Primero hagamos las introducciones: el señor de la voz grave y líder del grupo es Matt Berninger. A él se le unen dos parejas de hermanos; los Dessner, Aaron and Bryce, que tocan la guitarra y el piano; y los Davendorf, Scott and Bryan, que tocan el bajo y la batería respectivamente. Todos son amigos de Cincinnati (Ohio), que en 1999 decidieron juntarse para componer algo de música.
Hablar sobre la discografía de The National supone embarcarse en una maravillosa aventura hacia un concepto y un sonido. Como si de la búsqueda del arca perdida se tratase, estos músicos se han desvivido para forjar un sonido propio y alcanzar su definición de la canción perfecta. Así, disco tras disco han indagado la fórmula de tal hazaña, regalándonos, durante más de una década, auténtica poesía cantada por la voz siempre herida, pero incesante, exhausta pero inextinguible de un grande de la música: el señor Berninger.
The National (2001)
Este es el germen, el inicio del trepidante viaje. Mucha presencia de guitarras acústicas en un disco pop, bastante influido por The Pastels, Wilco, Leonard Cohen y, sobre todo, Tindersticks. En concreto, son doce canciones que conforman un notable debut que sin asomarse a la excelencia de sus últimos trabajos, muestra indicios de calidad y futuro. ‘Beautiful Head’ y ‘The Perfect Song’ (que bien podría haber sido firmada por los Radiohead de Pablo Honey) se alzan como sus mejores armas, mientras que ‘American Mary’ nos muestra destellos de su capacidad para escribir grandes baladas (como demostrarán en sus posteriores trabajos). Por lo demás, se trata de un debut interesante, bastante común, e incluso, en algunos momentos, un poco irregular, lo cual no impide que sea un placer escuchar cuando queremos disfrutar de buena música.
Nota bandálica: 7
Sad Songs For Dirty Lovers (2002)
Sin ánimo de ofender a nadie, creo que es su disco más flojo; demasiado poco tiempo entre este y su predecesor. Con bastantes efectos de sonido para lo que son ellos, salen del paso con un disco que, a pesar de lo dicho, es bastante aceptable. Canciones como ‘Slipping Husband’, de sonido marca de la casa, o las interesantes ‘Sugar Life’, ‘Available’ y la sugerente ‘Murder Me Rachel’, sacan el siempre difícil segundo disco a flote. Por lo demás, un álbum ligeramente predecible que tiene poca diferencia con su debut, aunque algunos fans lo encontrarán; se mantienen las guitarras y siguen exprimiendo esas baladas lentas que tan bien se les dan (‘Cardinal Song’, ‘Lucky You’) pero, como admirador de la banda he de decir que está por debajo de su capacidad.
Nota bandálica: 6
Alligator (2005)
Alligator es un gran paso hacia delante en el camino de la banda. Tres años para crear un álbum que ya comienza a adquirir un sonido propio, despidiéndose de esos leves efectos de sonido y las guitarras acústicas usadas en sus anteriores trabajos. De su tercer álbum cabe destacar la vigorosa Lit Up, uno de sus mejores temas, que prueba las notables influencias del post punk en los chicos de Ohio (imposible no acordarse de los R.E.M y, especialmente, U2 al escucharla). Por lo demás, se trata de un disco muy uniforme, que raras veces vuelve a pisar el acelerador (‘Mr November’ es una de las excepciones), sino que camina paulatinamente, actuando como un bloque sólido y ciertamente emotivo (no dejéis de escuchar ‘Baby, We’ll Be Fine’), algo que los define como banda. Tanto Alligator, como sus siguientes trabajos actúan como un único concepto desarrollado a través de todas sus canciones, por lo que es conveniente escuchar sus discos en conjunto.
Nota bandálica: 7,5
Boxer (2007)
Boxer es un clamor que acaricia el final de la exhausta búsqueda de la banda. El portentoso inicio a través de ‘Fake Empire’, posiblemente su segunda mejor canción, vaticina un ejercicio impresionante de creación musical. La voz de Matt, más oscura y grave que nunca, nos lleva a una catarsis musical que se repite en cada corte. Esa idea que Matt y compañía llevaban desarrollando desde su debut comienza a tomar una forma final. La madurez alcanza finalmente a los de Cincinnati que se sacan de la manga un álbum espléndido que les elevó hasta la palestra musical. Destacar una de mis canciones favoritas de esta banda: ‘Star A War’, que puede servirnos para definir el sonido de la banda; ideas simples que poco a poco van cogiendo forma hasta que todo estalla en un éxtasis perfectamente orquestado por los hermanos Dessner y Davendorf.
Nota bandálica: 8
High Violet (2010)
¿La obra perfecta? Sin duda es una fase final en esa búsqueda que Matt Berninger y sus colegas empezaron una década atrás. High Violet es la inevitable consagración de la banda, esa que ya merecían mucho antes de editar Boxer, esa que les había costado diez largos años conseguir, esa que ya nadie en su sano juicio les podría negar. Para mí, junto con The Suburbs, de Arcade Fire, es el mejor disco del 2010. No se puede decir que sea la culminación del viaje cuando en mes van a editar su nuevo disco, pero si que es un punto y a parte en su historia como banda. Las piezas que crearon con su debut homónimo nueve años atrás encajan con la precisión de un reloj suizo. Todo está en su sitio, el brutal inicio de ‘Terrible Love’, lento, sucio, distorsionado, al que se le une Matt llorándole al micrófono, el piano, el violín, hasta que de repente todo se acelera, entra la batería y la magia hace su efecto en el oyente que se pregunta asombrado si es real lo que está oyendo mientras la voz de Matt sigue impertérrita, lamentándose una y otra vez sin alterarse lo más mínimo.
‘Sorrow’, el siguiente tema, ‘England’ o las preciosas ‘Lemonworld’ y ‘Runaway’ vienen a recordar el sonido clásico de The National, aunque esta vez con una calma y una madurez insólitas, que sin duda alguna aportan el ingrediente necesario para lograr la genialidad. Pero, es con ‘Bloodbuzz Ohio’ con la que alcanzan la glorificación. Otra vez el ritmo rápido se antepone a la tranquilidad de las palabras de Matt, que canta desesperadamente al amor. Hay algo mágico en esta canción, algo que se me hace imposible describir con palabras, una mezcla de sentimientos que debe sentirse antes que racionalizarse. Puede ser esa batería incansable que aporrea sin piedad o la voz herida de Matt que hiere aún más, igual la guitarra del final; no puedo explicarlo, pero es, sin duda, una de las mejores que he escuchado jamás. Por último, no me quiero olvidar de la emocionante ‘Vanderlyle Crybaby Geeks’, broche de oro que cierra esta obra maestra; imposible no emocionarse con su estribillo.
Nota bandálica: 9,25
Problems Will Find Me (2013)
Conocemos ya dos nuevas canciones su próximo álbum: ‘Don’t Swallow the Cap‘ y ‘Demons’. Ambas siguen un camino muy similar, sobre todo ‘Demons‘, que me tiene cautivado. Veremos cómo acaba la cosa; superar High Violet no es tarea fácil, pero si alguien puede hacerlo, es Berninger y su banda.