manera de trabajar muy chistosa porque Orlando, como no tiene conocimiento teórico previo, es infinito, no tiene límites a la hora de componer que yo si tengo. Yo quiero hacer algo más perfecto y él es muy libre, y eso nos da frescura, creo. Las letras las tratamos de hacer sutiles para evitar un poco esos prejuicios de que cantar en español es un poco cursi. Y así funcionamos, intentando siempre buscar cosas nuevas.
Hablando de nuevo. ¿Nuevo disco?
Orlando: Sí, lo tenemos casi acabado y ahora cuando regresemos lo terminaremos y empezaremos a ensayar para incorporar temas a los shows… Yo tengo muchas ganas.
Coco: Lógicamente no vamos a hacer dos veces el mismo disco. Hemos ampliado nuestras influencias, obviamente tratando de mantener una esencia pero buscando la novedad.
En ocasiones habéis hablado de Blood Orange, de Chromeo o de Sky Ferreira. ¿Son estas parte de vuestras nuevas influencias o hay que fiarse más del sonido de ‘Épocas’, vuestro sencillo más reciente? Porque se distancia del ruido de Ferreira, es más limpio.
Coco: ‘Épocas’ fue el primer paso de este nuevo trabajo, marca una línea pero no una totalidad. Lo que hemos buscado es cómo sonaríamos en la segunda mitad de los 70, con el disco, el funk, el punk de ritmos kraut, la primera new wave… ¿Cómo sonarían New Order en el apogeo del disco? ¿O los Pet Shop Boys cruzados con Chic o Michael Jackson? Incluso DIIV si aparecieran en la escena funky. Supongo que ahí sí hemos mirado a Chromeo o a Blood Orange, que son una banda que a mí me ha gustado mucho últimamente. Tratamos de incorporar bajos y beats más funk pero manteniendo los efectos de voz, y más solos de guitarra, más instrumentación —trompetas, saxofones…—.
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¿Tenéis pensado llevar el formato banda a vuestros directos?
Coco: Sí. Ahora somos dos pero la misma composición nos está exigiendo incorporar personal (risas). Supongo que trabajaríamos en dos formatos, uno más sencillo, como con el que trabajamos actualmente, y otro más para festivales, para llenar escenarios más grandes. Una de nuestras premisas al hacer la banda era ser solo dos por las facilidades que nos supone, pero nosotros no somos DJ´s y nos tenemos que adaptar a lo que nos exija la música que hacemos.
¿Objetivos a medio o largo plazo?
Orlando: Pues nada, en principio el disco. Terminarlo, grabarlo, sacarlo —aquí en España con Canadá y en México imaginamos que con el mismo sello donde sacamos el primero—, promocionarlo, empezar a sacar vídeos y buscar giras para el año que viene. A ver cómo se presenta la próxima temporada de festivales… A ver el Primavera, porque íbamos a tocar este año pero al final por temas de fechas, de la promoción del disco y de estrategia lo pospusimos; estaremos para 2016 o 2017. Además nosotros seguimos manteniendo nuestros day-jobs y, aunque nos dan relativa libertad, nos suponen tiempo y esfuerzo. No sé, eso, buscar la difusión del disco y darnos a conocer. Obviamente ayudan mucho el contacto a través de Canadá y la red de contactos de Palmero, nuestro manager (risas). Y mucha ilusión. Sobre todo.
Pues nada, muchas gracias por todo. Y suerte.
