Cuando hablamos de The Strokes aparece un ambiente de nostalgia y una brisa que nos susurra eso de que todo tiempo pasado fue mejor. Aunque no lo parezca, casi doce años han pasado ya desde que publicaron su magnífico Is This It, álbum que los encumbró en los altares del rock. Desde entonces, los newyorkinos han publicado otros cuatro discos de estudio, el último hace apenas unos meses, motivo por el cual hemos decidido dar un repaso a su turbulenta discografía.

Is This It (2001)

¿El mejor disco de rock de la pasada década? Con Oasis bastante faltos de ideas, Blur inmersos en conflictos internos y Radiohead dejando el rock para experimentar nuevos occidentes, parecía el momento perfecto para que América adquiriese mayor protagonismo en la escena musical y allí estaban ellos: Julian Casablancas, Nick Valensi, Nikolai Fraiture, Fabrizio Moretti y Albert Hammond Jr. Cinco jóvenes a quienes el destino había unido en la ciudad de Nueva York para fundar una banda. En seguida comenzaron a ganar popularidad por el Lower East Side de la Gran Ciudad hasta que finalmente fueron fichados por RCA. Su debut, Is this it, fue grabado en un estudio llamado Transporterraum, nada extravagante, pequeño, básico, como el disco que querían editar; uno que, alejado de cualquier parafernalia, hablara de la vida moderna de forma clara y sin tapujos. Y así se hizo. Once canciones, poco más de treinta y seis minutos de duración, dos guitarras, un bajo, batería y una voz; la voz.

Una mezcla entre la tranquilidad de The Velvet Underground, la espontaneidad de Television (escuchen ‘Venus’, de su Marquee Moon), la irreverencia de los Ramones y algunos matices de The Feelies. Así sonaban estos chicos que, sin proponérselo, se habían sacado de la chistera un álbum que ya es un clásico del rock. Reconocimiento, por otra parte, totalmente merecido. Todo el disco es perfecto, la distorsión, la reverberación inherente a todas las canciones, el ruido de ambiente y en definitiva, ese sonido de disco grabado en directo (todo hecho a propósito bajo las directrices de Casablancas y compañía). Instrumentación perfecta. No obstante, lo que hace que este disco pase del excelente a obra maestra es, sin duda alguna, la voz; Casablancas es capaz de pasar algo poco más fuerte que un susurro a desgañitarse en pocos. Escuchad, como ejemplo, ‘Take It Or Leave It’. Otra cosa excepcional de este Is This It es su naturaleza de álbum como un bloque, sólo se entiende como un concepto general. Sí que es cierto que hay hits como ‘Last Night’ o ‘Someday’, pero estos no se conciben sin el resto, sin el brillo de ‘Modern Age’, o la pura clase de mi favorita, ‘Trying Your Luck’.

Nota bandálica: 10

Room on Fire (2003)

El segundo disco de los newyorkinos es un copia y pega de su debut que sació la sed de sus fans. Misma fórmula de rock simple y directo, lento pero constante, y la misma voz impresionante de Casablancas gritándole al micrófono. Posiblemente esté en este disco su mejor canción o, por lo menos, la más conocida: ‘Reptilia’, una obra maestra capaz de mover hasta a un muerto. Es curiosa la simplicidad de su introducción y estrofa, sólo dos acordes, con el complejísimo estribillo y el sólo. Una delicia. Respecto al resto del disco, se aprecia un leve cambio, hay más melodías (‘Automatic Stop’ o ’12:51′) y hay mucho más sosiego en todas las canciones. Es su disco más accesible.

Nota bandálica: 8.5

First Impressions of Earth (2007)

Cuatro años tuvieron que pasar para escuchar nuevo material de Julian y compañía. Era 2007 y los Strokes estaban de vuelta con un disco que marcaba el comienzo del cambio en su sonido. El inicio era prometedor: ‘You Only Live Once’ es uno de sus temas más contundentes, y aún conservaba el sonido puro de la banda. ‘Juicebox’ y su alocado ritmo, con ese bajo que lo rompe todo junto con los gritos de Casablancas, y la heavy ‘Heart In A Cage’ son tres ejemplos de la abrumadora capacidad de estos chicos para componer. Sin embargo, el disco pierde enteros según avanza; el inicio es tan bueno que el resto pasa desapercibido. Tan sólo se puede salvar el estribillo de ‘Razorblade’ y una de mis favoritas, ‘Ize of the world’, cuyo estribillo también consigue hacerte reaccionar.

Nota bandálica: 7

Angles (2010)

Cuando parecía que los Strokes estaban muertos (aunque aún le quedaban por editar dos discos con RCA por contrato) en 2011, cuatro años después de su irregular tercer disco, Casablancas y compañía volvían a dar señales de vida con la publicación de ‘Under Cover of Darkness’, un hitazo que desataba la locura entre sus fans y reabría el debate sobre el estado de forma del quinteto newyorkino. Es importante recordad que en este lapso de tiempo, Julian había publicado su debut como solista bajo el nombre de Phrazes For The Young, usando algunas canciones que el resto de la banda había desechado junto con otras nuevas. El sonido, aunque recordaba al de los Strokes, adquiría un tono mucho más electrónico, algo crucial para el futuro de la carrera del grupo.

Volviendo al disco. Muchos nos esperábamos un álbum de sonido muy cercano a sus primeros trabajos, tal y como daba a entender su primer single. Sin embargo, se trata de un disco muy heterogéneo, con un sonido muy parecido al de su predecesor y muy influido por el debut en solitario de Casablancas (escuchen ‘Games’) pero bastante más barroco y enrevesado, perdiendo, en algunas ocasiones, la coherencia. Destacar ‘Two Kinds of Happiness’, ‘Gratisfaction’ y ‘Life Is Simple In The Moonlight’.

Lee nuestra crítica de Angles, pista por pista.

Nota bandálica: 6.5

Comedown Machine (2013)

Finalmente, en marzo de este año, era presentado el último disco de estudio de los Strokes. En apenas un par de meses, dos singles y una promoción inexistente, los Strokes presentaban su quinto álbum, y con él, se volvió a abrir el debate sobre el cariz que su sonido había adquirido. Sorprendente fue el primer single, ‘One Way Trigger’ (que ha llegado a compararse con Maná), que incluía un sintetizador como eje del mismo y a Julian cantando en falsete, una faceta desconocida en él. El disco mantiene la heterogeneidad de Angles, pero está, ciertamente, más inspirado. La apertura con ‘Tap Out’, que recuerda a Michael Jackson, o ’80’s Comedown Machine’ que recuerda al punk más irreverente, contrastan con temas como ‘Partners In Crime’ o ‘Call It Karma, Call It Fate’, que muestran un lado de la banda desconocido hasta entonces y que sigue recordando a la aventura en solitario de Casablancas.

Lee nuestra crítica de Comedown Machine, pista por pista.

Nota bandálica: 7

Ascendidos a los cielos a principios de la década pasada y rodeados de controversia y polémica durante los últimos años. Es una pena como está tratando el destino a esta banda. Quizá el problema está en su impresionante Is This It. Después dar a luz el mejor disco de rock de la década, tiene que ser enormemente difícil avanzar. Hacer copia y pega en sus discos les conduciría a ser criticados por falta de iniciativa e innovación; buscar nuevos horizontes siempre sería una aventura llena de odiosas comparaciones y reproches. Los admiro por el camino que han tomado.

Como era de esperar, las comparaciones los han hastiado (no hay gira, promoción, apariciones en televisión con este nuevo disco). No se ve un futuro muy halagüeño. Espero equivocarme. Se quedaron en medio; innovación pero sin alejarse demasiado de su sonido original. Tal vez si hubieran dado un paso más en la búsqueda de un nuevo sonido, tal vez si hubieran mantenido su sonido inicial. Tal vez… ¿Habrá próximo disco?