El tercer trabajo en solitario de Rubén Pozo ofrece todo lo que se espera de él, arriesgando y apostando por sus ideas
Este pasado 20 de octubre salió a la venta Habrá que vivir, el tercer disco de Rubén Pozo dentro de su proyecto en solitario tras las publicaciones de Lo Que Más (2012) y En Marcha (2015). Por lo que, a estas alturas, podemos afirmar que ya no hay necesidad de añadirle eso del «ex Pereza«.
El disco se abre con ‘Caperucita feroz’, que fue también el single de presentación. La elección me parece excelente en ambos casos. Es ideal para abrir el disco con ese rock, de riff setentero junto con ese in crescendo que la hace una canción totalmente adictiva y, a la vez, es un gran single porque es una manera de dejar claro por donde van los tiros.
Seguimos con la canción que da título al álbum, ‘Habrá que vivir’. Un rock & roll marca de la casa, en la estela de ‘Manager’ (Pereza) o de ‘Tonto de Tanto’ perteneciente a su anterior trabajo. El disco sigue girando y nos topamos con unos ladridos de perro y sonidos de grillos, que dan paso a ‘Guitarra española’, un bonito medio tiempo de esos que Pozo domina a la perfección y donde las letras callejeras te envuelven totalmente en la historia que van narrando. Haciendo honor a su nombre, algunas rítmicas y algunos arreglos, están tocados a guitarra española.
En ‘Te invoco’ encontramos la canción mas enérgica de este tercer trabajo. Un rock & roll que nos lleva a Los Rodríguez, con ese fraseo de la guitarra en la intro. Y, como siempre ocurre, Después de la tormenta llega la calma… apareciendo una de las perlas del disco: ‘Llámame brisa’. Esta canción está incluida también en el ultimo disco de Joaquin Sabina —Rubén la compuso a medias con él y Benjamín Prado— y aquí nos encontramos con la versión mas fiel a la composición original. Una especie de country–folk acústico, con armónica y una melodía brillante.
La cara A del disco se cierra con ‘Saliendo de la estupefacción’, otra gema pop–rock que empieza casi en susurro y acaba con explosión de guitarras y un largo solo —y que en medio nos deja uno de los mejores estribillos del LP—. En la letra, Rubén vuelve a usar jerga de internet, como ya hiciera con el “Ola k ase” en ‘Me quieres destrozar’ —En Marcha (2015)— y esta vez incorpora la frase “aprender de los errores es bien”.
La cara B comienza con ‘T Rex’. Un rock agradable del estilo de ‘Madrid’ —de Pereza— y que tiene otra versión, T REX – Reprise’, en forma de rock mas pegajoso que aparece en el mismo CD. A ésta le sigue ‘Pop para niñas’—el punto mas bajo del disco—, una canción divertida de 2 minutos y medio de la que se pueden destacar las guitarras dobladas.
A continuación suena ‘Algo que decirle al mundo’, otra de las gemas del disco. En ella nos encontramos una letra exquisita, a medias entre la resignación y el seguir luchando. Sublime el “No queda nada que esperar, pero lo espero”. Enfilando el final del disco llegan otras dos buenas piezas. Primero, ‘De vena tonta’, otro medio tiempo que cuenta con la guitarra serpenteante de Ariel Rot y un estribillo muy pegadizo, rematado con una frase cuya melodía nos resulta demasiado familiar. De inmediato suena ‘Santa Rita’ —de nuevo una especie de country acústico—, que abre mas el abanico sonoro y la riqueza del disco, no todo es rock y electricidad en él. Destacar también la melodía de esta canción, en la que escuchamos registros hasta ahora no muy explorados por Rubén.
El disco se acaba con ‘Apartando la mirada’, de las mas flojas junto con ‘Pop para niñas’. Ésta, aunque es agradable de oír y está compuesta por una buena letra, tiene un estribillo demasiado fácil.
En definitiva, Rubén Pozo ofrece lo que esperamos de él: un buen puñado de canciones rock —en todas sus vertientes— con letras únicas, muy personales. Y, como siempre, arriesgando y apostando todo a sus ideas. Muestra de esto son el single… e incluso la portada de un disco que no creo que defraude a nadie y cuyo único pecado podría ser el parecido de algunos pasajes de las melodías con otras de trabajos anteriores. Un trabajo que mantendrá a sus fieles seguidores y captará a todos aquellos que se acerquen a él sin prejuicios.