Para celebrar la gira de otoño de León Benavente, recopilamos las 10 mejores canciones de la banda que no puedes perderte
Este 2016 está siendo el año del asalto para León Benavente. Tras un primer disco genial pero sibarita que se quedó más limitado a ciertos rincones exquisitos, con 2 han arramplado con España. Se han llevado por delante cada oído y han pisado todas las salas y festivales imaginables, y han hecho no un hit, como se proponían en ‘Tipo D’, sino todo un disco de ellos.
Con solo dos referencias, han conseguido lo que pocos: convertirse en una eminencia, conquistar a las masas y a los círculos cerrados, y a los medios y no a las radios porque ese debate en este país ya ha dejado de tener sentido y estamos cansados de darnos cabezazos contra la pared. Han llegado a todos lados y su historia ya es de las de contar a los nietos. Sin apenas haber tenido tiempo de empezar. Es lo que tiene llevar, los cuatro, años de carretera a las espaldas como músicos de Nacho Vegas y como miembros de otras respetables como Tachenko y Schwarz.
Lo que hacen es rabioso y desenfrenado, es iracundo y noctámbulo, y se mueve entre los espasmos psicóticos del Iggy Pop de The Idiot y el incendio interior de pasión electrónica de los LCD Soundsystem de James Murphy. Viaja por un camino de kraut y de motitas de ritmos motorik desde los terrenos del punk marcial hasta el noise, y exterioriza unas referencias más mentales. Can, New Order, la Velvet Underground, los Smiths, Mark Kozelek… todos aparecen en las letras y su influencia se ve interiorizada tan solo en forma de homenaje.
Como el que hacen también, ahora sí con su música (y con otras referencias más explícitas a Triángulo De Amor Bizarro y a El Columpio Asesino) a toda la pléyade de bandas que han tenido algo que decir en algún momento de la historia reciente del (llamémoslo) indie de nuestro país. Están esas dos, como están Dorian, Love Of Lesbian, Manta Ray, Sidonie, Los Planetas… Y la síntesis de todo resulta perfecta y, sobre todo, de una personalidad y una autenticidad inigualables.
León Benavente se han llevado de calle este 2016 y lo cerrarán con la guinda de una gira que acabará en diciembre en el Ochoymedio de Madrid (con doblete por sold-out) y que pasará por las fiestas del Pilar en Zaragoza o por el Planta Baja de Granada en el aniversario de Discos Bora-Bora, entre otras fechas.
Para celebrarlo con ellos, recopilamos las que para nosotros son sus 10 mejores canciones. Aún con solo dos discos la decisión es complicada, lo que habla del nivel de la banda asentada en Madrid.
10. ‘La Gran Desilusión’
Quizá la gran representante de los León Benavente más melódicos, relajados y oníricos. Las guitarras de dream pop ruidoso y la percusión liberadora confluyen para dar por resultado la imagen de Los Planetas enfrentados a Arcade Fire. Los coros, los subidones y el órgano Farfisa en pleno estado de ebullición desatando una apoteosis en calma. Temazo incontestable que puede pecar de una letra un tanto insulsa pero que es sin duda una de las mejores razones de ser de los de Abraham Boba.
9. ‘Gloria’
Todo lo contrario, un cañonazo de los más directos de León Benavente. Un bajo sintético nervioso y agresivo que ataca un riff incansable, una batería marcial y una guitarra de lo más punky que además cobra protagonismo en el estribillo a manos de , guitarrista de . Un perfecto hit festivalero con pasaje de esos coreables hasta el delirio y que se acaban clavando en los oídos de toda una generación: «ahora soy feliz, siento una extraña euforia; ahora soy feliz, esto sí que es la gloria». Imposible quitársela de cabeza, con los ruidos con los que se va engordando, las cascadas de notas de guitarra math y la voz vacilona de Boba.
8. ‘Ánimo, Valiente’
Los León Benavente de León Benavente son más oscuros e intimistas que los de 2, con ganas de explotar. He aquí la prueba, la apertura de la apertura, la de los valientes, los que «han vivido los ochenta». Boba se saca aquí un poema cuando lo que mejor sabe hacer es manejar la ironía con el suspense de un coctelero algo pasado de vueltas. En ‘Ánimo, Valiente’, León Benavente demuestran sobre todo su solvencia como grupo, la facilidad con la que hacen encajar todos sus componentes.
7. ‘Década’
Ojo, que se viene ‘Década’. Digo ojo porque voy a empezar diciendo que a mi esta canción me parece uno de esos intentos buenos, buenos (buenos de verdad) de hacerse un Radiohead. Un beat seco y electrónico y una guitarra cadente y meditabunda que no deja de gemir. Y una ruptura expansiva súbita y acompasada que ya no vuelve nunca al suelo y que solo va creciendo hasta rodear por completo la canción, en algún punto entre el estribillo y el riff de guitarra. Autoobservación contemplativa melancólica y onírica para un tema que ya no parece poder ser mejor hasta que ocurre la magia. Que «se irá todo a la mierda». Ojo, y digo ojo porque aquí a León Benavente sí hay que tomarles muy en serio.
6. ‘La Vida Errando’
https://youtu.be/ZuV-ZSe4eeU
Tremenda canción, asentada en el cruce entre New Order y Arcade Fire en el que quedaron Foals para parir Holy Fire. Sintes preciosistas, un ambiente viajero que no se detiene nunca y una sensación escapista que afecta hasta a los efectos sobre la voz, que a veces se acerca a Alaska. Las guitarras se replican, se evaden y se prolongan hasta el infinito bailando con la melodía de los teclados y con la línea vocal, y procrean con las segundas voces hasta un estribillo final en el que solo se clama al aire la pura necesidad: «tendré que caminar».
5. ‘California’
León Benavente podrían ser, hablo en serio, los LCD Soundsystem españoles. Porque lo que hacen es hacer bailable la tradición que comparten. Unos del funk y los otros del surf pop de la costa azul de los 90; unos de la motown y los otros de Nino Bravo; unos de Detroit y los otros de la Granada de Los Planetas. ‘California’ es un homenaje a Triángulo De Amor Bizarro tañido con kraut y con toda la cacharrería de cencerros de la banda de James Murphy. Sí, León Benavente aquí hacen dance punk y el punk en el que se fijan es nacional. Así que sale algo parecido a lo que harían LCD si hubieran nacido en La Coruña.
4. ‘Revolución’
También oscura y melancólica, ‘Revolución’ se despliega al calor del órgano Farfisa y se desenvuelve sobre la línea de un riff de guitarra farragoso, mecida por un letra cantada irónicamente en forma de nana desganada. Es una canción quizá excesiva en el concepto, algo pretenciosa y elitista, pero contiene frases épicas como «y aquel que llegue a mayor que luego lo cuente en clave de humor» y «con navajas de Albacete… con inflitrados en las listas, en las radios y en las revistas». En sus directos es inalterable y una de las mejores de los León Benavente presenciales.
3. ‘Las Ruinas’
Un tema de esos de mucho trabajo a sus espaldas. El bajo sintético se muestra otra vez frenético pero ahora algo más oscuro, y la voz puede llegar a recordar incluso a la Alaska de Fangoria, con una letra que es de las mejores de Boba, de las más catárticas y contestatarias, de las más cargadas de sentido. Las guitarras se enlazan y se proyectan con la soltura de los mejores León Benavente, y el órgano se adhiere al final para cerrar el totum de forma ominosa. Nada más que añadir.
2. ‘Habitación 615’
https://youtu.be/KrIJr4Om7Qo
Es una constante en los dos discos de León Benavente. Hay un tema que emerge sobre los demás desde la primera escucha hasta la última. No es una cuestión musical… todo el mérito aquí lo ostenta Boba, con unas letras que por su valor narrativo consiguen dibujar imágenes, escenas, paisajes y capítulos completos de historias infinitas. ‘Habitación 615’ pretende imitar a Mark Kozelek, como ella misma reconoce, en ese aspecto contemplativo de la composición musical. En el impresionismo. En la poco interpretativa visión de la vulgaridad, de la banalidad, de la normalidad; de la realidad. En el relato de hechos. Así, narra el periplo mejicano de la banda durante su pasada gira transatlántica. Pero nada más. Abraham se marca un recital semihablado sobre una instrumental progresiva y llena de groove que arranca fijada en un grueso, profundo y simplísimo riff de bajo y termina en un éxtasis de guitarras y sintetizadores. Pasando por la guitarra math (la que suena tanto a Foals) y el ritmo seco de la batería. León Benavente son «una cama gigante, mil posturas posibles».
1. ‘Ser Brigada’
Pura histeria y hitazo incontestable. Desde el primer día. Desde ayer. Con dos años de escuchas encima y con los cientos que le quedan. La historia de amor apocalíptica y distópica de ese lobo feroz y esa pájara con cresta que se conocieron en el parque del Retiro en 1992 y decidieron pasar justos las noches y ser más que pareja ser brigada es ya parte de la historia popular de la música de nuestro país y un tiro de tema. Una bala frenética y oscura, henchida de rabia y nerviosismo. La guitarra dispara metralla y el bajo, sintético, ejecuta su marcha revolucionaria a la velocidad de la sangre en un torrente pasado de adrenalina. El órgano Farfisa emite el chillido del aire al salir escupido por la combustión del carbón en la locomotora; agudo, agónico, expuesto al calor del fuego. La letra es iluminada, «para qué volver si aquí hay mucho más de lo que siempre quisimos tener», y cuenta Boba con la sutil colaboración de Cristina Martínez, de El Columpio Asesino. Y en directo no hay vez que no desate esa escena espeluznante de modernos, hipsters y barbudos envueltos en sudor de metalero y dándose de hostias en medio de un pogo con las grupis de la banda.
Os recordamos las fechas de la gira de León Benavente, y volvemos a insistir en que este es el grupo que, al menos este año, no conviene perderse: