La Habitación Roja formó parte del aluvión de bandas surgidas en los años 90, ya en su tramo final. Son unos supervivientes y después de nueve discos se sitúan como un grupo de referencia del pop español sin etiquetas. No ha sido fácil, pero se han mantenido a flote dentro de la vorágine de modas pasajeras, ocio hueco y tendencias vulgares, que tristemente acechan a la cultura en todas sus vertientes.
Aquí siguen, y después de más una década fabricando canciones, presentan el disco La moneda en el aire (Mushroom Pillow). La fórmula puede parecer sencilla, pero no por ello menos complicada: trabajo, constancia y, sobre todo, convicción ciega en lo que hacen. Ni más ni menos que canciones que responden a unas inquietudes artísticas sinceras. En su noveno álbum, de nuevo, se cuelan una buena colección de ellas.
Si hay algo que define a la banda de L’Eliana es su capacidad incontestable para hacer buenas canciones; nunca esperaremos encontrar canciones sobresalientes, porque para ellos la perfección, aplicada también al ser humano, reside en la imperfección. En este disco encontramos inspiradas letras resaltando sobre sólidas bases instrumentales que muestran sin pudor el lado amargo de la existencia, la desolación tras la pérdida, un futuro incierto, el dolor o la culpa.
Se trata de un material lleno de matices sonoros, distorsiones pop y letras de marcada actualidad sociopolítica, pero entre todas estas paredes agrietadas, los valencianos encienden ese atisbo de esperanza que sirve de manual de instrucciones perfecto para romper con todo y volver a empezar.
Un paradigma del espíritu que emana este trabajo es el corte que abre el álbum y que da título al mismo, una canción que aparentemente habla del fracaso y la ausencia de futuro que arrastramos en nuestras vidas, pero que también se centra en la ilusión y el optimismo cuando encontramos frases como “cada momento hay que apreciarlo, cada segundo es vital, se nos escapa entre las manos, lo más preciado, lo esencial…”
Encontramos guitarras energéticas en ‘Tanto por hacer’ o ‘No quiero ser como tú’, dos excitantes hits pop que desde su primera escucha se suponen indispensables para el repertorio en directo, y ¿qué sería de La Habitación Roja sin sus baladas? La respuesta está en ‘Si tú te vas’ y ‘A dos metros bajo tierra’, canciones que nos recuerdan que todo es finito, que el universo y la perpetuidad están en los detalles, y que sólo nuestros anhelos y sueños pueden aspirar a la eternidad.
También hay canciones políticas como ‘La casa en silencio’, sobre el compromiso ideológico para evitar las injusticias, y ‘Carlos y Esther’, acerca de la precariedad laboral e inspirada en su hermano y su cuñada, que se quedaron en paro hace unos meses. Su canción más bailable y aquí está una de las novedades es ‘De Cine’, que explora nuevas texturas sonoras y presumiblemente se convertirá en el próximo single del disco.
Como dato curioso, el disco ha sido grabado en los míticos estudios Rockfield (Gales), por donde han pasado grupos como Teenage Fanclub, Oasis, Echo & the Bunnymen, Queen o New Order, y producido por Santi García (cantante y guitarrista de No More Lies y Vistalegre), el nombre de moda en el pop español y el ingeniero con el que cuentan la mayoría de las bandas nacionales para la dirección artística de sus proyectos.
Nota bandálica: 7,5
Me encantan tus textos, tienes una visión muy interesante de algunas cosas!
Excelente critica. Yo a La habitación roja los conozco desde hace unos seis años y es cierto lo que dices, trabajo constante y metódico pero sin olvidar su sonido humano. ^_^
Buenísima crítica. Os centráis en ser analíticos y no dentellear como hacen los chicos de Hipersónica. ¡Enhorabuena!
Muchas gracias, Gorzas. Procuramos no dentellear, salvo que sea estrictamente necesario. 😉 Y en este caso desde luego no lo era. ¡Un saludo!