El sábado me despierta un extraño dolor en el costado derecho y de repente recuerdo los codazos, los saltos y los estirones del viernes durante el concierto de Franz Ferdinand. El espectaculazo que dieron y la motivación que corría por los cuerpos de todos los presentes. «Mierda, los puntos» –me disculparéis por el galicismo–, es lo que pienso en cuanto caigo en qué es ese dolor. «Que no se me haya saltado ninguno» voy repitiendo una y otra vez hasta que consigo el valor suficiente para comprobar si los puntos siguen ahí. Y ahí están, todos intactos. Gracias a Matt Berninger.
Aun dolorida y muy aturdida por las escasas horas de sueño, me planto en La Térmica, sede de los conciertos diurnos. No me sorprende, pero sí mosquea, ver tanta cámara y tan poco redactor. Y luego nos quejamos de que en otro festival nos cobren el pase de prensa, ¿eh?
Pero manos a la obra, que hay un montón de conciertos de los que hablar.
Jack Knife
Arrancar un día de festival que va a durar unas 14 horas con Jack Knife, es cosa buena y justa. Estos cuatro chicos de Madrid (que mi compi Alicia entrevistó hace poquito) saben cómo animar una fiesta. Se presentan con entusiasmo y tienen un directazo decididamente entretenido, que lucen con temas como ‘Let Me Go’. Nos dicen hasta luego con una versión de ‘Fuck Forever’ muy lograda, con tanto de micro compartido a lo Pete y Carl.
Second
Para cuando llega el turno de Second, ya hay más gente y hoy se ven todas las modernas que no estaban ayer en el Estadio de Atletismo. ¿Botas en julio? ¿En Málaga? ¿En serio, chicas? Bueno, los murcianos tocan ante lo que evidemtemente es un grupillo fans, porque todos se saben las letras y las cantan, aunque eso sí, la audiencia es más afín al material antiguo que al nuevo. No faltan ‘Autodestructivo’, ‘Rodamos’ o ‘Muérdeme’. Personalmente no entiendo el porqué del uniforme, chicos. Perdonadme, pero no.
Elisa
Elisa Toffoli es italiana y nunca ha tocado en España, así que después de Second, la mayoría de la gente se va y nos quedamos cuatro gatos. Pocos pero buenos, como dice la cantante misma durante su actuación. Bella y sonriente va dejándonos embobados con su voz que es a la vez delicada y portentosa. Os recomiendo ‘L’Anima Vola’ y ‘Please Wait, Just Stay’.
The Royal Concept
La neblina que cubría La Térmica y que proporcionaba cierto reparo del sol, de repente decide irse. Justo cuando suben al escenario los suecos The Royal Concept, más blancos que la teta de una monja. Imaginaos el resto. Baste con decir que uno de ellos se pone rojo como un langostino en el tiempo récord de 19 segundos. Pero a lo nuestro. Los suecos traen su indie rock marcado por sintetizadores, alegre y vivaz. Son tan divertidos que el público está dispuesto a evaporarse bajo el sol de las 15:30 para danzar al ritmo de ‘ Busy Busy’, ‘World On Fire’ o ‘On Our Way’. Hubieran quedado genial en el Estadio.
El tiempo para comer un bocadillito y llegar al Estadio y ya nos hemos perdido Fila India. Lo he intentado, pero no consigo el don de la ubicuidad.
Grises
Grises también estuvieron en el Ojeando pero en esa ocasión me tuve que ir así que me apetece mucho verlos. Le echan ganas, hay que reconocerlo, y consiguen revolucionar a los (todavía pocos) que están ahí. En directo suenan a algo como unos Foals españoles, pero con identidad propia. ¿Sabéis lo que es no poder parar de pegar saltitos? Pues eso son Grises. Tú estás ahí que ya llevas 7 horas de conciertos y sabes que necesitas un descanso, pero a ver cómo te resistes al ritmo de ‘El Hombre Bolígrafo’, ‘Parfait’ o ‘Animal’.
We Are Standard
Son las 18:30 y arrancan We Are Standard. Parece que la hora que les han asignado no les mola mucho, porque Deu (frontman del grupo) no para de chinchar con que muchos de los presentes están sentaditos a la sobra y se resisten a levantarse para bailotear al ritmo de su rock con tonos de indietronica. Pero lejos de molestarse, Deu decide ir haciendo coñas sobre esto y aquello. Ayudado por la taja que lleva (graciosa, no vergonzosa) nos hace sonreír y disfrutar. Muy guay la explosión de confeti, aunque hubiera resultado mejor a una hora más tardía. Me quedo con ‘Jesus In Her Eyes’ y ‘The Last Time’, que el cantante cierra con un beso y consecuente caída de bragas de un buen porcentaje de las presentes.
Russian Red
Russian Red es sinónimo de controversia, en muchas cosas. En este caso, se expande entre los presentes el comentario «uf, este es el momento depresión» pero todos van a verla. Porque Lourdes canta muy bien, es un hecho y lo sabemos todos. Sin embargo, cantar bien no es suficiente si desafinas tantas veces como lo hace en esta ocasión RR. Así que la conexión con la audiencia es prácticamente nula y ni siquiera la delicada y encantadora ‘I Hate You But I Love You’ consigue cautivar al público. Poca cosa.
Toundra
Lo de Toundra no tiene nombre. Casi como quien no quiere la cosa, acabo en primera fila, y entre la cercanía de los altavoces y la potencia del post-rock épico de Toundra, me parece que se me va a partir la ropa o algo. Son las 8 de la tarde y estamos en un festival que tiende más bien al indie rock bailable. Pero no lo diría al mirar alrededor: desde la moderna tan moderna que duele hasta el over 60 están completamente cautivados por el derroche de fuerza de la banda. No hay persona que pueda estarse quieta y hasta una amiga, que no es precisamente amante del género, me reconoce que le resulta flipante. Cuatro personas: una batería, dos guitarras y un bajo. No hay instrumento que se superponga a otro, todos comparten protagonismo en la creación una melodía dura como el acero, afilada como una cuchilla y sin embargo armoniosa y exquisita. Es rock denso y delicioso, con toques de metal por aquí y por allá. Se te mete por el corazón y va dando descargas eléctricas a todo tu cuerpo. Ya estáis tardando en escuchar ‘Ara Caeli’, por ejemplo.
De repente no hay nadie a mi alrededor. De repente estoy ahí sola, rodeada por riffs y percusiones, besada por las vibraciones de un post-rock electrizante de facciones perfectas. Demoledor. Desarmante. Magistral.
The Family Rain
He leído por ahí algún redactor que comentaba lo genialísimo que ha sido esta primera visita a España de The Family Rain. Y me pregunto qué concierto ha visto. Igual el mismo en el que Temples tocaba una canción que no han tocado. Pero en fin. Las cosas hay que contarlas como son: a mí los hermanos Walter me molan, pero este show deja mucho que desear. A pesar de algún que otro fallo de sonido lo hacen bien, de veras. Pero ni con la pegadiza ‘Carnival’ ni con la exquisita y blusera ‘Don’t Waste Your Time On Me’ consiguen activar al público. De hecho, están más o menos en el ecuador de su performance cuando una muy buena parte de los presentes deciden tirarle para el otro escenario y coger buen sitio para ver a Temples.
Temples
Y aquí estamos, con uno de los conciertos que más he esperado. Un poco porque soy fan de Temples desde que no tenían más que tres temas, un poco porque son objetivamente la rehostia (leer aquí) y un poco porque verlos bajo una tormenta (historia que podréis encontrar aquí) me impidió disfrutar del todo de su música.
Si en el Primavera Sound no brillaron tanto como las estrellitas que James llevaba en la cara en esa ocasión, a Málaga vienen a resplandecer, cómplice una luna llena enorme a sus espaldas. Los de Kettering van presentando los temas de su único LP, Sun Structures (que reseñamos en su momento). Arrancan con la canción que da título al álbum y van siguiendo con sus mejores temas, como ‘Colours To Life’ y ‘Keep In The Dark’. Desde el atuendo a los guitarreos, Temples se muestran algo menos psicodélicos y bastante más rockeros en esta ocasión. Aunque al principio la mitad posterior de los presentes no parece demasiado convencida, la banda consigue activar el headbanging a todos. Que sea el cumpleaños del frontman («¡cumple 15!» bromea el bajista) y que Málaga le cante el cumpleaños feliz parece ayudar en la creación del buen rollito. Para mi felicidad personal, no falta ‘Ankh’, un lado b cojonudo como pocos, y cierran con ‘Shelter Song’. Si en Barcelona estuvieron muy correctos y tal, en Málaga dejan marca. A dicha de muchos, la gran sorpresa del 101. A dicha de muchos más, uno de los mejores conciertos del festival. Ojalá vuelvan a una sala pequeña, que como no hay dos sin tres…
Amaral
El público recibe a Amaral entre aplausos y boatos, antes incluso de que Eva pueda decir «hola» tan siquiera. Arrancan con ‘Kamikaze’ y van arrojando temas imperecederos para conquistar a una audiencia que ya está muchísimo más que entregada. No falta ‘Ratonera’, tema que da nombre a su próximo LP, además de otras canciones que estarán en el mismo. Pero es evidente que los presentes están ahí para las míticas ‘El Universo Sobre Mí’, ‘Cómo Hablar’ y ‘Días De Verano’, canciones que todo el mundo puede canturrear.
Black Rebel Motorcycle Club
El de BRMC es es el que más he esperado. Y empieza con retraso, cachisenlamar. No me malinterpretéis: un retraso chico chico en una programación que se ha respetado hasta la milésima de segundo (el retardo empieza con Temples). Pero estoy impaciente, así que el puñado de minutos que tengo que esperar se me hace eterno. De todos modos, merece la pena, ¡vaya que si la merece! Porque traen ‘Beat The Devil’s Tattoo’ como carta de presentación. Su puesta en escena es bastante simple y crea un ambiente oscuro, muy acorde con el rock de aire sombrío de los californianos. La fama de sus directos los precede y no solo cumplen con las expectativas, sino que las superan grandemente. Una hora de rock alternativo con tonos bluseros electrizantes. El trío viene con la intención de revolucionarnos hasta la extenuación y lo consiguen con un setlist en el que solo hay tres canciones de su último trabajo, Specter At The Feast: ‘Rival’, ‘Returning’ y ‘Let The Day Begin’. Todo son saltos y cabeceos tan violentos que más de uno debe de haberse desnucado. Pero es que la potencia de los estadounidenses es irresistible, se te mete por la espina dorsal y se apodera de tu cuerpo. No faltan ‘666 Conducer’ y ‘Conscience Killer’, que da paso a la mítica y archiesperada ‘Whatever Happened To My Rock ‘N’ Roll’, con la que cierran la primera parte del concierto. Se van y vuelven para un encore impetuoso y orgásmico al ritmo de ‘Six Barrel Shotgun’ y ‘Spread Your Love’, para poner el sello de oro a un concierto emocionante, perfecto e impecable.
Crystal Fighters
Es la 1:30 de la madrugada y yo llevo 13 horas de conciertos, así que seguramente podéis imaginar qué nivel de agotamiento llevo encima. Pues no. Bueno, sí pero no. Cuando salen Crystal Fighters con sus penachos y collares de plumas, y arrancan con ‘Solar System’ olvido por completo el peso de los 12 conciertos que ya he visto y de repente me siento revivir. Completamente en éxtasis. Y así está todo el mundo a mi alrededor. Totalmente ido ante el derroche de energía de los británicos. El binomio ‘LA Calling’ y ‘Separator’ enloquece al público, que es casi tan numeroso como en el concierto de Franz Ferdinand. Lo que se respira es verano, euforia, alegría, diversión. Hoy los tubos luminosos están golpeando en el aire unas imaginarias txalapartas tan típicas de la banda. Por todas partes se ven brazos levantados que se mueven para arriba y para abajo al ritmo de los brincos imparables que la música impone que demos. Lo que traen a Málaga Sebastian y los suyos es felicidad en forma de música.
Es muy difícil quitar la vista del escenario, pero cuando consigo hacerlo, lo que veo no tiene desperdicio: ¡todo es amor! La peña salta y baila junta, se abraza y está disfrutando enloquecida por un setlist genial: ‘Love Natural’, ‘You & I’, ‘Love Is All I Got’ y ‘Plage‘, una de las más amadas por cada una de las almas presentes. No olvidan tocar ‘I Love London’, la canción más frenética de todo el día, pero muy a mi pesar no nos dedican su nuevo single, ‘Love Alight’.
Su hora y algo de concierto se hace demasiado breve, quiero más, queremos más. Todos, pero que todos. Bueno, igual los vecinos no, pero esos no cuentan. Crystal Fighters nos dejan llenos de euforia y rebosando endorfinas, pero con un regusto de tristeza, porque de verdad necesitamos otra horita de ellos. O dos. Porque son capaces de hacerte sentir feliz y despreocupado. Porque mientras ellos cantan, nada podría ser más perfecto.
No sé si esta minicrónica ha sido suficiente para explicaros qué tal el concierto, así que por si acaso os lo resumo: Crystal Fighters en directo son UN PASOTE.
Este último concierto nos ha dejado completamente exhaustos, así que decidimos despedirnos del Estadio de Atletismo. Y aunque nos queda el domingo, es la hora de hacer balance. A ver, ¿cómo puedo decirlo? Nos lo hemos pasado jodidamente bien y estamos encantados con esta iniciativa. ¿Para qué usar términos medios?
Y que no os engañen: la organización ha estado espectacular. Los conciertos han transcurrido fluidos y no se han experimentado retrasos hasta casi el final del segundo día. El sonido también ha estado fenomenal y el ambiente inmejorable. Ha habido fallos, por supuesto, pero estamos seguros de que estos no se repetirán el año que viene.
El 101 Sun Festival nos ha convencido y le damos un aprobado con sobresaliente alto. Nos declaramos fans y amantes y ya estamos impacientes por saber qué nos traerán en 2015.
Todas las fotos, como siempre, las ha sacado nuestro fiel Borja Espresati. Echadle un ojo a nuestro álbum en Facebook y si os veis, ¡etiquetaos!