40.
Antología del Cante Flamenco Heterodoxo
Niño de Elche
Realmente no es un disco. Empecemos por ahí. Y no vamos a decir nada sobre esta antología relatada en orden historiográfico para exponer representados en forma casi manifestataria la evolución del cante flamenco y su relación conceptual con la marcha de un contexto socio político abocado a la desolación, represión y dominación sistémico-endémica en este breve resumen del que es sin duda uno de los trabajos más ambiciosos del año. Una ardua aventura de documentación que desafía al oyente a adentrarse en un mundo de conocimiento en el que la mera escucha no es suficiente, que obliga a participar del proceso documental y que abre caminos en el pensamiento mientras cala en lo más hondo con una mezcla de puro flamenco en todos sus palos, experimentación radical, ambient minimalista, dream pop y un tapiz de texturas ásperas. Obtuso e irreverente, un reto intelectual de principio a fin.
.
39.
All Melody
Nils Frahm
La historia pasará y quizá habría que haber rebuscado en todos los vídeos, lives, sesiones, boiler-rooms y demás contextos para obtener un testimonio generalizado de cómo y a qué sonaba Nils Frahm en el pasado. Por suerte no será necesario, pues el dj alemán se ha encargado de ofrecérnoslo todo bien empaquetadito en este All Melody en el que da forma a todas sus investigaciones en el estudio y en el directo. Un híbrido perfectamente sincronizado que partió de ciertas exploraciones y avances melódicos de Frahm y que terminó modificando ciertos elementos de su estudio móvil para crear una máquina perfecta que, por fin, ha sido capaz de encapsular en un disco. Un disco que suena exactamente a lo que es capaz de hacer Nils Frahm frente a su público, escondido en soledad bajo su boina y tras sus infinitas máquinas, teclados, sintetizadores y ordenadores. El universo portátil de Nils Frahm.
.
38.
Lush
Snail Mail
El revival del indie rock de los 90 no ha llegado a cuajar del todo, aunque sigue dejando pasitos y pasitos y representaciones interesantes. Si el año pasado ya destacaba la crudeza guitarrera y lírica de artistas como Waxahatchee, este año y sin que nos lo esperáramos hemos conocido a la joven Lindsay Jordan. Mirándose en los espejos de Liz Phair y Fionna Apple, Snail Mail apuesta por ese sonido empacado y maduro, de guitarras entretejidas con ruda delicadeza trayendo ecos de los 90 pero con la frescura que han dado una nueva generación de contemporáneas entre las que, en una órbita u otra, podemos encontrar a las tres Boygenius, a las hermanas Crutchfield, a Girlpool o la gran Courtney Barnett.
.
37.
Clean
Soccer Mommy
Una tímida vulnerabilidad y fragilidad melódica sirve como hilo conductor del excelente debut de Sophie Allison, un Clean que es más completo, más ruidoso, más amplio y más ambicioso que las recopilaciones y montajes que eran los anteriores mini-LP. Delicado pero mordiente y muy noventero, destaca por una producción peculiar y arriesgada que separa los planos de forma contrapicada y por un curioso tratamiento de la voz, más artificioso que en la tónica general de discos de 90’s indie-rock.
.
36.
Hope Downs
Rolling Blackouts Coastal Fever
Desde Australia con amor, y con un torrente de guitarras cristalinas para un jangle brillantísimo y soleado que no se olvida de un nervio interior incansable y trotón. Poco ambicioso de forma consciente, Hope Down narra de forma un tanto oscurantista los avatares de los miembros del grupo durante los últimos años, ya inmersos en giras y consecuentes conflictos personales, pero lo hace sobre un perfecto y preciso ensamblado de tres guitarras y dos voces principales que traen los mejores años de The Go-Betweens y los conectan con el alma punk pop de Real Estate o la calma chicha de algunos momentos de Kurt Vile.
.
35.
Golden Hour
Kacey Musgraves
¿Qué puede salir de la idea de «un disco de country hecho por Imogen Heap»? Pues al parecer y siempre según Kacey Musgraves este Golden Hour en el que la cantautora tejana trata de romper las barreras y encorsetamientos conservadores de su género, dominado por hombres, además, con un discurso que, como lo hiciera Taylor Swift, vira hacia el pop y hacia el deslumbramiento melódico pero de una forma mucho menos exagerada, más contemplativa y meditada, amparada por la nueva calma encontrada por Musgraves en su recién contraído matrimonio. Tímidos efectos y tratamientos vocales, canciones más sencillamente bellas en la línea de los temas más country de Stevie Nicks y un mayor protagonismo de la guitarra acústica acompañan y abanderan este salto hacia delante que puede estar perfectamente representado con ‘High Horse’, un caballo de batalla preciosista que cruza su estilo con un disco-house de groove delicado (muy Phoenix, muy U.S Girls) y que desafía líricamente los convencionalismo del mundo del country.
.
34.
Dirty Computer
Janelle Monáe
Janelle Monáe se aparta de la compleja narrativa de su ópera de ciencia ficción afrofuturista y de su personaje de Cindi Mayweather para ahondar un poco más en su propia personalidad, como mujer, negra, artista y pansexual, firmando su disco más personal, reivindicativo y eminentemente pop. Una pequeña suite en tres actos que narra desde el repaso lineal de los recuerdos de la protagonista el reconocimiento personal, la celebración de la libertad sexual y la proyección social de un modelo encaminado al amor como máxima.
.
33.
Ordinary Corrupt Human Love
Deafheaven
No es nuevo el estilo personalísimo de Deafheaven, una masa informe de ruido atronador que colapsa, explota, se eleva y se disuelve en nebulosas de gas-pop, dream-pop o cualquier género etéreo sustentado por la melodía. Desde el black metal y las voces guturales, los de San Francisco construyen una nueva forma de entender el metal, la más afilada y rupturista de los últimos años del género seguramente, y en este nuevo trabajo dan un paso más si cabe hacia su personalidad melódica, más pop, abriéndose en canal a arreglos y pianos que podrían haber aparecido en un disco de Adele pero enterrándolo todo bajo el muro opresor de sonido que les identifica como banda. Inteligente, arriesgado y sobre todo muy, muy definitorio.
.
32.
Cocoa Sugar
Young Fathers
Young Fathers se hacen más accesibles en su nuevo trabajo trabajando un funk más comercial que sin embargo sigue oscurecido por una mística tribal sintetizada, por pulsos brumosos y cadencias deconstructoras heredadas del jazz. No hay paso adelante ni atrás, simplemente un intento de Young Fathers de hacer su discurso más comprensible al resto del mundo. Seguramente era necesario.
.
31.
Truth
Kamasi Whasington
El viaje de Kamasi Whasington desde los confines del jazz más purista al circuito más corriente de la música global es tan atrevido, escarpado, vibrante y estimulante como el que plantea en su nuevo trabajo, un compendio de tres LP que camina bravío del cielo a la tierra y viceversa, surcando paisajes de funk, soul, góspel, psicodelia, hip hop, g-funk, pop… un todoterreno espacial de pura intensidad que traslada como ninguno los estándares del jazz al lenguaje contemporáneo, no solo revisándolos sino proyectándolos hacia un futuro brillante, cúspide de una nueva juventud.