El álbum de debut de Two Door Cinema Club fue una de las sorpresas más agradables del 2010. A nosotros nos gustó tanto que, sin dudarlo demasiado, lo pusimos al frente de nuestra lista de lo mejor del año. Los dos años largos de espera sólo han aumentado la expectación ante el siguiente paso de estos norirlandeses con pinta de no haber terminado el instituto, casi tan yogurines como los Arctic Monkeys cuando llamaron la atención del público. Sus conciertos y pasos por festivales (en directo simplemente lo clavan) les han ganado en este tiempo una considerable masa de fans, que corea entusiasmada sus estribillos pegadizos.
Tourist History fue un pelotazo en forma de álbum. Como una bebida energética, pero con buen sabor en este caso, potenciado por sus melodías y sus riffs rápidos y cantarines. La pega que le podíamos encontrar pasada la sorpresa incial es que tenía solo dos velocidades: rápida y muy rápida.
BEACON by Two Door Cinema Club
Sabedores de este defecto, TDCC han apostado en Beacon por ampliar horizontes, bajar el ritmo para poder distinguir entre matices, y pegar un acelerón si llega el caso. Sí, el trío de Bangor ahora juega pacientemente con los cambios de ritmo, como pudimos apreciar desde el anticipo de ‘Sleep Alone’. Pero no sólo ahí: ‘Sun’, otro de los grandes aciertos del álbum, también pone el énfasis en estos cambios, incluso con mayor éxito.
Hay que decir que la primera mitad del álbum es endemoniadamente buena. Los seis temas que van del inicio con ‘Next Year’, al single ‘Sleep Alone’ son una versión actualizada de lo mejor de su debut. Sin perder su energía juvenil, simplemente sabiendo que no siempre hay que pisar el acelerador, nos muestran nuevamente su talento para la melodía y el puente adecuado en el momento justo.
La producción es de 10. Querían pasar a jugar en las grandes ligas y con Jacknife Lee a los mandos lo tenían prácticamente conseguido. La perfecta distribución de capas hace brillar más que nunca la voz de Alex Trimble (que despliega un registro más amplio que en el primer álbum) y evita la repetición de uno o dos momentos de excesivo ruido que Tourist History sí tenía.
Hasta aquí lo bueno. Lo malo: la segunda mitad del disco no mantiene el nivel, lo que por otro lado habría sido muy difícil. Vale que aquí es donde más «osados» han sido los chavales, aventurándose a probar con el medio tiempo romanticón (‘The World Is Watching’) y hasta haciendo un curioso guiño a sus raíces célticas (‘Settle’), como si sus abuelitas les hubieran pedido una canción con sonido de gaitas, que no les ha salido del todo mal. Salvamos ‘Spring’, que es posible single y muestra a los mejores TDCC «calmados» y maduros, pero el final del disco simplemente queda plano, huérfano de un toque brillante (paradójico porque ‘Beacon’ quiere decir precisamente una luz señalizadora).
En suma, Beacon es un disco perfecto en las formas, pero que en comparación con su debut, se queda algo corto de fuerzas, lastrado por tres o cuatro temas que no acaban de despegar. A pesar de todo, alabamos a los norirlandeses por ser valientes y no repetir la fórmula/truco de su primer disco, que es lo que posiblemente esperaban los miles de fans que se han subido al vagón del grupo en el último año.
PD: Las piernas son muy bonitas, pero la portada es fea. Mucho mejor la de ‘Sleep Alone’.
Nota bandálica: 7,5
A mi me ha parecido una pobre evolución, me esperaba un cambio más grande u otro tipo de sonido pero habrá que darle tiempo