La música es el arte de combinar los sonidos y los silencios. El silencio tiene el poder de expresar lo inexpresable de las palabras: calma, pasión, miedo, indiferencia, tensión, descanso, previsión, sorpresa, vacío y plenitud.
En nuestra propia vida los momentos sordos suelen ser los más impactantes: el silencio tras un beso robado, el silencio después de una mentira, el silencio de la incomprensión, y, por supuesto, los sonidos silenciosos que emana nuestra imaginación mientras soñamos.
¿Por qué tanta verborrea sobre la ausencia del lenguaje oral? Pues porque Daughter, un trío londinense formado por Elena Tonra, Igor Haefeli y Remi Aguilella, puede presumir de haber creado un silencio que chilla, llora y duele, al mismo tiempo.
Recientemente, la banda se incorporó a la histórica familia del sello de culto 4AD, hogar de míticas bandas como Lush, The Breeders y Cocteau Twins, entre otras. A la vista del talento de Daughter, su fichaje por esta discográfica está más que justificado.
Daughter presenta en su álbum de debut If You Leave, precedido de los EPs His Young Heart y The Wild Youth, diez cortes minimalistas cargados de fatalidad introspectiva. Es una crisis existencialista hecha disco. La producción corre a cargo de Rodhaidh McDonald (The xx, Adele) y Jolyon Vaughan Thomas, también a ellos se les puede considerar artífices de estas melodías folk y dream pop oscuras y sofisticadas.
Se puede afirmar con firmeza que el alma máter de Daughter es Elena Tonra, compositora y letrista de todas las canciones del disco. De hecho, Tonra comenzó en solitario (meses más tarde invitaría a Haefeli y Aguilella a unirse a la banda) bajo el nombre de “Hija”, una clara alusión a la prolongación temporal de su existencia.
El ambiente sonoro que exhala Daughter es un instrumento en sí mismo, meticulosamente impulsado por el tratamiento de los ecos y las reverberaciones, que constituyen el esqueleto de las canciones, llevándolas, de alguna manera, al punto máximo de desolación y tristeza. El objetivo de los ingleses no es crear melodías intemporales y originales, sino agitar con sus versos nuestras almas y nuestros corazones aletargados.
En la mayoría de las canciones del disco predomina un sonido crudo de guitarras y bajos combinados con la delicada voz de su cantante, ligeros toques de percusión y coros adicionales, intercalados con estallidos de rabia instrumental de brillante factura emocional.
El álbum abre con ‘Winter’, un tema dulcemente evocador sobre la esperanza tras el dolor, porque tras la tormenta siempre llega la calma. Cortes como ‘Lifeforms’, ‘Still’ y ‘Tomorrow’ recurren a guitarras distorsionadas para sacudirnos sutilmente y hacernos sentir que estamos vivos.
Por supuesto, hay que destacar ‘Youth’, el único tema rescatado de su anterior EP y el más vitoreado por el público, ’Smother’, una elegía sobre el suicidio y la muerte de una visceralidad aplastante, y ‘Human’, una canción más vitalista, que contrasta con la lobreguez del resto de las composiciones.
Cerramos con uno de los versos más estremecedores de este LP: “I’m sorry if I smothered you, I sometimes wish I’d stayed inside my mother, Never to come out”
Lo siento si te ahogué, Lo siento si te ahogué, a veces deseo haber permanecido dentro de mi madre, y nunca haber salido