La banda de Robin Pecknold Fleet Foxes revolucionó el folk hace diez años, es de Seattle y estará en Mad Cool
El goteo de artistas del Mad Cool parece no ir a detenerse por el momento; le han cogido gusto a desvelarse a través de una pequeña fuga. Incluso ayer domingo, el día de descanso instituido por siglos de cultura, se permitieron el lujo de lanzar una confirmación, jugando además con nuestros sentimientos. Las coordenadas conducían a París, y ya soñábamos con Phoenix (qué ganas de volver a verles por Madrid, aunque les prefiramos en contexto de sala), pero al final terminaron siendo Ofenbach, el enésimo grupo de electropop entregado al french touch.
Y jugar con los sentimientos, además de las coordenadas, parece la nueva costumbre del festival madrileño. Que se lo digan a todos los que ayer ponían una vela a todos sus santos para que los confirmados de hoy, después del piscolabis de Ofenbach, fueran Pearl Jam. Ya se sabe que son un secreto a voces y, cuando las redes del Mad Cool apuntaron directamente hasta Seattle, poca gente ofrecía soluciones alternativas. Quizá Alice in Chains, que acaban de anunciar gira europea para verano. Pero muy poca gente (haberlos los hubo) caía en la cuenta de que no solo de grunge vive Seattle, y al final ellos llevaban la razón. Ni Alice in Chains ni Pearl Jam, al menos de momento, estarán en la edición de 2018 del Mad Cool.
Los confirmados de hoy han sido Fleet Foxes, formación de culto de alt folk que revolucionó la escena hace diez años y la dejó abandonada a su suerte cuando todo se edulcoró en demasía para que su líder Robin Pecknold atendiera a la universidad (y para que el que fuera su batería, Joshua Tillman, volviese a reescribir su camino del éxito con el nombre Father John Misty). Ahora han regresado con Crack-Up, definitivamente sin Tillman pero con más solemnidad folk, más obtusos e inaccesibles pero igual de preciosistas.
Tras ellos, la nueva pista de coordenadas nos lleva a Honolulu, y aquí sí que podemos asegurar con poco miedo a equivocarnos que el nombre que confirmarán mañana será el de Bruno Mars, aunque al desplazamiento de la línea editorial en este caso no le encontramos justificación más allá de la vieja teoría del catch-all. Quererlo atraparlo todo.
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