Daft Punk – Random Access Memories
Pocas veces nos habremos enfrentado a la primera escucha de un disco con tanta información previa sobre el mismo. Que le den un Oscar o un Pulitzer, o algo, a Daft Punk y su equipo por el trabajo de promo de Random Access Memories. Son, en efecto, los «Apple» de la música moderna. Aunque no hagan nada original, todos nos sentimos obligados a hablar de ellos.
Ya es bien sabido que en este disco han pretendido mirar atrás y recuperar la mística de los comienzos de la música electrónica, noble fin en estos tiempos, en los que la EDM se ha convertido en una especie de atracción de feria.
Pero eso no puede justificar, y menos en figuras tan venerables como Daft Punk, que tomen su fórmula de éxito, apta para masas, directamente de los mejores años de Michael Jackson. Y no me refiero sólo a fusilar la portada de Thriller.
Como vamos a analizar a continuación, RAM es un disco irregular, que alterna hitazos incontestables (aunque de originalidad anden justitos), con pestiños de gran calibre, que no enamoraran ni a los más fans de los robots y los cascos. Por dar un titular: «temazos y decepciones». Así es Random Access Memories, pista a pista.
Give Life Back To Music (featuring Nile Rodgers)
Después de habernos aprendido ‘Get Lucky’ mejor que el himno de nuestro patria, esta especie de hermana menor que se ajusta a los mismos parámetros ya no sorprende y nos sabe a poco. El tema es Nile Rodgers 100%, hay mayor peso de las guitarras pero en lugar de una voz como la de Pharrell Williams, hay vocoders. Se saborea de primeras, pero pronto se hace monótona, quizá por las ganas que tenemos de ver que más nos aguarda en el disco.
The Game of Love
Si la anterior pista se hacía larga, ahora multiplicad eso por dos. Daft Punk siguen en las coordenadas disco-funky con las que han abierto el disco, pero ahora lo llevan a su vertiente más kitsch y empalagosa. Prescindible, salvo como banda sonora de una fantasía sexual retro setentera.
Giorgio By Moroder (featuring Giorgio Moroder)
Ahora sí, esto es lo que habíamos venido a escuchar. Un orgasmo de casi nueve minutos en forma de ópera disco, que toca todos los registros en los que se ha movido el verdadero Padrino de toda esta historia, pasando por los sintes, los beats, los violines sentimentales… Esta maravilla de 9 minutos no es larga; dura lo que tiene que durar.
Ignoro si es cierto que usaron micros de cada década según el período del que habla Giorgio, pero lo que me hace mucha gracia es el ruido de fondo de cafetería que han decidido dejar al principio del monólogo.
Within (featuring Chilly Gonzales)
Tras el clímax, un bajón en forma de remedo de la banda sonora de El Piano o cualquier otro pastiche melodramático. Para esto mejor no haber llamado a Chilly Gonzales. Nos hartaremos de darle al «next».
Instant Crush (featuring Julian Casablancas)
A este tema le falta tanto carácter, que si nadie nos hubiera avisado de que cantaba Casablancas, ni nos habríamos dado cuenta. Hasta The Strokes en sus momentos más bajos lo habrían descartado.
Lose Yourself To Dance (featuring Pharrell Williams and Nile Rodgers)
En su «otro» tema del disco, a Pharrell le obligan a lidiar con un incómodo falsete y un estribillo repetitivo hasta decir basta. Afrontémoslo: dos hitazos en el mismo álbum no va a tener.
Touch (featuring Paul Williams)
Otro tema resumen de estilos e influencias. Abarca desde el Oxygen de Jean-Michael Jarre (lo han sampleado tal cual, ¿no?) el disco-pop de divas exageradas a lo Donna Summer / Gloria Gaynor. En lugar de regalarnos una mezcla fluida como la de ‘Giorgio’, en este caso el tema se mueve a trompicones y sin gracia. Digno de mención es el final con un coro angelical repitiendo un estribillo que recuerda mucho a ‘The End’, el alegato final de los Beatles. Hasta el brusco tajo con el que acaba el tema podría ser un guiño al final de ‘I Want You’ (She’s So Heavy), también de Abbey Road. Una cosa está clara: en RAM, los homenajes y referencias acechan en cada esquina.
Get Lucky (featuring Pharrell Williams and Nile Rodgers)
Con permiso de ‘Giorgio’, este es el temazo del disco. No hay vuelta de hoja; Daft Punk quemaron su nave más valiosa en la promo (aunque la versión del álbum es superior al radio edit que toos hemos escuchado ya hasta la saciedad). Poco que decir hay a estas alturas sobre la jugada maestra de DP que ha convertido de un plumazo al revival disco ochentero en el nuevo mainstream bailable. Un detalle que no he leído en ningún sitio: el puente es calcadito al de ‘Say Say Say’, el tema conjunto de Michael Jackson y Paul McCartney.
Beyond
También tocaba hacer un pequeño homenaje a la banda sonora de finales de los 70 y principios de los 80, que es como decir John Williams. Nos despistan con una intro a lo Back To The Future, para acabar desembocando en un nuevo medio tiempo de ecos funkys que podría ser uno de los trabajos grises de Moroder. Apreciable como máquina de tiempo, es un tema que no pasará a los anales.
Motherboard
Tema instrumental por partes, que oscila entre lo inspirado y lo anodino. Por decir algo positivo, es de lo más sobrio y elegante del disco, pese a recurrir nuevamente a las cuerdas. Y por momentos recuerda al mejor Moby, o a los Radiohead de Kid A.
Fragments of Time (featuring Todd Edwards)
Un tema que podría ser virtualmente cualquier cosa del pop de los 70. Desde Wings (parecido más que circunstancial con ‘Band On The Run’), Supertramp o The Eagles, con esos toques de guitarras country. ¿Veredicto? Un experimento entretenido y que se deja escuchar bien, pero que tampoco pasará a la historia.
Doin’ It Right (featuring Panda Bear)
Si aparte de ‘Get Lucky’ y ‘Giorgio’, podemos destacar algo de la nueva venida de Daft Punk para la posteridad, será la aportación de Panda Bear. Pegadizo. Como bien avisaron los robots en una entrevista previa, es el tema más contemporáneo del álbum, muy cercano a lo que hacen los nuevos valores de la electrónica, como James Blake o Chad Valley.
Contact (featuring DJ Falcon)
Cierre épico y triunfal para un disco que no lo ha sido tanto, ‘Contact’ es un reconfortante pero quizá tardío regreso a la temática futurista y, en definitiva, al registro que todos esperamos de Daft Punk. Con un poco más de esto habríamos sido felices. Pero Daft Punk estaban a otra cosa, a reivindicar a Jacko, al maestro Moroder y Donna Summer. Muy loable, pero no da para más de dos grandes temas. El resto, a caballo entre lo pasable, el aburrimiento, la decepción, y este más que digno cierre.
Nota bandálica: 6,75 (y eso porque son Daft Punk)