Mientras dure, aquí está la primera muestra en vídeo consistente del Infinite Content Tour
Arcade Fire estrenaron el Lollapalooza de Chicago con un concierto íntimo anunciado pocos días antes en la sala Metro de la ciudad y al que asistieron tan solo unos 1100 afortunados; ya sabemos que esta gira, como vimos en su arranque mundial en el Primavera Sound, está preparada para todas las audiencias y para todos los espacios.
Allí, durante una hora y cuarenta y cinco minutos, aprovecharon para estrenar ‘Good God Damn’, para hacer debutar en el tour la añoradísima ‘Keep The Car Running’ y para dar consistencia de canción a ‘Dimensions’, una instrumental de las que realizaron para la banda sonora de la película Her —de su amigo Spyke Jonze— y que parece venir a tenor de los rumores de su posible edición (ventajas de estar con Columbia, supongo; ella correrá con los gastos). También para permitirse un final de órdago con ‘Mind Games’ de John Lennon.
Un aperitivo perfecto para lo que estaba por venir, el concierto principal de ayer domingo. Enormes y expansivos, en este show sí se alejan de la sombra de lo que fueron y recuperan el esplendor. Win está feliz, el público reacciona emocionado y las canciones se enlazan unas con otras con la conductividad que dan a sus mejores noches, pero lo mejor de todo es quizá cómo crecen las nuevas, tan vilipendiadas esta última semana.
‘Signs Of Life’, un poco vacua en su versión de estudio, engorda y se ensombrece, y adquiere un interesante eco de discoteca robótica, mientras que ‘Electric Blue’ demuestra con suficiencia por qué es una de las joyas de Everything Now, enseñando en directo las armonías que no aparecían en el disco y la acidez ectoplásmica de las guitarras traídas de Reflektor. ‘Creature Comfort’, por su parte, se sale con un sonido atronador e industrial y reclama su espacio en el curso hacia el clímax.
Pero, eh, si las nuevas no te convencen, no te preocupes… imposible que no vuelvas a enamorarte con temazos como ‘Keep The Car Running’, que regresó esperemos que para quedarse con mención a la elección de George Bush hijo y adaptación anti Trump; una ‘No Cars Go’ que siempre adquiere los galones de cada gira en que se presenta; la intensa ‘Ready To Start’ —esta vez bastante intensamente interpretada—; ‘The Suburbs’ con recuerdo a David Bowie; ‘Reflektor’; ‘Afterlife’, por fin con el debido reconocimiento de influencias terminada con un breve snippet del ‘Temptation’ de New Order; ‘Power Out’ o las inconmensurables ‘Wake Up’ y ‘Rebellion’.
Para terminar volvieron a elegir el ‘Mind Games’ de Lennon, con snippets finales de ‘Karma Police’ de Radiohead y de ‘Oh You Pretty Things’ de Bowie y un reprise acústico sobre su coro funeral.
Y un detalle. Esta banda que ha echo del «who-oh» su marca personal —bromas aparte, algo de eso es evidente que hay— se alimenta de ellos. Cada vez más canciones prolonga Butler en coros desnudos y expansivos, cada vez más veces hostiga al público para unirlo en una sola voz. Así que si quieres disfrutar de un bolazo de esos que solo sabe dar la orquesta de fuego, ya sabes, empeña la garganta.
Cantad, malditos, cantad. Es la premisa, el dresscode de cada noche de Arcade Fire. La que sigue siendo la mejor banda en directo del mundo. La que deberías ver a cualquier precio cada vez que se te presente la oportunidad.
https://www.youtube.com/watch?v=iWVo-vpEhl4